A lo largo del día, en ciudades del todo el territorio, como Alicante, Barcelona, Córdoba, Sevilla, Valencia o Valladolid, entre otras, se celebra un nuevo viernes negro para la cultura. En Madrid el acto ha dado comienzo a las 12 de la mañana en la Plaza de Oriente. Allí se han citado en torno a un centenar de profesionales con vestimentas y mascarillas oscuras. Después de unas breves palabras de los organizadores, entre marchas fúnebres y aplausos se ha escenificado un auténtico funeral para representar "la agonía de un sector al que están dejando morir”, dice Iván Espada, portavoz de Alerta Roja. "Las pocas ayudas que han llegado son insuficientes para la totalidad de la cadena de valor del sector".
Esta mañana, poco antes de la convocatoria, el ministro de cultura José Manuel Rodríguez Uribes ha destacado en la televisión pública el paquete de ayudas que ha puesto en marcha el gobierno para "cubrir las necesidades de los trabajadores de la cultura", así como la aprobación del decreto el Decreto Ley 32/2020 del 3 de noviembre para técnicos, que contempla la implementación de medidas complementarias por desempleo. "Estamos hablando de una cantidad de 432 euros para trabajadores por cuenta ajena que han agotado por completo sus prestaciones y no han cobrado ningún otro subsidio, explica Espada, es absolutamente insuficiente".
Reconoce que "parte del problema con las ayudas es que no sirven porque son repartidas por asesores que no conocen el funcionamiento del sector". Solo en el gremio de los técnicos, la descapitalización profesional, dice, es del 32%, según los datos que maneja la Plataforma. "La música en directo ha perdido 126.000 millones de euros, los eventos unos 800 millones... hacen falta medidas más concretas".
Por ejemplo la homogeneización de la normativa que se aplica a los espacios y aforos donde se realizan espectáculos, y que actualmente depende del criterio de cada comunidad autónoma. "Así lo que se consigue es que los únicos edificios del sector que pueden operar sean los públicos, porque se pueden permitir trabajar a pérdidas", explica Espada.
Carlos Grimaldi es técnico de sonido y está "prácticamente parado" desde el inicio de la pandemia el pasado mes de marzo, hace ya nueve meses. Este viernes ha acudido al acto en Madrid para reclamar que "con las ayudas que recibimos no podemos mantenernos a flote". En los últimos meses ha podido hacer "algunos conciertos en formato acústico, con aforos reducidos", pero un verano normal hubiera tenido "cuarenta o cincuenta actuaciones".
Esta crisis está afectando a todos sus compañeros, "de muchísimos perfiles profesionales": iluminación, personal de puntos de venta, acomodadores, actores, cantantes, maquilladores, peluqueros... "El de los eventos y los espectáculos es un trabajo que funciona en equipo y cada trabajo es importante para que los demás salgan, por eso se debe abordar de manera conjunta".
Sobre las medidas que hasta ahora ha tomado el Ministerio de Cultura, asegura como Espada que "son insuficientes" porque "van dando palos de ciego y no dan con la tecla de cubrir la necesidad de muchos profesionales". La mayoría, dice, trabajan como autónomos para varias empresas o varios grupos, y en periodos intermitentes. "La temporalidad nos define, pero nos ven como autónomos que trabajamos de lunes a viernes y que tenemos unos ingresos más o menos estables".
Ante la inacción de las administraciones, Carlos tiene puestas todas sus esperanzas "en las vacunas que están saliendo y que pueden poner fin a esto". Hasta entonces, dice, seguirán organizándose para que se impulsen medidas que ante una situación así sean eficientes. El ministro Uribes ha informado esta mañana que cree tener la "solución definitiva" a los problemas que atraviesa la cultura y que pasa por la elaboración de un "estatuto del artista, en el que ya se trabaja con otros ministerios que también estarán implicados". "La cultura forma parte de la identidad de un país y de su gente, hay que ponerla en valor", concluye Carlos.