El pasado 11 de mayo, Joan Margarit habría cumplido 83 años. Por este motivo, su familia, junto a la editorial Visor, eligieron ese día para publicar su último poemario, titulado Animal de bosque / Animal de bosc (Ed. Visor Libros, 2021). El manuscrito fue entregado a la editorial dos meses antes del fallecimiento del poeta catalán. En un principio, el plan editorial no era que el poemario se publicase de manera póstuma, pero el cáncer linfático se extendió rápidamente por el organismo de Margarit, que vivió el último año de su vida –uno de "los más felices" según el autor– entre sesiones de quimioterapia y poesía.
"El juicio final lo hará el tiempo y, al contrario de los juicios finales de las religiones, yo no sabré el resultado. A mí me corresponde sólo –y no es poco– el día a día con los poemas", sentenció Margarit en el prólogo de Tots els poemes 1975-2011 (Ed. La Butaca, 2011).
Animal de bosque lo componen 77 poemas que transitan la lúcida senectud del poeta bilingüe, versos que tienen un halo de despedida. "Creo que es un resumen de su vida. Es el Margarit más maduro. Contiene muchos recuerdos personales a su familia, a sus hijas, a su mujer e hijo. Un resumen vital", desvela Chus Visor.
Jesús García Sánchez (Madrid, 1945) –más conocido como Chus Visor, editor de Visor Libros– asegura a elDiario.es haberse "acordado mucho" de su amigo Margarit realizando la edición de Animal de bosque. El editor madrileño echó en falta poder preguntar dudas al poeta y, especialmente, lamenta haber perdido a "una persona tan querida, amable y buena".
Entre versos, el poeta comparte "un diálogo con la muerte sostenido", como señala en el prólogo Luís García Montero –junto a García Sánchez, director de la colección Visor de Poesía–. Margarit le dedica el poema Ángel González a García Montero ya que fue una figura importante en su vida.
"El tiempo para amar / es el del paso de las estaciones. / El tiempo para el sexo es un caballo sin jinete, / todos deben saltar sobre su grupa. / Al oír sus relinchos, tan violentos, / salimos a montarlo, tú y yo, por separado", escribió Margarit sobre los vínculos en su poema Cabalgadas, publicado en 2017 dentro su poemario Un asombroso invierno (Ed. Visor). En la obra del poeta catalán se repite notoriamente el nombre de Raquel, pseudónimo que utilizó para referirse a su compañera Mariona Ribalta, a la que le dedica su último libro.
Por méritos propios, uno de los adjetivos que más se ha utilizado para definir los versos de Joan Margarit es el de la claridad. El sentir del poeta catalán es cercano y se nutre de la razón. Sus esencia existencial no opaca (en exceso) su mensaje, poemas que han sido traducidos hasta en ocho idiomas como el ruso, alemán, hebreo e inglés, entre otros.
"El gran mérito de Joan es meter al lector dentro del poema. El lector según va leyendo cree que el poema está dirigido a él o que lo está escribiendo incluso él. La comunicación directa que tienen sus poemas con el público es tremenda", opina Chus Visor.
Animal de bosque encara un final –la muerte, creada por el ser humano, según W. B. Yeats–, y mira atrás, y a ambos lados para valorar y dar gracias a las personas que siempre ha tenido cerca. También Margarit añora la pérdida de su hija, la llora, dialoga con su viuda, recuerda cómo vivió la guerra cuando él solo tenía cuatro años y se despide de la vida escribiendo poesía porque esta, según el poeta, "es para quien la escribe, aprender a escribirse a sí mismo".
"Joan no va a ser uno de estos autores que cuando uno se muere la gente empieza a sacar poemas de las revistas, inéditos que tenía en casa y sacan un libro. No. Porque sería traicionar a Joan, eso es imposible hacerlo", asevera el editor de Visor.