Para Patti Smith, había sido ‘una noche iniciática’. Saber que Bob Dylan estaba allí ‘tuvo un efecto extraño’ en ella y, en lugar de acobardarse, la obligó a ser la totalidad de lo que podía ser en ese momento, es decir, a dar un irrevocable paso adelante
Hace cincuenta años, el 26 de junio de 1975, Bob Dylan se levantó de un taburete de barra y entró en los camerinos de The Bitter End, el famoso club del n.º 147 de Bleecker Street. No era un día como tantos; por la mañana, había sacado un álbum doble que iba a contracorriente de todo lo que se estaba haciendo en aquella época (The Basement Tapes) y ahora, como guinda de la jornada, se disponía a conocer a la mujer que acababa de abandonar el escenario, Patti Smith.