Marruecos acusa a España de

El Gobierno marroquí ha criticado este viernes que "la instrumentalización" del Parlamento Europeo en la crisis diplomática con España es "contraproducente" después de la aprobación este jueves de una resolución que rechazó el uso de los menores por parte de las autoridades marroquíes en la crisis migratoria de Ceuta.

El ministerio de Exteriores marroquí ha denunciado que la resolución "entra en una lógica de escalada política con poca visión del futuro", y añadió que "no contribuye a la solución".

"Esta maniobra, que tiene como fin eludir el debate sobre las razones profundas de la crisis, no engaña a nadie", incluye la nota.

De nuevo, Marruecos considera que España intenta "europeizar" la crisis entre ambos países, lo que para el Reino alauí son "tentativas inútiles y no alteran el carácter puramente bilateral (entre España y Marruecos)" del conflicto diplomático.

En la nota, el Gobierno marroquí ha lamentado que la resolución de este jueves no vaya en consonancia con la cooperación "ejemplar" marroquí en materia migratoria, y ha recordado que el país abortó desde 2017 más de 14.000 intentos de migración irregular, desmanteló 5.000 redes de tráfico de personas y rescató a más de 80.500 emigrantes a la deriva en el mar, además de evitar numerosos intentos de asalto a las vallas de Ceuta y Melilla.

"Marruecos, por lo demás, no necesita ningún aval en su gestión de la migración. La postura de profesor y alumno ya no funciona", ha denunciado la nota que criticó la actitud "paternalista" europea, y subrayó que la resolución de la Eurocámara es "contraria al espíritu de asociación" y "debilita el espíritu de asociación".

Además, Marruecos recuerda que el problema "sigue siendo con España, mientras no se resuelvan las razones que lo provocaron", en referencia a la reclamación de Rabat de que España cambie su postura sobre el Sáhara Occidental.

El Parlamento Europeo rechazó este jueves en una resolución (con 397 votos a favor, 85 en contra y 196 abstenciones) la actitud de Marruecos por permitir la llegada a la ciudad norteafricana española de Ceuta el pasado mayo de cerca de 10.000 emigrantes, incluidos menores y niños, para "presionar políticamente" a España, pero a la vez confió en que esa crisis no deteriore las relaciones entre Bruselas y Rabat.