El ayuntamiento de Nueva York ha abierto en un cementerio municipal una gran zanja como fosa común para los cadáveres de fallecidos por coronavirus que lleven días sin ser reclamados por ningún familiar o pertenezcan a familias demasiado pobres para permitirse los gastos funerarios.
Las imágenes de los operarios municipales metiendo ataúdes amontonados en hileras dentro de la misma fosa, que va cubriéndose de tierra conforme llegan los fallecidos, ha trascendido esta mañana en medios estadounidenses. Están enterrados en una trinchera larga y estrecha abierta por máquinas excavadoras. Según las autoridades locales, se están abriendo dos más por si fueran necesarias ante la avalancha de muertes que sufre la ciudad.