La fatiga superheroica se nota, y habrá que ver cómo funcionan los pocos que han mantenido su lanzamiento a la espera de que los universos de Marvel y DC se rearmen de cara a 2025.

Los primeros en llegar serán los rezagados de enero y febrero. Ese grupo de películas que estarán en la temporada de premios o ya se han visto en festivales internacionales pero que aterrizarán en España en los primeros meses del año. El 12 de enero lo harán El rapto, el thriller del veterano italiano Marco Bellocchio; el documental de Maite Alberdi, La memoria infinita; y lo nuevo de Wim Wenders, Perfect Days, que representa a Japón en los Oscar.

Los galardones de la Academia de Hollywood marcarán estos primeros compases con varios filmes que casi seguro estarán en las nominaciones. La zona de interés, el novedoso y sobrecogedor drama sobre el nazismo de Jonathan Glazer se estrenará el 19 de enero. Una semana después lo hará Pobres Criaturas, la revisión del mito de Frankenstein en versión feminista de Yorgos Lanthimos por la que ganó el León de Oro en Venecia. El 14 de febrero se verá la mirada al mito de Elvis desde los ojos de Priscilla en el largometraje de Sofia Coppola, y el 23 del mismo mes aterrizarán otras dos cintas que suenan con opciones en la temporada de premios: Desconocidos, de Andrew Haigh; y Secretos de un escándalo, de Todd Field.

Hollywood se enfrenta en 2024 a un año en el que quiere volver a acercarse a los 11.000 millones de dólares de recaudación anual. En 2023 superaron los 9.000 y se vivió con alegría, pero se sigue lejos de los tiempos prepandémicos. Para ello no tendrán mucha ayuda de superhéroes, pero sí de sagas y franquicias. Un vistazo a las películas que prometen recaudar más en todo el mundo supone darse de bruces con una triste realidad: los grandes estudios cada vez apuestan más por IPs conocidas y secuelas y reboots en vez de obras originales.

Romperá el hielo Dune 2, la secuela de Denis Villeneuve, que retrasó su estreno de noviembre al 1 de marzo por la huelga de actores y actrices; y a partir de ahí la retahíla de secuelas es un no parar: nuevas películas de los Cazafantasmas (27 de marzo); Godzilla y Kong (12 de abril); la secuela de Del revés (14 de junio); Gru 4 (5 de julio); Beetlejuice 2 (6 de septiembre); The Karate Kid 2 (13 de diciembre); Mufasa (20 de diciembre) y la nueva entrega del multiverso animado de Spider-Man que no tiene fecha fija todavía. 

Dentro de los taquilleros alguno ofrece más esperanzas, como el regreso de George Miller al universo de Mad Max con Furiosa (24 de mayo), precuela que recupera al personaje Charlize Theron que ahora interpreta Anya Taylor-Joy. Suena para Cannes, igual que para Venecia la continuación de Joker, donde repite Joaquin Phoenix y se une Lady Gaga para una segunda parte que apunta a musical y que llegará el 4 de octubre. Es el filme del universo de superhéroes más esperado, aunque puede que compita por ser el más taquillero con Deadpool 3 (26 de julio), que juntará a Ryan Reynolds y al Lobezno de Hugh Jackman. Otra secuela que nadie había pedido pero que viviremos es Gladiator 2 (22 de noviembre), con Paul Mescal como protagonista y Ridley Scott a los mandos.

Mientras que los taquillazos marcan su fecha desde meses antes, el cine de autor (que normalmente se ve en festivales) espera con paciencia la mejor ocasión para mostrar sus cartas. Cannes siempre es su mejor escaparate, aunque antes, el 27 de marzo, sí que tiene fijada su llegada Mickey 17, el thriller de ciencia ficción de Bong Joon-Ho tras el pelotazo de Parásitos. O va a Berlín o se saltara el circuito festivalero.

Las que seguro que no se lo saltan, porque con mucha probabilidad estarán en el certamen francés son Blitz, The shrouds y The Way of the Wind, lo nuevo de tres de los cineastas más importantes del momento: Steve MvQueen, David Cronenberg y Terrence Malick. Y si en 2023 el acontecimiento fue el retorno de Scorsese a la Croissette, este está claro que será el de la vuelta de Francis Ford Coppola, que tras años sin rodar ha puesto dinero propio para que su soñada Megalópolis no se quedara en un cajón de proyectos sin realizar.

Hay mucha curiosidad por saber qué ha hecho Kirill Serebrennikov con el Limonov de Carrere y el chileno Pablo Larraín con la figura de Maria Callas, también ver cómo le sienta el inglés a Joshua Oppenheimer en The end. Un veterano como Clint Eastwood acaba de terminar de rodar su nueva película, Juror 2, con 93 años. Su estreno se espera para el último trimestre, pero quizás una visita a Cannes sería la mejor forma de honrar al director en la que, seguramente, sea su última obra.

Tres directoras estarán también buscando su sitio en Cannes o Venecia. La ganadora del León de Oro con El acontecimiento, Audrey Diwan, ha dado un salto mortal con una versión del clásico erótico Emmanuelle. Lo ha escrito con Rebecca Zlotowski y tras ganar en el Lido quizás Diwan esté dispuesta a intentarlo con el certamen francés donde, casi seguro, se vea Chocobar, el esperadísimo proyecto de Lucrecia Martel que lleva años rodándose. Un documental sobre el activista asesinado que ella mismo contaba en este periódico que se estrenará, por fin, en 2024. La sorpresa del Zinemaldia de 2020, Dea Kulumbegashvili, donde ganó todo (Concha de Oro incluida), tiene nuevo filme, Those Who Find Me, y seguro que hay tortazos por tenerla en todos los festivales.

El cine español se enfrenta a 2024 con el sabor agridulce de haberse quedado en 2023 por detrás de los datos de 2022. Aunque fuera por poco, debía haber seguido la senda de recuperación de todas las industrias, y sin embargo no lo ha logrado. Falta cine medio que recaude entre 3 y 6 millones. Películas que no sean comedias industriales. Este año ruedan los grandes nombres (Almodóvar, Carla Simón, Albert Serra…) y hasta 2025 no llegarán sus películas, así que habrá que ver si los certámenes internacionales siguen llenándose de títulos de nuestra industria o hay un parón en esa buena racha.

Las primeras intentonas para triunfar en taquilla vendrán de dos directores que saben lo que es gustar en salas. Valle de Sombras de Salvador Calvo (director de Adú), llega el 12 de enero; y El correo, de Daniel Calparsoro una semana después. El 23 de febrero se estrenará una de las joyitas que enamoró el pasado San Sebastián, La estrella azul, y en marzo habrá que estar atentos a lo que ocurre en el Festival de Málaga donde, por su fecha de estreno, hay títulos que parecen destinados a estar en su competición. Es el caso de Los pequeños amores, de Celia Rico, que tras enamorar con Viaje al cuarto de una madre estrenará este año su segunda película. En abril se verá Disco, Ibiza, Locomía, el biopic de la banda dirigido por Kike Maíllo. 

El cine de animación promete sorprender con taquillazo y producción internacional (con China) gracias a Dragonkeeper, que se estrenará el 19 de abril dirigida por Salvador Simó. Puede ser uno de los grandes éxitos de un año que parece que volverá a tener a Santiago Segura como locomotora para vender entradas. La cuarta entrega de su saga Padre no hay más que uno se lanzará, cómo no, en medio del verano (18 de julio) dispuesta a reventar los cines. 

Los filmes que prometen animar el circuito festivalero pertenecen a Isaki Lacuesta, que realizará una personal aproximación al grupo Los Planetas en Segundo Premio. Paula Ortiz regresará con Hildegart, y Rodrigo Cortés llegará con una producción de, ni más ni menos, Martin Scorsese en Scape. Hay mucha curiosidad por ver qué ha hecho Javier Rebollo en su regreso al cine, En la alcoba del sultán; y por el drama musical sobre la eutanasia Polvo Serán, del siempre notable Carlos Marqués-Marcet. Por su parte, Jonás Trueba volverá a intentar conquistar al público con su estilo de francotirador alejado de la industria con Volveréis.

Pilar Palomero y Andrea Jaurrieta parecen apuestas seguras para algún festival gracias a Los destellos, adaptación de un relato de Eider Rodríguez; y Nina, un western de venganza protagonizado por Patricia López Arnáiz. Y una duda, ¿llegará a tiempo el esperado documental de Albert Serra sobre la tauromaquia antes de que ruede su primera película en inglés?