La primera parte sí que estuvo igualada, con un equipo azulgrana que tuvo más el balón y un Dortmund que buscó el contragolpe. Eso sí, el único peligro de los de Valverde llegó a balón parado, mientras que los germanos la tuvieron en un mano a mano en el que el portero culé le ganó la partida a Marco Reus.

Tras el descanso, una gran jugada individual de Luis Suárez casi abre el marcador, pero fue un espejismo ante el vendaval de juego que se le vino desde entonces encima. El Dortmund no solo dominó, sino que tuvo varias ocasiones clarísimas, un penalti incluido. El talentoso Jadon Sancho fue pisado en el área por Semedo y el colegiado señaló los once metros. Ter Stegen, descomunal en su estirada, le ganó la partida de nuevo a Reus.

Las ocasiones se repitieron en el área azulgrana, primero con otro intentó de Reus que se perdió por poco, después en un centro de Achraf que Alcácer no pudo rematar bien y la más clara, un zapatazo del recién incorporado Brandt que se estrelló con violencia en el larguero.

Ni siquiera la entrada minutos antes de Messi alivió a un equipo totalmente superado. Leo, que reaparecía casi mes y medio después, lo intentó sin descanso, pero demasiado solo, sin encontrar socios ni en Griezmann ni en Suárez. 

El sufrimiento acabó para el Barça gracias a tener el balón. A falta de poder crear oportunidades, los culés monopolizaron la posesión para asegurar un empate que, pese al mal juego exhibido, es un gran resultado, más aún con el empate entre Inter de Milán y Slavia en el otro encuentro.