Solo un 39% de las salas de cine españolas siguen abiertas, capeando el temporal y a la espera de que algunas reabran si los datos de incidencia mejoran. El sector español de la exhibición ha combatido la tercera ola de la pandemia ya muy maltrecho: las ayudas no son suficientes y los responsables de los cines buscan fórmulas de programación alternativas mientras insisten en que las salas son espacios seguros. En lo que respecta exclusivamente al cine español, al cierre de 2020 había recaudado 43 millones de euros, la cifra más baja desde principios del siglo XXI, según los datos del Ministerio de Cultura y Deporte.
Con todo, este año los Goya podrían rendir digno tributo al cine independiente. La mayoría de las películas con más nominaciones no tienen grandes nombres en sus carteles, ni grandes presupuestos en sus producciones. Es cierto que Adú, ojito derecho de Mediaset, es la película más nominada, pero también es cierto que títulos modestos como Las niñas, Ane o Akelarre se sitúan entre las favoritas de un año en el que el cine independiente ha supuesto el 93% de la cartelera.
En 2020 el cine español recaudó menos de la mitad que en 2019 y aún menos si lo comparamos con lo recaudado en 2018 y 2017. La taquilla ha marcado un mínimo histórico: el peor dato en los últimos veinte años, la cifra más baja del siglo si nos ponemos tremendistas.
Todas las películas estrenadas sumaron 43 millones de euros, 13 de los cuales corresponden al éxito de Padre no hay mas que uno 2: La llegada de la suegra, de Santiago Segura. La película más taquillera de este año, que por cierto no tiene una sola nominación, se embolsó bastante menos que otros éxitos recientes de Mediaset como Tadeo Jones 2 o Perfectos desconocidos. Aunque eso no ha impedido que a Segura se le considere "el salvador del cine español".
Lo cierto es que la taquilla se ha desplomado en términos generales un 72%. Ante las ayudas a las salas de cine de 10 millones de euros, el sector calcula 446 millones de pérdidas. Los mismos exhibidores defendían a este periódico que las ayudas del Ministerio de Cultura y Deporte eran a todas luces insuficientes. De prolongarse la actual situación con restricciones cambiantes, ausencia de grandes estrenos y cierres temporales, el descenso rotundo de público conllevará el cierre de cines y la pérdida de muchos puestos de trabajo.
A pesar de la situación, el ministro José Manuel Rodríguez Uribes afirmaba, en un comunicado dirigido a los mismos Goya y enviado este viernes, que su ministerio había mostrado su apoyo "contundente, determinado y continuado" al sector. "Hemos mejorado los incentivos fiscales para los rodajes; hemos protegido a los productores independientes y aumentando su puntuación en los baremos de ayudas del ICAA", defendía.
Es cierto que los rodajes siguen adelante, pero que la industria no ha salido indemne de 2020 es una realidad. El confinamiento, el encarecimiento de los costes de producción para adaptarlos al protocolo anticovid o los cambios en las limitaciones y restricciones a la movilidad han supuesto no pocos quebraderos de cabeza para muchas productoras. Como dato: en 2019 el ICAA notificó 216 rodajes realizados en España. En 2020 solamente se notificaron 138. De un año para otro se han rodado 78 películas menos.
A principios de mayo, en plena pandemia, los Goya modificaron sus bases para permitir competir a los estrenos online. Una medida histórica que venía a responder a una dificultad urgente: dar cabida a las películas que tenían previsto estrenarse en los cines y se han visto obligadas a hacerlo en streaming, como consecuencia del cierre de salas provocado por la Covid-19.
Películas que este año podrán hacerse con algún cabezón. Es el caso de Historias lamentables de Javier Fesser, que se estrenó en Amazon Prime Video y tiene tres nominaciones. También el de Orígenes Secretos, que lo hizo en Netflix y cuenta con otras tres nominaciones.
Con todo, si 2020 fuese el año de algo que no fuese la pandemia, sería el año de las películas independientes. Y los premios de nuestro cine tienen la oportunidad de convertirse en un reflejo de ello: cuatro de las cinco nominadas a Mejor Película en esta edición son, de hecho, cintas independientes.
Filmax es la distribuidora que más películas españolas ha estrenado: La boda de Rosa tiene 8 nominaciones a los Goya, incluyendo la categoría de Mejor Película, y No matarás tiene 3 nominaciones y a Mario Casas sopesando su primera oportunidad de acariciar un cabezón. Ambas suman casi un millón de euros de recaudación. Pero además están Sentimental, que tiene 5 nominaciones, y La Vampira de Barcelona, que es la cinta más nominada de los Premios Gaudí, con 14 opciones.
Bteam acaba de celebrar su victoria en los Feroz con Las niñas, que parte como una de las favoritas de la noche de los Goya, y cuenta también con Nieva en Benidorm, que opta al Goya a Mejor Dirección y Dirección de Producción. Avalon es la responsable de la llegada a las salas de Akelarre, que suma 9 candidaturas, y de My Mexican Bretzel, que opta a dos estatuillas. Syldavía tiene entre las nominadas Ane, con 5 nominaciones y Festival ha comercializado Baby, candidata a 2 Goyas, entre ellos Mejor Dirección. Todas son independientes y puede que este sea el año de reconocer su labor.
En total 26 títulos distribuidos por compañías independientes suman 75 nominaciones. Éstas, que forman parte de la Asociación de Distribuidoras Independientes, han estrenado un 50% más de películas españolas que el año anterior, con un incremento del 30% de la recaudación a pesar de la bajada global de la taquilla. Es decir, que las distribuidoras independientes han puesto la otra mejilla para que los cines siguiesen teniendo películas que estrenar. Como mínimo, el gesto merece un reconocimiento.