En una combinación de personajes reales e inventados, Bardón relata la peripecia de Somos Alcalá, una candidatura municipalista del cambio en esa ciudad madrileña entre 2015 y 2019. No obstante, el autor aclara: "No se trata de una novela localista porque he aspirado a convertir el caso de Alcalá en una categoría que sirviera para todo el país".

En la década larga transcurrida desde la irrupción del movimiento del 15M y ocho años después de la fundación de Podemos, los ensayos sobre el fenómeno han inundado las librerías. Libros más o menos divulgativos, autores simpatizantes o detractores, obras académicas, análisis de actualidad o biografías de Pablo Iglesias y otros líderes conforman un amplísimo catálogo para todos los públicos. Ahora bien, casi ningún novelista se ha atrevido hasta ahora a hincar el diente al proceso político más renovador de los últimos años. Javier Bardón (Ponferrada, 1975) admite que el género de la ficción política no cuenta con muchos adeptos en España y en su novela ha optado por un relato inventado, pero con una base real tanto en algunos personajes como en el escenario. "Esa mezcla", explica, "responde a mi deseo de fijar un juego con el lector en el sentido de que parezca ficción y al mismo tiempo resulte algo verosímil. De esta manera, el lector no pensará que todo responde a la invención del novelista". Por ello, la breve pero intensa trayectoria de Somos Alcalá, una candidatura municipal en la órbita de Podemos y que gobernó la ciudad complutense en coalición con el PSOE, se convierte en el hilo conductor de la novela. A modo de triste epílogo de la narración, el grupo de Somos Alcalá se ha disuelto hace apenas unas semanas. Bardón sabe bien de lo que habla porque vivió de joven con sus padres en Alcalá, adonde regresó en 2014 para establecerse allí.

Javier Bardón, un tipo animoso e inquieto, tiene claro que la transformación de un sector del 15M en el partido Podemos reprodujo los vicios del sistema que tanto atacaron al principio. "Las listas cerradas", comenta, "junto al poder de los aparatos, las purgas y la lucha por los cargos públicos, entre otros factores, desencadenaron una fuerte erosión tanto en los ayuntamientos del cambio, como más tarde y poco a poco en Podemos". Muy crítico con líderes como Pablo Iglesias o Íñigo Errejón, que fragmentaron Podemos, el novelista admite que la irrupción de Yolanda Díaz puede ser un revulsivo para la izquierda. "No cabe duda", afirma, "que su personalidad y su condición de mujer pueden ayudar a reforzar el espacio a la izquierda del PSOE. De todos modos, cabría recordar que Díaz fue designada como sucesora por el dedazo de Pablo Iglesias, algo que Podemos siempre censuró en los partidos del llamado régimen del 78".

A pesar de los errores internos y del cainismo histórico que sufren las fuerzas de izquierda, Retales de una bandera blanca aborda también los despiadados ataques de la prensa conservadora y de la derecha y, en muchas ocasiones, los bulos inventados contra Podemos y sus aliados. De hecho, una denuncia del Partido Popular que fue archivada al no encontrar la fiscalía ningún delito, combinada con una ofensiva periodística, arruinó a Somos Alcalá que en 2019 se quedó sin representación en el Ayuntamiento. "Aparte de esa innegable cacería política", añade Bardón, "Podemos se desentendió de ese grupo mientras Más Madrid intentó manipularlo. Por ello, estas conductas han llevado a la fragmentación que tenemos hoy en la izquierda".

En cualquier caso, Retales de una bandera blanca no solo refleja una decepción colectiva en clave de ficción política, sino que aborda asimismo las crisis personales de unos militantes que como Suso, el protagonista, se ven obligados a revisar toda su vida. Javier Bardón aclara que "aunque se trata de una novela coral, porque hubo y hay mucha gente en esos movimientos y partidos, he incluido también el factor humano de una mirada más personal sobre esa crisis de desgaste". A través de un relato muy dialogado y de un ágil ritmo narrativo, Bardón logra dibujar también una novela generacional. Así las cosas introduce, por ejemplo, mensajes de Telegram con frecuencia en sus páginas. "Es un recurso narrativo poco utilizado, pero me parecía un contraste más clarificador de las opiniones de los personajes en lugar de narrar unas asambleas que solían y suelen derivar en un galimatías que sería ininteligible para los lectores".

Economista de profesión, Bardón trabajó durante años en multinacionales radicadas en Alemania y en Suiza en temas de marketing. Pero llegó un momento en el que dio un giro total a su vida y se decantó por la psicología social como profesional y como docente en la Universidad Rey Juan Carlos. Y ahora sus pasos lo han llevado a la literatura, si bien ya había hecho sus pinitos en el teatro durante años y esa faceta teatral se nota en la construcción de diálogos en su novela. De algún modo su evolución individual ha discurrido en paralelo a las gentes que retrata en su novela. Está convencido Javier Bardón de que uno de los errores de la primera etapa de Podemos fue la obsesión de Pablo Iglesias por dar el sorpasso al PSOE. "Esa actitud condujo a una brecha generacional en la izquierda entre mayores y jóvenes que significó un lastre indiscutible", opina.