asesino La más grave injuria que existe desde el punto de vista estrictamente penal resuena con frecuencia a la ligera. La usaban los ultras con Carrillo, agitando fantasmas de la guerra civil; los simpatizantes de ETA con Felipe González, en tiempos de los GAL; y la izquierda radical con Aznar, en tiempos de la guerra de Irak. Aún hoy la usa la derecha con Sánchez cuando le dicen que "mercadea con los asesinos de ETA", y cosas así, por incluir en el diálogo político a los representantes de Bildu. En 2020 un diputado llamado José Ángel Alonso llegó a decir que "los Presupuestos están manchados de sangre".
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