Odia la palabra taquilla, no le gusta hablar del éxito medido en dinero. Ni siquiera hablar de las salas. Él disfruta trabajando y se nota en su ritmo y en la energía que pone en cada proyecto, también en este filme familiar que imagina un mundo donde los Reyes Magos, Santa Claus, el Olentzero y todas las creaciones mágicas que entregan regalos en Navidad conviven juntas y tienen hasta una especie de sindicato para organizar todo (la CHUSMA). La desaparición de Papá Noel hará que los Reyes Magos tengan que dar sus regalos aunque sean enemigos acérrimos.
Tres Reyes Magos que tienen las caras de Karra Elejalde, David Verdaguer y Matías Janick como Melchor, Gaspar y Baltasar. Una comedia con muchos efectos especiales, dirigida por Paco Caballero y con ganas de llevar a las familias a unas salas que necesitan productos que triunfen ente los más pequeños.
¿Alguna vez se imaginó que iba a dar vida al Rey Melchor?
Pues no, como tantas cosas en la vida. Hubo momentos de mi vida en que ni me imaginé que iba a ser actor. Quizás pintar, escribir, incluso hacer esculturas. Pero sí que era graciosete contando chistes y me metí en una asociación cultural no lucrativa amateur, y a partir de ahí empecé a trabajar en el teatro independiente. Pero en un principio no lo imaginé, a veces las cosas simplemente pasan. No hay nada como desear mucho una cosa para que no suceda.
¿Qué pensó cuando leyó un guion con una idea tan surrealista?
Me dijeron que me iban a mandar un guion de una comedia, y yo dije, a ver si con esto de los Reyes Magos y Santa esto es una cuchufleta de narices, pero cuando me puse a leerlo vi que estaban los elfos, los gnomos, y representados todos aquellos que regalan en todos los países de Europa e incluso del mundo, que si la bruja Befana en Italia, que si el Olentzero en Euskadi, el Caga Tío catalán… Y vi que la película abogaba mucho por el mundo fantástico y me pareció más una película de aventuras, familiar, pero enfocada a los niños. Es una coproducción con Amazon y la verdad es que nuestra idea es abonar el mundo mágico o fantástico. Luego vi que tenía también valores pedagógicos o educativos, que enseñaba que el mal no es algo ajeno al ser humano, sino que nosotros también estamos compuestos de partículas de bien y de mal, y que podemos inflar lo malo, o desinflarlo. Que solo hay que poner ilusión, juntarse y ser positivos para que el mal se acabe. Me pareció que era una peli de esas que pretenden hacer un mundo mejor, pero sin grandes mensajes ni moralinas ni nada. Y encima la película luego es una gamberrada de Paco Caballero que le encanta el rocanrol y soltar guiños para los papás.
También tiene un mensaje interesante en estos tiempos, que es que la tradición y la modernidad pueden convivir, que ni hay que quedarse anclado en el pasado, ni todo lo que llega nuevo siempre es mejor. No sé si también era una de las cosas que le gustaron de la película.
Es curioso porque eso está en la película y está en dos películas anteriores a esta que he hecho. En La vida padre se hablaba de la cocina nueva y la cocina vieja. Tú no puedes hacer una recreación o una deconstrucción de algo que previamente no está construido, por lo tanto, la nouvelle cuisine bebe de la antigua, y del mismo modo tú no puedes inventar algo de la nada, lo que puedes hacer es variar, deformar e reformar una tradición en otra cosa. Pero sin una buena tradición no hay modernidad.
¿En su casa eran más de Reyes Magos o del Olentzero?
En mi casa, por parte guipuzcoana, éramos del Olentzero y por parte de mi madre más de los Reyes Magos. Pero nunca, nunca Santa Claus, pero ni yo ni nadie de mi edad en aquel entonces. Para nosotros era un señor de otro mundo al que se le miraba con cariño y se llamaba Papá Noel, no tenía nada que ver con lo de ahora. Estamos siendo colonizados, que si el Black Friday, que si el Halloween, que si Santa Claus…
La comedia familiar está arrasando, es uno de los géneros que mejor funciona en un momento donde la taquilla parece que no funciona, es de los que está sobreviviendo, ¿qué tiene la comedia familiar para funcionar tan bien?
Bueno, es que me estás haciendo una pregunta que es casi como decir que por qué somos así de gilipollas. ¿Qué tiene la comedia familiar que está arrasando? Pues a ver, si los analistas, vosotros que entendéis de esto, sabéis que la comedia familiar está arrasando, ¿qué pasa en España que no se dedica ni tiempo ni dinero ni interés a la comedia familiar? Si está arrasando, pero no se hace, pues somos un poco gilipollas porque es que está arrasando en todo el mundo, pero nosotros hacemos poca, y la poca que hacemos el 90% de ella es en 3D o en animación. Es un género que no está abonado.
¿Le preocupa la taquilla? Porque es curioso que estamos viviendo lo que todos llamamos ‘el gran año del cine español’, pero luego la taquilla sigue yendo regular. ¿Cómo vive este momento extraño?
Yo no soy productor ni distribuidor ni exhibidor. Soy actor. Cobro por mi trabajo y me voy para casa. Luego lo promociono. Por eso nunca digo taquilla. A mí me gusta que todo lo que hacemos tenga una rentabilidad social, es decir, que vaya mucha gente a verlo. Pero yo no hablo de dinero ni de taquilla. Además, me parece poco decoroso como artista hablar del dinero, pero sí que me preocupa la poca afluencia de público. Por una parte estamos trabajando mucho gracias a las plataformas, pero por otra parte, el cine es el lugar donde hacerlo sentir, y lógicamente las plataformas tampoco te van a regalar a cambio de nada. Claro, si tienes unos niños, les quieres llevar al cine, y entre las entradas, las palomitas y la pizza de luego te vas a dejar 100 euros, pues antes de volver vas a mirar si la dan por Amazon y te quedas en casa. En el cine español, como con el vino, hemos tenido añadas mejores o peores, y llevamos varios años de buenas cosechas de cine que no se ven correspondidas con lo que dices tú, la taquilla, o lo que digo yo, la afluencia.
Me voy a proponer hablar de afluencia en vez de taquilla.
Sí, porque si no sabes lo que pasa, que es cuando te llaman subvencionado, porque te oyen hablar de dinero y a mí no me interesa el problema. Yo soy un artista. A mí lo que me interesa es la afluencia de público. Yo no soy el que gano ni el que pierde, digamos. No lo soy ni para bien ni para mal. Esos son problemas que suelen tener exhibidores, distribuidores, productor, etcétera. A nosotros nos pagan un trabajo. Yo hablo mucho de la rentabilidad social de un espectáculo, y creo que deberíamos pensar en eso, en cómo se puede ayudar a un exhibidor para que mantenga las películas españolas. O preguntarnos cómo puede costar lo mismo un pincho de tortilla que uno de caviar. Pues quizás del dinero que genera esas películas que son pinchos de caviar, películas de 400 millones de dólares, podemos coger dinero para las películas que hacemos nosotros, que son de tres millones de euros, o de dos, o de uno.
Un poco como el modelo francés, que a través de las entradas de cualquier estreno de Hollywood, y de todos, se financian sus películas.
Si es que lo tenemos ahí al lado de los Pirineos, lo que pasa es que a veces somos perezosos para lo que queremos. Copiamos lo de muy lejos, copiamos cosas anglosajonas como el Black Friday, pero la Ley de Defensa del Cine de los franceses nos parece como muy próxima. De todas esas cosas habría que hablar.
Ha encadenado tres promociones de tres películas, no para desde hace meses. No sé si en algún momento le ha dado miedo quemarse, perder la ilusión por hacer las cosas.
No, no. Yo ahora tengo muchísima ilusión por hacer cosas, no por contarlas, porque a mí lo que me gusta es hacerlas. Contarlas... pues para mí no es mi trabajo. Mi pasión es interpretar, no transmitir o explicar o contestar a preguntas a veces tan banales como ‘¿cómo se interpreta un Rey Mago?’, o ‘¿cómo se construye un personaje?’, y lo preguntáis como si lo hiciera uno solo, y somos tan soberbios, tan bobos, que contestamos como si realmente lo hubiéramos hecho nosotros solos, cuando lo hacemos con el director, con el guionista, a veces con los maquilladores y los de vestuario que nos ayudan a hacerlo. Por eso te digo que las promociones, cuando no me saturan me aburren y cuando no, me enervan porque me titulan cosas que no digo. Por eso te digo que yo vivo con gran intensidad mi trabajo, el proceso de crear un personaje, pero todo lo demás se me hace más cuesta arriba. He tenido bastantes días de estos seguidos, y yo lo que estoy loco es por trabajar y dejar de contar en qué consiste mi trabajo.