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El Ministerio de Cultura devuelve a la familia de Pedro Rico siete cuadros incautados por el franquismo
La primera fue un retrato de Francisco Giner de los Ríos el pasado mes de diciembre, perteneciente a la Institución Libre de Enseñanza, que albergaba la Biblioteca Nacional de España. La segunda ha llegado ahora, con la restitución de siete cuadros pertenecientes a la colección del que fue el primer alcalde republicano de Madrid, Pedro Rico.

Los lienzos estaban dispersos en el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional del Romanticismo, el Museo del Traje, el Museo de Bellas Artes de Asturias, el Museo de Bellas Artes de Valencia y el Museo de Málaga. Todos ellos se encontraban en situación de depósito temporal y nunca habían formado parte de las colecciones permanentes. Sus títulos son Asalto a la diligencia, Escena de majos y celestina (atribuidos ambos a Eugenio Lucas Villaamil); Llevando el viático a una enferma, El bautizo, Romería de San Isidro (los tres de Eugenio Lucas Villaamil), Romería (Ángel Lizcano Monedero) y Salida de toreros o El paseíllo (atribuido a Eugenio Lucas Velázquez).

Además de estas siete obras, otras dos depositadas en el Museo de Bellas Artes de Asturias, Vendedor de periódicos y El merendero, que serán devueltos próximamente a la familia de Pedro Rico en un acto organizado por la comunidad autónoma.

El viaje de los cuadros

Las obras fueron incautadas el 9 de junio de 1938 de la casa de Pedro Rico, que llevaba dos años abandonada. Estos fueron puestos a salvo en un almacén del Prado. Tras el final de la contienda y con Rico en exilio en Francia, el republicano no pudo regresar nunca a España ni reclamar la devolución de sus bienes. Los cuadros acabaron dispersos en instituciones de distintos lugares del país sin constancia de su verdadero origen.

Algunos fueron trasladados al Museo de Valencia, actualmente Museo de Bellas Artes de Valencia de titularidad estatal, donde se pudo localizar uno de ellos, Romería. Otros dos fueron destinados al Museo Provincial de Oviedo, hoy Museo de Bellas Artes de Asturias, de titularidad autonómica: Vendedor de periódicos y El merendero. Escena de majos y celestina y Asalto a la diligencia permanecieron en el Prado.

Hubo cuatro pinturas que fueron objeto de un robo en los almacenes de este museo, en ese momento a cargo del Servicio de Defensa del Matrimonio Artístico Nacional. Los autores del hurto eliminaron cualquier vestigio de propiedad que guardaban las obras, en este caso, la etiqueta con la que la Junta de Incautación identificaba los bienes de los que se hacía cargo, preparando el camino para su devolución. De ahí a que aunque los cuadros fueron recuperados por la policía, se perdió la pista de su origen.

De estos, El bautizo fue destinado al Museo Nacional de Etnología y terminó en el Museo del Pueblo Español cuyas colecciones conserva hoy el Museo del Traje, donde se ha custodiado junto a El viático hasta este jueves. Salida de toreros acabó en el Museo de Málaga y La Romería en el Museo Nacional del Romanticismo.

Justicia y reparación histórica

“Os devolvemos lo que es vuestro”, ha proclamado a los familiares de Pedro Rico Javier Solana, Presidente del Patronato de la pinacoteca nacional, en el acto en el que ha tenido lugar la entrega en el Museo del Prado.

“Este es un acto de justicia y reparación histórica”, ha sumado el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que ha afirmado que esta restitución “no solo tiene que ver con el pasado, sino que configura nuestra mirada actual. Es un gesto de futuro y de esperanza”. El político ha celebrado, haciendo referencia a la guerra civil y posterior dictadura, que este “periodo de muerte y represión no consiguiese borrar el rastro de la cultura como emblema, savia imprescindible de la democracia. Arte y creación como aquello que pervive para hacernos mejores”.

También ha tomado la palabra Francisca Rico, nieta del alcalde, que ha recordado que su abuelo fue “gran aficionado al arte” y que reunió obras “preferiblemente pictóricas”, de pintores españoles de finales del siglo XIX. No solo fueron incautados sus lienzos, sino también su biblioteca, en junio de 1939. “Gracias al estudio de investigación de Arturo Colorado, se han localizado muchos de ellos. Los herederos consideramos que dichas obras deben retornar a sus legítimos propietarios: sus descendientes”, ha reivindicado. Por último, ha indicado que esta devolución permite “reparar el desagravio a la memoria” de su abuelo.

Un catálogo de más de 50.000 obras

Fue en junio de 2024 cuando la administración liderada por Ernest Urtasun compartió un listado de las 5.126 obras requisadas por el franquismo y abrió la vía para quienes localizaran algún objeto de su titularidad, pudieran reclamarlo. El inventario incluía un amplio abanico de piezas como joyas, vajillas, cucharas, cerámicas, cuadros, esculturas, mobiliarios y ornamentos litúrgicos.

La mayoría de ellas procedían de incautaciones realizadas por la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico creada por el Gobierno de la Segunda República para salvaguardar temporalmente los bienes artísticos de los daños de la contienda. De todas las pinacotecas estatales, el Museo de Artes Decorativas es el que más obras contenía, con más de 1.700; seguido del Museo Nacional del Romanticismo con 1.495 y el Museo Arqueológico Nacional con 1.156.

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