Tanit Plana apunta su objetivo y acciona su flash. Realiza un encuadre similar en todas las instantáneas, muestra el cuerpo entero de sus púberes y, en esa aparente sencillez, "estamos todos interpelados", opina Dahó. Pues la fotógrafa expone una figura adolescente ante un fondo limítrofe, "allí donde el tejido urbano se desdibuja dejando entrever cómo la ciudad crece, se desborda o se aletarga", añade Marta Dahó. Cuando Plana obtuvo las primeras imágenes de su proyecto PUBER, las compartió en las clases de fotografía que imparte a adolescentes. Parte del alumnado señaló a su profesora que estos espacios "les sirven como refugio muchas veces porque son sitios a donde van como lugares de escape, a tomarse unas birras, a follar. O simplemente a estar, a compartir, a tener unas charlas fuera de los ámbitos más regulados como pueden ser las plazas o las casas", rememora Plana.
PUBER se exhibe en un espacio negro, cubierto por 74 fotografías verticales a color. En estas, Tanit Plana documenta 74 realidades distintas en un cruce entre lo rural y lo urbano, entre la niñez y la adultez. La única premisa que recibieron las personas fotografiadas fue que tenían que mirar a cámara y no sonreír. La fotógrafa no conocía a sus modelos, pero realizó un casting vía Instagram. "No nos interesó nada seleccionar, todas las personas que acudieron al casting nos gustaron, no hubo filtro, si pertenecían al rango de edad [entre 9 y 19 años], entraban", aclara Plana. Para la autora no tenía sentido dejar a nadie fuera porque deseaba "retratar una idea de generación", añade.
"Nos están enseñando a decir el mundo de forma distinta. Cuando digo decir, me refiero que he visto en ellas y en ellos unas formas de ser políticas muy distintas a lo que podemos reconocer como formas o actitudes políticas. Por ejemplo, el hecho de responder a una llamada y acudir a representarse, y tener la intención absolutamente a conciencia y la responsabilidad de decir: 'Yo quiero salir en este proyecto porque creo que los cuerpos tullidos tienen que estar representados'", cuenta.
"Me parece brutal cómo acude una persona, que va en silla de ruedas, porque concibe de vital importancia que en una representación sobre la adolescencia se empiecen a ver cuerpos distintos. También nos están contando los adolescentes y, por tanto, nos interpelan al mostrarse sobre el género. Nos están contando que el género no es como lo habíamos entendido, nos están contando que quizá ni exista el género", opina la fotógrafa y docente.
Este cara a cara, esta confrontación latente, es llevada a cabo entre una fotógrafa y adolescentes que, como indica Dahó, "posan para una persona que podría ser su madre". El encuentro realizado a las afueras de la ciudad condal se cerró con música. Cada adolescente indicó sus tres canciones más escuchadas y estas fueron recopiladas en una lista de Spotify. El trabajo sonoro ha sido llevado a cabo por Orioll Rosell, experto en subculturas juveniles. Además de la anterior playlist, Rosell creó tres podcast titulados 'Generación', 'Pulsión' y 'Emoji', que sirven como una aproximación temática a la generación en cuestión.
Además de la fotografía de Plana y las playlists de Rosell (accesibles mediante códigos QR), la muestra se complementa con una pantalla vertical que presenta un montaje de 200 vídeos de la red social TikTok. Dicha edición fue llevada a cabo por la investigadora cultural Estela Ortiz. El espacio sonoro que generan estos stories de TikTok añade a la visita parte del universo virtual que habitan sus protagonistas.
La negrura de la sala solo se pierde en una de sus paredes donde, con brocha y sobre fondo blanco, se lee la frase: MASSA TARD, MARE (Demasiado tarde, madre), mensaje que Plana se encontró por las calles de Poble Sec. "Para mí, la adolescencia también tiene que ver con la individuación. Entiendo que es un proceso en el que el individuo adolescente está aprendiendo a ser una autonomía distinta a la de la madre, especialmente, también a la del padre, evidentemente. Es un proceso de separación y de reunión, por otros lados, con la figura de la madre. Me parecía de vital importancia de alguna forma que la idea o el concepto de madre estuviera en la exposición", comparte Plana.
La maternidad es uno de los focos artísticos de Tanit Plana: "Ser autónoma, ser autora y ser madre en este país donde la cultura y el arte no se aman, especialmente desde la instituciones, es casi un acto de resistencia que llevas a cabo con tu propia vida".
Paralelamente, Plana está trabajando en otro proyecto: Partos. Este tendrá tres ejes: espectáculo, exposición y taller. Comenzará su andadura en Barcelona durante el mes de julio. "Son tres aproximaciones a un hecho, que a mí me parece de vital importancia que nos acerquemos a él. Es un tabú el tema del parto, desde las violencias obstétricas a las imágenes en relación con los nacimientos, a cómo el heteropatriarcado ha condicionado las formas de parto o de alguna forma ha condicionado cómo debían comportarse los cuerpos de la mujer en la generación de nuevas personas", señala la autora barcelonesa. La muestra se fundamentará en una cuestión que lanzó la escritora Siri Hustvedt: "¿Cómo es posible que en filosofía hayamos preguntado tanto sobre la muerte y tan poco sobre el embarazo y el parto?".