Un escenario un tanto feísta, dos piedras de cartón, un decorado pintado, un músico, dos actrices y unos monólogos dichos a público. Eso es todo el aparataje teatral que contiene Las cautivas, la obra de la compañía Teatro Futuro que se ha presentado este fin de semana en Matadero Madrid. Pudiera parecer una puesta de teatro de colegio, inofensiva, amateur. Pero nada es lo que parece en este montaje.
Cuando vemos la caracterización de la india, Rosalía, pintada como una Pocahontas del Cono Sur, ataviada con cintas del pelo de plástico fluorescentes que hacen las veces de brazaletes indígenas, el ojo europeo de la corrección política se alarma.