El trabajo temporal cayó por debajo del 25% en el inicio de 2022, pero el paro aumentó en 70.900 personas

Primer trimestre del año con caída del empleo y aumento del paro, como suele ocurrir en el arranque de año en el mercado laboral. El descenso del número de trabajadores afectó a 100.200 personas en el primer trimestre de 2022 respecto al trimestre anterior y la subida del paro se situó en 70.900 personas, según la Encuesta de Población Activa (EPA) que ha publicado este jueves el INE. Entre todas las cifras, destaca el aumento del desempleo, por elevado, y también otra más positiva: cómo gana peso el trabajo indefinido frente al temporal tras la reforma laboral, que hace caer la tasa de temporalidad por debajo del 25%.

En concreto, queda en el 24,2%.

Así, el balance del trimestre deja el total de personas trabajadoras en 20.084.700 y el de desempleadas, en 3.174.700. La tasa de desempleo sitúa en el 13,65%, lo que supone 32 centésimas más que en el trimestre anterior.

Los tres primeros meses del año suelen traer malas noticias para el mercado laboral. Desde 2008, se registra siempre destrucción de empleo y, en general, la norma también es la del aumento del paro. Salvo alguna excepción, como la del año pasado, en la que el desempleo se redujo en el inicio de año. Este 2022, el mercado laboral ha recuperado su comportamiento habitual negativo y para valorar en cómo de "malos" son los datos se puede comparar con lo sucedido en años anteriores.

Mientras que la caída del empleo es inferior a la registrada en los dos últimos años (137.500 en 2021, 285.600 en 2020) y está en línea con las cifras registradas en años de crecimiento posteriores a la crisis financiera, el aumento del paro sí es más destacable. El incremento en casi 71.000 personas paradas este trimestre supone el dato más alto de los últimos años, exceptuando el 2020 (+121.100), cuando irrumpió la pandemia. En los años de crecimiento del empleo prepandemia no hay datos de incremento del paro similares y hay que remontarse a 2013 para ver una cifra mayor a la de este año.

¿Cuál es el contexto de este primer trimestre? Aunque pueda parecer muy lejano en el clima actual de fin de la pandemia, enero estuvo marcado por la ola ómicron del virus, con un pico de contagios que alcanzó máximos no vistos hasta la fecha. Aunque la mortalidad respecto al total de contagios fue muy inferior a la registrada en otras olas, en números absolutos hubo más víctimas que en los meses precedentes.

Tras superar este pico pandémico, España se estaba encaminando al final de la pandemia y se topó con un nuevo obstáculo. Desde final de febrero la economía (y el mercado laboral) están afectados por la invasión rusa en Ucrania y la guerra desatada en el país a las puertas de la UE. El conflicto ha provocado una inflación disparada (del 8,4% en abril) con la raíz en el coste de la energía, pero que ya se contagia a otros precios.

Si atendemos a qué ha pasado en los últimos 12 meses, encontramos una buena noticia: el crecimiento del empleo sigue siendo muy fuerte e incluso acelera respecto al cierre de 2021. El empleo ha crecido en 878.000 personas, a un ritmo del 4,57% (en el cuarto trimestre de 2021 era del 4,4%).

El ministro José Luis Escrivá adelantó a mitad de mes que la afiliación había superado en abril los 20 millones de personas trabajadoras, lo que supone un máximo histórico. El dato es muy relevante dado el contexto actual. Este mes es el primero sin los ERTE por la COVID ni las ayudas de paro extraordinarias para los autónomos, que no se han convertido en ERE masivos como algunos auguraban, y con una crisis internacional que genera inestabilidad.

Respecto al desempleo, sí se desacelera su reducción en el arranque de año. En los 12 últimos meses el paro ha disminuido en 479.200 personas, una caída del 13,12% interanual, respecto al descenso del 16,6% del último trimestre de 2021.

Tras la aprobación de la reforma laboral, que trata de reducir el trabajo temporal y apostar por fórmulas de contrato indefinidas, el tipo de contrato de los trabajadores era uno de los datos más esperados de esta EPA. Los resultados muestran la caída de la tasa de temporalidad –asalariados con contratos temporales respecto al total– por debajo del 25%. En concreto, disminuyó hasta el 24,2%.

Se trata del dato de trabajo temporal más bajo desde el primer trimestre de 2015 (23,6%), exceptuando lo peor de la pandemia, cuando se echó a un enorme número de temporales en las primeras semanas de irrupción de la COVID, lo que hizo caer la tasa de temporalidad.

Este trimestre, los asalariados disminuyeron en 45.800 personas, pero se debió por completo a la caída del empleo temporal. Los trabajadores con contrato indefinido aumentaron en 164.100 personas, mientras que los que tienen contrato temporal se redujeron en 209.800. En el último año, el balance es de un incremento de 824.200 asalariados: el empleo indefinido aumentó en 557.700 personas y el temporal, en 266.500.

La reducción de la temporalidad en el primer trimestre se produjo con la reforma laboral aprobada, pero desplegada por completo. De hecho, aunque ya funcionaban algunas medidas desincentivadoras, los nuevos contratos temporales han comenzado a funcionar después, este mes de abril. Según han adelantado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, este mes se han disparado (aún más) las contrataciones indefinidas. Los datos oficiales se publicarán a comienzos de mayo.