Paul Morrison (2020)
Benji —Dave Johns en un rol en sintonía vital con el de la ganadora de la Palma de Oro Yo, Daniel Blake, de Ken Loach— es un enfermero jubilado que dedica sus mañanas a dar grandes paseos por el norte de Londres con su perra. Un día conoce a Fern —interpretada por Alison Steadman—, una mujer divorciada que también pasea a su can. Aunque empiezan con mal pie, pues ella le riñe por no llevar a su perra atada, tras varios encuentros ambos empiezan a caminar juntos. A caminar y hablar. Es lo único que hacen, pero pronto descubren que es lo que más necesitan.
El realizador Paul Morrison tenía un golden retriever al que sacaba a pasear por los parques y jardines del norte de Londres. Lo hizo religiosamente hasta que el perro falleció a los 16 años. De aquel recuerdo, de aquellos innumerables paseos, el realizador de 76 años ha tejido una historia en la que persiste cierto espíritu flâneur, al recorrer los mismos espacios que tan bien conoció a lo largo de los años. Y en ellos ha situado a dos personajes solitarios, enfrentados a una vejez en la que construir nuevas relaciones es difícil, pero sigue siendo necesario. Un drama romántico sencillo, sin estridencias, sobre la senectud y la búsqueda constante de compañía.
Urszula Antoniak (2017)
Michael intenta aparentar que es un hombre joven y exitoso hecho a sí mismo. Se mueve entre los ambiente de la alta sociedad berlinesa, pero en secreto está obsesionado con encajar, con trabajar su acento alemán y borrar el hecho de que es una persona migrante. Nació en Polonia y emigró tras la muerte de su madre. Su padre era alguien totalmente ausente. Un buen día un hombre polaco llama a su puerta y asegura ser su progenitor. Entre ambos se establecerá una relación complicada asentada sobre el autoodio, las raíces y la asunción de que son, prácticamente, dos desconocidos. Pero no solo el uno para el otro, también son desconocidos para sí mismos.
Tras el éxito de la polaca Ida, Oscar a mejor película de habla no inglesa en 2014, es lógico pensar que la productora Opus Film quisiese abundar en proyectos que cuadrasen con ese poderoso blanco y negro que utilizaba la película de Pawel Pawlikowski para acentuar el dramatismo y, en ocasiones, disimular con elegancia la falta de recursos. Así debieron dar con esta obra de Urszula Antoniak, directora de la sorprendente Nada personal. Más allá de las palabras ha tardado cuatro años en llegar a nuestro país desde que se estrenase en festivales. En ella, Antoniak repite el leitmotiv de dos desconocidos que se buscan a sí mismos, pero con una puesta en escena ambiciosa y seductora.
Tylor Norwood (2020)
Robin Williams se suicidó en agosto de 2014 a los 63 años. Hacía tiempo que lidiaba con una depresión y una enfermedad degenerativa: la demencia con cuerpos de Lewy. Se trata de un mal muy difícil de diagnosticar debido a que sus síntomas se confunden con los del Parkinson y el Alzheimer. Williams era un hombre superdotado y obsesionado con el humor. Alguien que empezó en pequeñas salas de stand-up comedy y se convirtió en uno de los rostros más conocidos de Hollywood, una suerte de presencia tranquilizadora y amable para la generación de espectadores que creció con El club de los poetas muertos, Hook, Flubber, la Señora Doubtfire, Jumanji o El indomable Will Hunting. Si le preguntaban cuál era su mayor miedo, contestaba: "Tengo miedo de pasar a ser, no solo aburrido, sino una roca".
Ahora Filmin estrena el documental El deseo de Robin. Una cinta que explora la vida y la obra de este actor, así como la dignidad con la que vivió su enfermedad y perdió sus facultades. También un retrato de la sordidez con la que los medios explotaron su suicidio. Una película que habla de la enfermedad sin medias tintas, y profundiza en la honestidad de una figura clave para entender la cultura pop de los noventa.