Ni esa ni ninguna otra del autor, que no es otro que Lev Tolstói (también conocido como León en España).

No se trata de una cuestión personal con el conde ruso, más bien es un prejuicio que afecta a los clásicos. Por un lado, es difícil competir con la ingente producción editorial aunque se trate de obras clave de la historia de la literatura universal. Por otro, los libros considerados 'alta literatura' a veces se perciben como demasiado difíciles. William Shakespeare o Fernando de Rojas escribían para el gran público, pero mucha gente se ha acercado a ellos como objetos de estudio y no por placer lector, lo que les resta bastante atractivo.

En el caso del conde Tolstói, la extensión de sus dos novelas más conocidas –la mencionada Anna Karenina ronda las mil páginas y Guerra y paz las dos mil– también puede ser un freno. Sin embargo, este es un temor propio de quienes aún no se han introducido en la lectura del escritor eslavo. Esa es la opinión de Selma Ancira, responsable de la conversión al castellano de las obras del ruso que ha publicado la editorial Acantilado. Ella replica que no todos sus títulos son largos y que la clave está en que el lector o lectora se inicie a través del libro adecuado. Su recomendación siempre es La felicidad conyugal. "Es un libro cortito, que contiene la semilla de la obra posterior de Tolstói, su prédica sobre el bien, la familia, el amor y el respeto" y apostilla que se lee de manera rápida "y deliciosa".

Ancira es traductora de literatura griega moderna y de literatura rusa. Es la responsable de ediciones en castellano de autores como Seferis, Kampanelis, María Iordanidu, Dostoievski, Bulgákov y la descubridora para los lectores de habla hispana de Marina Tsvietáieva. Asimismo, es la editora y traductora de la correspondencia y los diarios de Tolstói publicados en la mencionada Acantilado, un trabajo al que dedicó una década de su vida.

Considera que empleó bien esos años gracias a la respuesta del público. No es muy ambiciosa: con que a una persona le haya llegado el mensaje del conde, se da por satisfecha. "Me han llegado cartas de lectores, como uno que me decía que tenía 60 años y al leer a Tolstói se había dado cuenta de que no había vivido correctamente pero que aún tenía tiempo para enmendar su vida. Esto es fascinante y ha quedado como uno de los momentos claves en mi vida", sostiene.

Esto no es un tratado ni una guía de viaje literario. Para la experta en el autor, leer bien a Tolstói se trata de una cuestión de apertura mental y de actitud. "Creo que hay que leerlo con los ojos del alma más que con los de la vista", dice Ancira. También recomienda al lector novel que se abra a su enseñanza, a su humanismo y se dé cuenta de los esfuerzos que llevó a cabo el autor para que cada persona "sea mejor día tras día".

La lectura de las obras de Tolstói puede comenzar desde edades tempranas, desde los ocho o los diez años. De hecho, el ruso tiene varios cuentos dirigidos a niños que escribió para sus nietos como El lobo o La semilla de las cerezas. Ancira, que tradujo estos libros para una edición mexicana que no se distribuyó en España, afirma que son una estupenda llave de entrada ya que el lector se familiariza con su escritura desde una edad temprana y según pasan los años puede llegar a sus obras adultas de manera natural. A partir de la adolescencia ya es posible leer títulos como La felicidad conyugal, La historia de un caballo o La tormenta de nieve y entenderlos y disfrutarlos sin problemas.

La temática de los libros de Tolstói es muy amplia y se divide en muchos subtemas, pero para Ancira pueden reunirse en un concepto general que es el humanismo. "El respeto y el amor entre los seres humanos y hacia los animales. De hecho, en el último tramo de su vida Tolstói se convirtió en vegetariano por respeto a la vida en general", desarrolla la experta, que también señala como fundamental su predicamento de hacer el bien.

"Leer a Tolstói no es solamente pasar el rato sino que poco a poco va entrando en ti. Digamos que comienza a circular por tus venas, a ser parte de ti. Según mi experiencia, comienzas a ver el mundo de una manera distinta, con otros ojos", afirma. "Su lectura no solo es disfrute, también es aprendizaje. Te replanteas muchas preguntas que probablemente te hayas hecho y para las que no hayas encontrado respuesta. Pues muchas las encontrarás leyendo a Tolstói".

Para ella, un libro que sirve como ejemplo claro de este efecto es una novela corta titulada La historia de un caballo. En ella, el escritor traslada a la sociedad a una cuadra donde los caballos son prototipos de seres humanos. Y ese macrocosmos de la sociedad humana trasladada al microcosmos del establo "es verdaderamente fascinante". La clave es que "Tolstói te hace pensar pero al mismo tiempo no te está regañando por ser malo, te hace reflexionar simplemente sobre por qué estás en este mundo y sobre todo para qué estás en él. No te va a decir cómo tienes que vivir la vida sino que leyéndolo vas a entender si vas bien o si hay cosas que tienes que mejorar".

¿Puede ayudar la lectura de Tolstói a entender mejor el contexto en el que se está desarrollando la guerra de Ucrania? El universo social de los países eslavos queda lejos del español, lo que puede generar una laguna de incomprensión. Pero pese a que el escritor nació en Rusia al igual que sus personajes, según la percepción de Ancira el humanismo que impera en sus obras va más allá de las fronteras entre países. Sus protagonistas son, sin más, seres humanos. "Es en lo que Tolstói hace hincapié: qué es un ser humano en este mundo y cómo ser mejor en este mundo violento, corrupto, lleno de falta de respeto. Porque si no ¿qué hacemos aquí?".

Tolstói nació siendo un aristócrata y murió como un peregrino por los caminos de Rusia. Durante su juventud fue soldado y defendió la guerra pero con el paso de los años se convirtió en un pacifista que incluso influyó en otro gran nombre de ese movimiento como fue Ghandi. Durante toda su vida recogió sus experiencias en diarios y cartas que sirven para completar su obra porque, además de Guerra y paz y Anna Kareninna, se considera que dejó una tercera gran novela cumbre en la historia de la literatura: su propia biografía.

Acantilado ha publicado este material –Correspondencia, Diarios (1847-1894) y Diarios (1895-1910)– así como una serie de cuadernos titulada Así era Lev Tolstói, todo ello traducido y editado por Ancira. En los mencionados cuadernitos, la responsable recoge testimonios de personas que lo conocieron y que dejaron su percepción por escrito. Como, por ejemplo, la de Piotr Ilich Chaikovski. En un extracto del libro Diarios de Piotr Ilich Chaikovski. 1873-1891, que la editora recuperó para Así era Lev Tolstói (I), se puede leer una descripción detallada que el compositor hace del escritor: "El día que conocí a Tolstói fui presa del pánico y de una fuerte incomodidad frente a él. Me parecía que ese gran conocedor del corazón humano descubriría de un solo vistazo todos los secretos de mi alma. Creía que frente a él me sería imposible disimular la basura acumulada en el fondo del alma para mostrar solo la parte más atractiva de esta (...) Conocedor profundísimo del alma en sus escritos, en su trato con las personas resultó ser un hombre sencillo, irreprochable, sincero, que exteriorizaba muy poco de aquella omnisciencia que tanto temía yo".

Además del músico, en esta colección hablan del escritor Stanislavski, Ilyá Repin, Alexandr Borísovich, Maxim Gorki, su mujer, Sofía Andréyevna Tolstáya, y su hijo, Serguéi Lvóvich Tolstói. La tercera entrega de estos cuadernos corales se ha publicado este mismo 2022. "Con estos libros pequeñitos estoy haciendo su retrato a través de la voz de sus contemporáneos. Tolstói visto por otros ojos, por lo cual se complementan retrato y autorretrato y el lector en lengua española tiene la posibilidad de seguir y conocer a esa figura desde varios puntos de vista". El de Lev Tolstói es uno de esos casos en los que separar al autor de su obra no es demasiado viable, así que empezar por la visión que otros tenían de él no es descabellado.