EFE

El vallista español recibió la medalla tras la injusta final en la que quedó quinto por la caída de McLeod.Orlando Ortega, el atleta que huyó a Chipre para alcanzar la cima del mundo.

Orlando Ortega, durante el Mundial de Doha 2019

El español Ortega, recompensado este jueves con la medalla de bronce por el Jurado de Apelación de los Mundiales tras ser obstaculizado por el jamaicano Omar McLeod en la final de 110 m vallas, resumió sus sentimientos con esta frase: "Ahí arriba hay un Dios"."Han sido minutos de una mezcla de emociones impresionante. Estaba esperando a que me dijeran algo, me dijeron que viniera, que me vistiera y que corriera para el estadio.

Ha sido emocionante", relató con respecto al momento vivido este jueves."No sabía qué hacer -prosiguió-. Sólo quería coger aire, estar solo. Gracias a Dios, al pueblo de España, al que estoy eternamente agradecido. Esta medalla es un paso más para trabajar para España. Gracias a la Federación, que estuvo desde el principio conmigo. A todo el pueblo de España, gracias por todos los mensajes de apoyo y ánimo. Los he visto uno a uno, no pude responder a todos, pero gracias de corazón a todos. Ahora a disfrutar de esta medalla"."Ahí arriba hay un Dios. Creo mucho en él y este momento tenía que llegar. Muchas gracias a todos por el apoyo y ahora a disfrutar. No quiero llorar, pero estoy muy emocionado. Cada mensaje que he leído en Twitter, en redes sociales, de apoyo, de ánimo, de todas las personas que han estado protestando... no tengo palabras. Hay Orlando para rato, vamos a seguir luchando y trabajando. Llegaremos a Tokio en pleno estado de forma. Seguiremos luchando", afirmó tras recibir su medalla de bronce un día después de la carrera.