Ambientada a principios de los años 90, La educación física, que se ha impuesto entre los 702 manuscritos presentados al galardón, dibuja el retrato de una adolescente marcada por una relación complicada con su propio cuerpo y por el rencor hacia un mundo empeñado en convertirla en culpable por el hecho de ser mujer.
La protagonista, Catalina, fragua su rebelión personal contra el mundo a través de la lucha por no renunciar a la propia libertad, a la libertad de movimiento, a la libertad de ser y a mostrarse como es, aunque eso suponga asumir riesgos.
Se trata de una novela sobre el descubrimiento del propio cuerpo, sobre la educación que heredamos, pero también sobre la que no recibimos: "La educación de Catalina, como la de tantas mujeres de diferentes generaciones, está construida en gran medida a golpe de restricciones, de prohibiciones por su bien, y que lleva aparejada la aceptación de una violencia que no se cuestiona y unos riesgos inherentes a ser mujer de los que no se puede escapar.
"La educación física" plantea asimismo un recorrido por los años noventa, en un país marcado por el optimismo económico y también el pánico social, un período que fueron unos años-bisagra entre la actual ola de feminismo y un pasado marcado por el machismo.
En una vuelta de tuerca evidente a La educación sentimental de Flaubert, centrada en los pensamientos y obsesiones de un joven y retrato generacional en el París decimonónico, La educación física, según el jurado, se vale de una estructura original para transmitir un efecto parecido: La acción se desarrolla en cuatro horas, durante las cuales Catalina debe hacer un trayecto en autostop de apenas veinte minutos, si bien le permite ir adelante y atrás en el tiempo, reviviendo diversos episodios de su vida.
Villajos asegura que no es tan osada como para hacerle un guiño a Flaubert y en ningún momento pensó en el contenido de su novela, pero "sí en el título y en la etiqueta sentimental y emocional que se nos ha colocado culturalmente a las mujeres".
"Se habla mucho -continúa- de la poca educación emocional que tienen los hombres y vemos que están intentando al menos poner remedio a eso, pero apenas se habla de la educación corporal de las mujeres y quería saber de dónde procedía todo ese pudor y toda esa ignorancia"
Para la ganadora del premio, "la escritura es un ajuste de cuentas con el pasado, una forma de despegarme de lo que me hace daño, en este caso, del rencor acumulado no solo hacia los hombres a los que consideraba a la vez un obstáculo y el objetivo de mi bienestar, sino también hacia mí misma por haberlos puesto en el centro".
La novela, dice, podría haberse titulado "El rencor", pero una vez que se ha desprendido de la presión de la mirada de un hombre por encima del hombro, fuera su padre, su novio o el amo de turno, siente que de esta novela "salgo mejor".
El libro, que Seix Barral publicará el próximo 8 de marzo, lucirá en su portada la fotografía de una faja femenina: "Es una faja que todavía se vende y usa, en esa obsesión de seguir estando delgada, como en el caso de la madre de Catalina, y de proteger a su hija con una prenda tan difícil de quitar".
La autora ha querido poner en primer plano "esa pelvis, tan importante, pero que parece que pertenece a la sociedad, y no a la mujer, pendiente de lo que hay en su interior".
En plena menopausia, la autora dice estar viviendo "una segunda adolescencia", un poco más calmada porque sabe reprimirse en público, pero "con unos cambios en el cuerpo que me recuerdan a los que viví en la juventud".
Sin embargo, Villajos no cree en la autoficción: "Creo que todo es ficción, hasta lo que parece más autobiográfico".
A su juicio, "toda ficción parte de un sentimiento autobiográfico", y en el caso de su novela "el terror sexual es común en las mujeres de mi generación, un tema del que se habla últimamente, pero no parece que esté causando muchos cambios y me apetecía enfocarlo desde la perspectiva del cuerpo y de la educación recibida al respecto".
En referencia a la ley del "sólo sí es sí", Villajos recuerda que "del tema del consentimiento se lleva hablando hace mucho tiempo" y por eso ha querido situarla en los 90 "para explicar de dónde venimos".
Nacida en Córdoba en 1978, Villajos dedicó toda su infancia a dibujar y a leer; se formó en Bellas Artes y ha trabajado en la industria musical, cinematográfica, artística y cultural.
Como escritora, es autora de la novela gráfica Face (2017) y de las novelas Ramona (2019) y La muela (2021), una historia delirante sobre la soledad y la precariedad en la sociedad actual.
Villajos, que confiesa con orgullo que mantiene su acento andaluz, ha vivido en Córdoba, Sevilla, Granada, Barcelona, Montpellier y Londres, y actualmente reside en Madrid, donde compagina la escritura con un trabajo en IT.