La inflación baja 1,4 puntos hasta el 8,4% en abril por el menor precio de la energía

La inflación desacelera al 8,4% en abril, respecto al mismo mes de 2021, por el menor precio de electricidad y combustibles, según el dato adelantado del Índice de precios de consumo (IPC). Los precios se relajan 1,4 puntos desde el avance interanual del 9,8% en marzo gracias al impacto del Plan de choque a la guerra en Ucrania del Gobierno y a la caída en los mercados internacionales de petróleo y gas.

En variación intermensual, respecto a marzo de este mismo año, la inflación redujo el ritmo en España en abril en 0,1 puntos.

Y si se observa el IPC subyacente, que mide la evolución de los precios extrayendo los productos más volátiles de la cesta de la compra, como son la energía y los alimentos, avanzó un 4,4% en abril, respecto al mismo mes de 2021, un récord de 1995, después del 3,4% de marzo, y tras acelerar otro 3% en febrero.

El máximo de 27 años para la inflación subyacente muestra que el pico de inflación de la energía se ha transferido definitivamente al resto de bienes y servicios por el aumento de los costes y el transporte.

El propio Ejecutivo y distintas firmas de análisis como Funcas o Caixabank Research habían avisado de que el techo de la inflación general se vio el mes pasado, en el que ya un 47% de los bienes y servicios que componen la cesta de la compra con la que el Instituto nacional de estadística (INE) calcula el IPC registró subidas superiores al 4%, con la electricidad en el mercado regulado (107%) -el único que se tiene en cuenta-, el diésel (45,6%), la gasolina (33,6%) y los alimentos disparados. El avance en febrero fue del 7,6%. Y ya van 7 meses por encima del 5%.

Sirva un ejemplo para entender la inflación. Si hace un año, en marzo de 2021, una familia gastó 1.000 euros para cubrir todas sus necesidades: pagar el alquiler, las facturas, salir a cenar uno o dos días, ir al supermercado y comprar algo de ropa. Y si este año se hubiera comprado los mismos productos, acudido a los mismos restaurantes y adquirido los mismos artículos habría pagado 1.084 euros, según los datos del INE. Esa diferencia (8,4% más) es lo que ha variado, de media, el nivel de precios de los bienes y servicios de consumo en España en el último año, medido según el IPC.

Sin duda, el pico es asfixiante, sobre todo para las familias más pobres, aunque las medidas paliativas del Plan de respuesta al impacto de la invasión de Rusia, como la rebaja del IVA de la electricidad o como el descuento de 20 céntimos a los hidrocarburos que están pendiente de aprobación en el Congreso, y la menor presión en los mercados financieros lo han rebajado. Y a partir de mayo, el tope al gas en la generación de electricidad aprobado por la Comisión Europea, en la denominada "excepción ibérica", lo hará todavía más.

"Se trata de una rebaja significativa que rompe la tendencia alcista de los últimos meses, en la que se pueden apreciar los primeros efectos de las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania, para reducir el coste de la energía para las familias", afirman fuentes del Ejecutivo. "A esta reducción ha contribuido también la desaceleración de los precios de la electricidad", añaden.

"Y esperamos que la inflación siga reduciéndose en los próximos meses, una vez que se ponga en marcha la medida para limitar los precios del gas", concluyen.

Finalmente, Bruselas aceptó este martes imponer un límite de 50 euros el megavatio hora (MWh) durante un año al precio de la generación eléctrica con ciclos combinados. El tope está bastante por encima de los 30 euros/MWh que habían propuesto inicialmente España y Portugal, que según dijo Ribera rebajaría la factura “a la mitad”.

Con esta nueva referencia, el ahorro para el consumidor respecto a los precios actuales, coinciden expertos consultados, va a ser significativo. Falta conocer los detalles del mecanismo. El Gobierno español confía en aprobarlo en el próximo Consejo de Ministros y empezaría a reflejarse en las facturas de mayo, según Ribera.

“La información que tenemos nos hace pensar que ya hemos alcanzado el pico de inflación el mes pasado. La previsión es que se vaya desacelerando”, subrayó este martes Calviño, que ante la pregunta de si se va a alcanzar una tasa interanual del 10%, sentenció: “Yo no lo preveo”.

El Gobierno esperaba al dato de IPC de abril y todavía aguarda al PIB del primer trimestre que el INE publica este viernes para presentar un recorte “significativo” a las previsiones de crecimiento económico por el impacto de la guerra, desde el 7% inicial y con la referencia del 4,8% del FMI o del 4,5% del Banco de España, pero con más información y precisamente tras la aprobación del límite al gas.

El tope de 50 euros a la generación de electricidad con gas de la “excepción ibérica” equivaldría, sumando el coste de los derechos de emisión, a unos precios del pool de unos 130 euros-140 euros/MWh. Son niveles que no se ven desde el pasado septiembre, y aunque muy superiores a los de un año normal (el doble, en cifras redondas), contrastan con el precio medio de marzo, que fue de 283 euros/MWh. Entonces, el mercado mayorista pulverizó todos sus récords contaminado por la exponencial subida del gas natural derivada del conflicto bélico.

Bruselas ha aceptado que ese tope sea inferior en las primeras semanas de aplicación de la medida, cuando se va a fijar en 40 euros, para aumentar luego hasta esos 50 euros. Esto se traducirá en precios del orden de los 100-120 euros/MWh, inéditos desde el pasado agosto, lo que va a tener su traslado a la inflación.

"Las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania intensificarán y prolongarán el aumento que venía observándose en los precios energéticos y de otras materias primas antes de la invasión, lo que afectará a las decisiones de consumo e inversión de familias y empresas y limitará el crecimiento económico", explica el Banco de España.

"Aunque la exposición directa comercial y financiera de España a Rusia y Ucrania es muy reducida, algunos de nuestros principales socios comerciales en la eurozona están más expuestos a ambos países, por lo que una caída de su demanda podría lastrar nuestras exportaciones", continúa la institución.

En el mismo sentido, en su último boletín económico, el Banco Central Europeo (BCE) admite que “la escalada de los precios de la energía golpea cuatro veces más a los pobres que a los ricos”. La razón es que “la energía y el transporte supone el 35% de los gastos totales de las familias más pobres, pero menos del 10% para las ricas”, continúa el informe de la institución.

La subida de la energía en España viene obligando a las familias a tirar del ahorro acumulado durante la pandemia para mantener el consumo, que ya se prevé que mengüe respecto a la previsto antes de la invasión de Rusia. “Se espera que los hogares recurran en mayor medida a la bolsa de ahorro acumulada, pero ello no evitará una recuperación más lenta del consumo real, debido a la elevada inflación”, lamentó el Banco de España.