Si te gustó Sonic the Hedgehog…
debes probar Ori and the Blind Forest
(Disponible en Nintendo Switch, Xbox One y Windows)
Sonic the Hedgehog no necesita mucha presentación. El popular erizo azul fue el protagonista de las pantallas en los 90 y, tanto su música como diseño de niveles, provocaron que fuera imprescindible para todos los propietarios de una Sega Mega Drive.
Ori and the Blind Forest (que recientemente ha lanzado su segunda parte) no es exactamente igual, pero hay algo fundamental en lo que coincide con el erizo: en un elaborado diseño de niveles de plataformas. La dificultad irá aumentando a medida que avancemos y consigamos más poderes (y movimientos) con el personaje, pero siempre de forma equilibrada para el jugador. Además, su apartado artístico (similar al de los últimos Rayman) convierten cada escenario en una delicia visual.
Si te gustó Monkey Island...
debes probar Kentucky Route Zero
(Disponible en PS4, Nintendo Switch, Xbox One y ordenadores)
“Yo soy cola, tú pegamento”. Es solo una de las míticas frases por las que Monkey Island es recordado como un icono dentro de la industria del videojuego. Esta aventura gráfica se sitúa dentro del género point and click, que es como se definen a aquellas obras en las que básicamente hay que interactuar con el entorno haciendo clic con el ratón para avanzar en la trama. Ahora no son tan frecuentes como en los 90, donde tuvieron un gran auge por títulos como Grim Fandango (1998) o Day of the Tentacle (1993), pero siguen existiendo.
Una de las mejores opciones puede ser Kentucky Route Zero, que salió a la luz en 2013 y lanzó su quinto y último acto el pasado mes de enero. En él acompañamos a Conway, un camionero que debe llevar su último encargo antes de retirarse a una dirección que desconoce. Todo el mundo le recomienda llegar hasta allí a través de la autopista Zero, iniciando así un viaje de autodescubrimiento donde nada es lo que parece.
Si te gustaron Los Sims...
debes probar Animal Crossing New Horizons
(Disponible en Nintendo Switch)
Si pasaste horas creando tu casa en Los Sims (2000), entonces quizá deberías prestar atención a otro juego que ya se ha convertido en el alivio del confinamiento: Animal Crossing New Horizons (2020). En él controlamos a un aldeano que llega a una isla desierta y tiene que ingeniárselas para convertirla en un lugar habitable, todo ello siguiendo siempre nuestro propio criterio de personalización. La saga de Nintendo ya contaba con muchos fans antes de este último título, pero es ahora cuando se están explorando al máximo sus posibilidades. Sobre todo con la posibilidad de visitar “otras islas” de amigos, ya sea para compartir suministros o simplemente para admirar la decoración de nuestro compañero. De hecho, hay quien se ha animado a celebrar la Feria de Sevilla de forma virtual, con trajes de gitana y casetas incluidas.
Día de feria con @miadresden #AnimalCrossing #ACNHdesign #NintendoSwitch pic.twitter.com/DLG8jQb8mb
— Pinapali? (@pinapali) April 26, 2020Si te gustó Commandos...
debes probar Shadow Tactics: Blades of the Shogun
(Disponible en PS4, Xbox One y ordenadores)
Puede que Commandos (1998), junto a Counter Strike (1999) y PC Fútbol (1992), fueran los protagonistas de prácticamente cada ordenador español a principios de los 2000. Este juego de estrategia nos planteaba misiones por diferentes países durante la Segunda Guerra Mundial, y el objetivo era coordinar a los distintos personajes (el boina verde, el francotirador, el marine…) para alcanzar el objetivo. Si queremos algo parecido podemos acudir a Shadow Tactics: Blades of the Shogun (2016), con mecánicas muy similares pero ambientado en otra época: el Japón medieval. Si nos quedamos con ganas de más es recomendable tener un ojo puesto a Partisans 1941 (que sale en verano), en el que manejamos a un comandante soviético del Ejército Rojo para hacer frente a la ocupación nazi.
Si te gustó Tetris...
debes probar Tetris Effect
(Disponible en PS4 y Windows)
Emocionarse con Tetris parece algo imposible, especialmente en la era de los gráficos de alta definición, pero en 2018 apareció un título que contra todo pronóstico rompería esos esquemas: Tetris Effect, desarrollado por el estudio japonés Resonair. Una simple partida es suficiente para comprobar lo que propone: una experiencia visual, auditiva y rítmica mientras unimos bloques como en el clásico de 1984. El objetivo sigue siendo el mismo más de 35 años después, pero la sensación es completamente diferente.
Si te gustó Ghouls’n Goblins...
debes probar Cuphead
(Disponible en Nintendo Switch, Xbox One y ordenadores)
El caballero Sir Arthur fue responsable de más de un dolor de cabeza. Si por algo destacaba Ghouls’n Goblins (1985), allá cuando todavía existían las recreativas, era por su elevada dificultad. Solo podías recibir dos golpes de un enemigo, y quedarse en calzoncillos (la última fase antes de morir) era lo mas habitual.
Cuphead (2017) es un símil actual perfecto: nuestra misión es avanzar de la izquierda a la derecha de la pantalla derrotando a los enemigos. La diferencia es que este título no se centra tanto en las plataformas como el anterior. Opta, en cambio, por convertir a los jefes en los ejes centrales de la obra. Además, su aspecto visual al estilo Disney de los años treinta es una auténtica proeza: cada fotograma y movimiento está dibujados a mano. Hasta las gotas de lluvia de una fase, donde caen más de 6.000, son diferentes entre sí.
Si te gustó Double Dragon...
debes probar Castle Crashers
(Disponible en prácticamente todas las plataformas)
Al igual que ocurrió con los ya mencionados juegos point and click, en los 90 también fue protagonista otro género: el beat 'em up. En él, básicamente había que desplazarse por las diferentes pantallas derribando a un gran número de enemigos, normalmente en escenarios urbanos y con armas como bates de béisbol o cadenas. Uno de sus máximos exponentes fue Double Dragon (1987), que alcanzó el estrellato tanto en consolas como en recreativas.
Después de una etapa prolífica con otros títulos como Streets of Rage (1991), el beat 'em up fue cayendo paulatinamente en desuso. Sin embargo, en 2008 apareció una obra que lo resucitaría: Castle Crashers. La lógica es la misma que en Double Dragon. Hay que acabar con todo lo que vemos en pantalla y seguir avanzando hasta la parte derecha de la pantalla, pero esta vez, además, la batalla se desarrolla en un mundo fantástico medieval con dragones o sapos gigantes.