El planteamiento es colaborativo con las librerías asediadas por el gigante de la distribución y ofrecerles un nuevo escaparate online para responder con velocidad y accesibilidad a los pedidos. Bookshop se presentó este marzo a las librerías españolas con un lema: quitar clientes a Amazon para devolvérselos (con una campaña de promoción en la que tratarán de convencer a los medios de comunicación para vincularse con Bookshop). Los tres socios que dirigen la iniciativa en España son Marc Subirats, Eva Cosculluela y Marta Marrón -tres libreros- y quieren ser “el Amazon solidario”.
La Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) ha propuesto un pacto de buenas prácticas con Bookshop, con la abstención del Gremio de Librerías de Madrid. Este pacto apenas es una declaración de buenas intenciones, en la que se aclara que la intención de la nueva plataforma es convivir con los libreros y respetar la ley del precio fijo del libro, entre otras cosas. Este miércoles, el gremio de las madrileñas se reunió al completo para definir cuál es la posición ante el desembarco de Bookshop. La mayoría de las librerías, tal y como ha podido saber este periódico, se niegan a llegar a acuerdos con la empresa porque es “darle demasiado poder”, explican las fuentes consultadas. Dudan de la estrategia de la empresa, que reclama a los libreros entregarles su “Big Data” de clientes fidelizados a cambio de visibilidad y un ingreso del 25% sobre el PVP de cada ejemplar vendido vinculado a la librería sin tener que hacerse cargo de la gestión del envío.
Desde Bookshop han explicado a los libreros que su nicho de interés son clientes que sólo compran en Internet y no aquellos que acuden a la tienda. Pero los libreros también dudan de estas intenciones y creen que si les apoyan alimentarán a otro monstruo, que en un futuro podría quedarse con el negocio, una vez le entreguen el capital del público fidelizado. Nadie les garantiza, dicen, que en tres años Bookshop se desvincule de las librerías y se quede con su red de clientes. Desde Bookshop declinan contrastar con este diario las dudas que plantean los libreros hasta el lunes, cuando anuncien su plataforma. De momento, tienen el visto bueno de casi 200 de las 500 librerías independientes que hay en toda España.
Bookshop quiere facturar en dos años diez millones de euros. Quienes han navegado por la web dicen que es un proyecto muy ágil y no les extraña que vayan a alcanzar ese margen tan llamativo. Los libreros madrileños creen que ocurrirá a costa de sus beneficios. “No creo que nos quiten nuestros clientes más fieles”, dice Aldo García, director de Machado Libros. “Su estrategia es vender los libros que no están en stock en nuestras librerías. Quieren atender a los clientes que piden un libro y no tienes en ese momento, para no dejarle 20 días esperando y servirle de inmediato. Y a través de su web el cliente compra asociando su pedido a una librería o no. Es cierto que una vez pasen los años, quién controlará a quién. Nos piden que les entreguemos nuestro patrimonio para que lo cuiden ellos. No sé. Nosotros vamos a pensar este fin de semana si aceptamos la alianza”, añade el librero.
Lola Larumbe, dueña de Librería Alberti, también duda de la alianza. Dice que han usado el gancho del apoyo a las independientes, pero que su negocio es la venta de libros. “Aunque no queramos, terminaremos afiliándonos por estar ahí. No creo que haya oportunidad de negocio para las librerías independientes en esta plataforma. Además, CEGAL puso en marcha hace medio año Todostuslibros.com y Bookshop llega a enturbiar su marcha. Nosotros queremos que nuestra web siga en pie y funcionando. Quien quiera comprar libros en librerías independientes, que pase por Todostuslibros.com. Lo otro, es otra cosa”, explica la librera.
En Tipos Infames también están divididos, aunque reconocen que no pueden quedarse al margen de una plataforma así. “En la reunión del Gremio el 99% de los libreros se mostró en contra de la alianza, porque el miedo es a que se queden con la marca de las librerías independientes que hemos construido todos estos años. Pero lo cierto es que han venido para quedarse, con nosotros o no”, explica Alfonso Tordesillas, librero de Tipos Infames.
El capital inicial del negocio es de medio millón de euros, una cifra lo suficientemente alta como para adelantar un ambicioso plan de acción. Y con cada venta a través de la tienda, Bookshop se queda el 5%. ¿Dónde está el margen de beneficio para mantener a flote una empresa que se propone quitarle un trozo del pastel a Amazon? En el descuento que consigue de las editoriales. Han contado a los libreros que han llegado a un acuerdo con Penguin Random House y Planeta -los dos principales grupos editoriales de este país- del 40% de descuento en la compra de los libros. “A nosotros no nos hacen ese descuento ni en sueños”, apunta Tordesillas.