Cuando uno ve La sociedad de la nieve, es imposible no abrir la boca en algún momento. El nivel de espectacularidad, detalle y cuidado de la película de Juan Antonio Bayona es descomunal. Su reconstrucción de la tragedia de los Andes de 1972, cuando un equipo de rugby sufrió un accidente de avión que les dejó tirados en medio de la cordillera y les obligó a comerse los unos a los otros para sobrevivir, es minuciosa. Hay detrás un trabajo sobresaliente de todos los departamentos técnicos (reconocidos en las shortlist de los Oscar) y la capacidad innata de Bayona de maravillar.