Para ellos, sin embargo, no se trata de machismo, sino de rentabilidad económica: “El nivel de las cómicas que hay en España necesita un tiempo, hay que darles uno o dos años para que estén a la altura de los cómicos que hay en La Chocita del Loro”, expone Carretero, argumentando que sus decisiones se toman teniendo en cuenta la venta de localidades y el problema es que ellas no “acaban de cuajar porque no atraen a gente”. La afirmación no se corresponde con la realidad, como demuestran los datos de las entradas que venden los shows de humor protagonizados por mujeres en la capital.
Encierra también la evidencia más clara de una misoginia interiorizada al presentar a las mujeres humoristas como un grupo homogéneo a las que les falta “uno o dos años”, como si fuesen una bandeja de galletas horneándose. “Este discurso no lo escuchaba desde hace diez años. Fue un déjà vu, otra vez todas las cómicas en el mismo saco”, exponía en declaraciones a este diario Pilar de Francisco sobre la polémica. “Era como cuando yo iba a actuar y un espectador me decía 'no me gustan las cómicas pero hoy tú me has gustado', dando por hecho que todas éramos iguales". Así resulta que o todas las mujeres graciosas son o ninguna lo es, o todas venden entradas o ninguna lo hace, o todas tienen un humor muy feminista o no lo tiene ninguna. Desde esta lógica, nacen justificaciones tan repetidas como esta cuando se señala la ausencia o mínima presencia de mujeres en un evento: una vez se hizo y fue un fracaso. Como si cada humorista –artista, médica o futbolista– tuviera la responsabilidad de representar a la mitad de la humanidad.
“Las mujeres, ni en el humor ni en nada, somos un nicho, no somos una unidad, no somos iguales”, escribía el miércoles en Twitter Isa Calderon al respecto, y continuaba: “qué guay que cada una haga lo que quiera ¿no? Aunque incluso las mainstream lo tienen jodido”. Porque, de hecho, lo único que une a las mujeres humoristas es probablemente esto último que apunta Calderón: a ninguna se le permite ser tan mediocre como a un hombre. Deforme semanal, el show que conduce junto a Lucía Lijtmaer, llena salas en Barcelona y Madrid, y lo hace en gran parte riéndose de lo absurdo que es seguir hablando de las mujeres como un bloque idéntico.
¿Qué tienen en común Eva Hache, Pilar de Francisco, Ana Morgade, Patricia Conde, Irene García, Raquel Sastre, Patricia Sornosa, Car de Lorenzo, Llum Barrera, Soy una Pringada, Ana Pono, Oye Sherman, Perra de Satán, Lorena Iglesias, Paula Pua, Valeria Ros, Susi Caramelo, Henar Álvarez, Lala Chus, Anna Simón, Silvia Abril, Virginia Riezu o Bianca Kovacs? Quizá no mucho más que ser objeto de frases como: “para ser mujer eres bastante graciosa”. Por eso mismo, toda lista de humoristas españolas será necesariamente incompleta, parcial e insuficiente; pero sirvan estas líneas como una pequeña demostración de la diversidad del humor que están haciendo las cómicas, y de paso, unas cuantas ideas para quien pretenda vender entradas.
Martita de Graná
De Martita de Graná se dice que ha triunfado con un humor clásico o convencional; pero que una mujer agote entradas allí donde va reivindicando su tierra, su acento, sus costumbres y sin dejar el feminismo a un lado no parece tener mucho de convencional. Para este verano tiene una programación que la llevará por más de 20 ciudades, del Palacio de Euskalduna hasta el auditorio de Cartagena, y no queda prácticamente ni una sola localidad disponible.
Martita de Graná, como buena hija de su tiempo, empezó colgando vídeos en internet que pronto se hicieron virales. Ahora suma casi millón y medio de seguidores en Instagram y otros tantos en Facebook y Twitter. Pocas respuestas hay más contundentes para las palabras de los responsables de La Chocita del Loro que el vídeo que colgó hace cinco días en el que, frente a un estadio de Fuengirola en pie y levantando una cerveza, reivindicó que aquella que les había hecho reír esa noche era una mujer. “Un abrazo a todas esas cómicas maravillosas de este país, seguimos en la lucha hermanas. Podría etiquetarlas a todas pero no cabe tanto talento en un solo post”, escribía Martita debajo del vídeo en Instagram.
Asaari Bigang
En el libro Y a pesar de todo aquí estoy (Ediciones B) Asaari Bigang narra las dificultades y mecanismos racistas que ha sufrido desde los seis años, cuando llegó a España desde Guinea, hasta convertirse en la actriz y monologuista que es hoy. Bigang ha tenido su propio show en el Pequeño Teatro Gran Vía, La batalla negra, donde trata desde el humor esta trayectoria vital. También ha actuado dentro del Ciclo de Comedia Empoderada, una red de cómicas que luchan para que las mujeres tengan las mismas oportunidades de trabajo, tanto en los circuitos de comedia, como presencia en los medios de comunicación.
En 2019, Bigang asistió como invitada al programa ‘La Resistencia’ y allí le entregó a David Broncano una camiseta que decía “De ser un señoro también se sale”, aludiendo a que no tenían colaboradoras en el programa. Una entrega sin dramatismos para el presentador, pero que, sin embargo, le valió toda una campaña de ciberacoso en Twitter.
Penny Jay
Precisamente quien acompañaba a Bigang esa noche en ‘La Resistencia’ era Penny Jay. Juntas hacían en ese momento los monólogos de micro abierto Riot Comedy. Fue también Penny la creadora de este show que tenía un objetivo, en principio, no demasiado ambicioso: juntar a unas cuantas mujeres hartas de los machos que cuentan chistes de machos para machos y reírse en compañía. En tres años esta idea se ha convertido en toda una revolución: Riot Comedy Fem ha girado con éxito por el territorio español durante meses y desde hace un año, ante la imposibilidad de actuar en directo por la pandemia, crearon Riot Comedy 5G.
Penny Jay es el ejemplo perfecto de cómo para tener éxito vale más crear un proyecto propio que luchar incansablemente para entrar en los escenarios hegemónicos donde reina la misoginia. “Decidí que en vez de obligarme a cambiar mi humor por unas personas que me estaban negando, iba a crear un espacio propio con mis compañeras y con mi público”, contaba hace unos días la humorista en una entrevista para Pikara, “Me empecé a subir a la Riot y cogí confianza y después, cuando tuve que dar el paso hacia esos espacios que antes me daban miedo, lo peté. Mucha gente decía que mis shows no iban a funcionar en espacios mixtos, que el público me iba a rechazar, y yo, como una mula, me subí cada vez a más y más. Ahora me respetan tanto en los espacios mixtos como en los no mixtos”.
Estirando el chicle, con Carolina Iglesias y Victoria Martín
El podcast de Carolina Iglesias y Victoria Martin ha sido en varias ocasiones el más escuchado de España. Acabaron hace bien poco la tercera temporada en Podium Podcast con una invitada de honor: Chelo García-Cortés. Para ellas su acierto no ha sido otro que hablar de lo que hace unos años parecía inapropiado para las conversaciones de la radio: las manchas en el pantalón que a veces te deja la regla, cómo gestionar el enfado con una amiga, el mito del amor romántico o cómo sobrellevar la ansiedad.
Su éxito se basa también en la premisa de hacérselo todo ellas mismas: después de conocerse siendo colaboradoras de un programa Los 40 Principales se lanzaron con una serie para YouTube, Válidas, donde ellas mismas escribían el guión y eran las protagonistas. Ahora le han añadido el LIVE a 'Estirando el chicle' y es posible verlas en directo encima de un escenario. El único inconveniente para los espectadores es que las entradas se agotan en cuestión de horas.
Charlie Pee
Charlie Pee empezó en la comedia como la protagonista de la serie The marvelous Mrs. maisel –de ahí que tenga su foto en el perfil de Twitter–, contando una historia dramática que no había superado ni por asomo: su novio acababa de dejarla y escupió lo que tenía dentro a modo de catarsis. Y funcionó, al menos como monólogo cómico: “Yo quería llorar y la gente reía”, explicaba hace poco en Twitter. Ahora, cada mediodía la voz de Pee suena junto a la de Elisenda Carod y Elisenda Pineda en L'Apocalipsi de Catalunya Ràdio. También organiza y forma parte de los espectáculos de stand up en Barcelona Comedy Gold, L'altre Micro Obert y Roast Battles Barcelona.
Charli Pee es, sin duda, una pieza clave del panorama cómico de la ciudad condal, apostó por los monólogos en lengua catalana cuando apenas existían. Presume de ser irreverente, hablar de sexo sin vergüenza y su marca personal consiste en llamar “hijo de puta” a quien le plazca. Por supuesto, Pee cuenta con su polémica particular: en marzo de 2019 El Terrat le propuso escribir una serie de ficción junto con dos compañeros para TVE. Drama fue criticada duramente en redes sociales el día del estreno porque combinaba diálogos en catalán y castellano. “Hemos impulsado el nacimiento del stand up en catalán, pero claro, haces una serie para televisión española con un 70% en catalán y un 30% en castellano y te mereces que te quemen en la hoguera”, escribía en catalán Charlie Pee a modo de respuesta en su muro, “¿Por qué no me estáis quemando hijos de puta, por qué?”, añadía en un segundo tuit.
Elsa Ruiz
La comedia que hace Elsa Ruiz se basa en dejar en evidencia los planteamientos de organizaciones de extrema derecha como Hazte Oír. “Son tan ridículos que los chistes se hacían prácticamente solos”, explicaba en una entrevista en VerTele sobre su último monólogo de éxito Pizza con piña: la última porción, un título que alude a una intervención suya de 2018 en ‘La Resistencia’ sobre la identidad de género: "¿A quienes no os gusta, consideráis que la pizza si lleva piña es una aberración, que deja de ser pizza, que si te gusta tienes un problema a nivel cabeza? La pizza es pizza, no es lo que le eches encima. Las personas no somos muy diferentes".
Elsa Ruiz ha combinado de manera magistral el activismo contra la transfobia en los medios de comunicación y el humor, usando su propia experiencia como materia prima. El reconocimiento mediático de Ruiz a gran escala llegó con su aparición, desde el estreno, en ‘Todo es mentira’, el magacín que conduce Risto Mejide en Cuatro y que abandonó sin dar muchas explicaciones.
Silvia Sparks
Humorista y filósofa: así se define la gijonense Silvia Sparks en Twitter; y añade en la descripción de su propia web que en 2015 sustituyó los libros de Nietzsche por la comedia. “La normalidad apesta, lo deforme vencerá”, es la frase que aparece a continuación a modo de advertencia, porque Sparks utiliza su propia intimidad y las costumbres de su generación para crear monólogos ácidos, extravagantes y retorcidos. Temas como la zoofilia, la pederastia o el sadomasoquismo aparecen intercalados entre excursiones al Ikea, ejercicios en el gimnasio y hacer scroll en Tinder.
Sparks actuó semanalmente en la segunda temporada del show Commedia, de Ignatius Farray, y es colaboradora del late night ‘Las que faltaban’, de Movistar+. En el portal donde se venden las entradas de su último espectáculo, Sparks, el show de humor negro, tiene una honrosa media de 9,9 sobre 10. Escuchen en La Chocita del Loro lo que dice Inés, una espectadora, en el primer comentario: “Es la primera vez que iba a ver un monólogo de humor negro, y me sorprendió gratamente. Humor afilado, inteligente y culto. No dejé de reírme ni un minuto”.