Fue parando en varias sedes de la televisión pública italiana, la RAI, templos del espectáculo donde conquistó al público son sus canciones, bailes y su simpatía en los numerosos programas en los que participó a lo largo de su dilatada carrera. El primer punto donde se detuvo fue el auditorio de la RAI en el Foro Italico, al lado del estadio Olímpico, que ya han propuesto que sea bautizado con su nombre en un futuro. A sus puertas, decenas de trabajadores y seguidores le dedicaron un emotivo aplauso.
Después ha pasado por la sede de la RAI de vía Teulada, donde se rodó el mítico programa 'Studio Uno' en el que Raffaella apareció en la década de los sesenta y el cortejo también ha desfilado por la sede central del ente en la calle Mazzini. Asimismo se ha detenido ante el Teatro de las Victorias, donde en 1971 Carrà escandalizó presentándose por primera vez ante las cámaras del programa 'Canzonissima' con un traje que dejaba ver su ombligo, algo inadecuado para los códigos de la Italia de la época.
Fue también en ese programa en el que presentó una de sus canciones más famosas, 'Tuca tuca', y su baile en pareja, que consistía en tocar las rodillas, las caderas o la cabeza del otro, lo que despertó a la censura de la época e irritó al Vaticano. El cortejo fúnebre toca a su fin en el complejo del Campidoglio, sede del Ayuntamiento romano y que acoge la capilla ardiente de la estrella a partir de las 18.00 hora local de hoy hasta el próximo viernes, para permitir a su legión de seguidores despedirla.
La capilla ardiente se extenderá durante toda la jornada de mañana jueves, hasta que en el mediodía del viernes (10.00 GMT) se oficie su funeral en la cercana iglesia de Santa María in Ara Coeli.
Raffaella Maria Roberta Pelloni nació en Bolonia (Emilia-Romaña, norte de Italia) el 18 de junio de 1943, pero se mudó a la capital con 8 años para aprender de la coreógrafa Jia Ruskaia, fundadora de la Academia Nacional de Danza. La enfermedad que ha acabado con su vida, de la que no hay una confirmación, ha pillado por sorpresa a Italia, pues al parecer la diva no quiso que empañara su legado de alegría y espectáculo.