La propuesta de montaje será comisariada por Agustín Pérez Rubio y tendrá seis salas, en un recorrido que atravesará las consecuencias de la colonización española. Desde el extractivismo, el patriarcado, el racismo, el neocapitalismo y la invasión. Será una propuesta crítica con el relato histórico defendido desde los postulados más tradicionales y nacionalistas. La propuesta ha sido elegida por un jurado compuesto por Nuria Enguita, Carlos Urroz, Bea Espejo, Cabello/Carceler, Blanca de la Torre, Elvira Dyangani Ose y Peio H Riaño (colaborador de este periódico).

El eje central del proyecto es el museo como creador de relatos excluyentes. El nuevo museo que Gamarra pretende reconstruir parte de la destrucción del museo historicista y el canon decimonónico que sigue activo dos siglos después. Gamarra construirá el relato no contado en los museos públicos españoles, en el que se fijará en los paisajes de las excolonias ocultados en los sótanos de los museos para hablar de la invasión y la apropiación de los territorios. Pero también tratará la contaminación y la extracción de los recursos naturales, para acabar con un gran jardín de monumentos silenciados. 

La selección de la artista y su obra contrasta con la censura que sufrió en septiembre de 2021, en la Comunidad de Madrid. Entonces, tal y como publicó este periódico, la consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, de la que es responsable Marta Rivera de la Cruz (PP), ordenó retirar las palabras “racismo” y “restitución” de los textos de la muestra titulada Buen Gobierno, celebrada en la Sala Alcalá 31. 

En aquella exposición Sandra Gamarra también denunciaba el proceso de colonización de América. “Tuvimos que retirar esas dos palabras. No querían verlas en la presentación de la muestra y entiendo que pueden ser dos palabras duras, pero son dos términos a debate en todo el mundo”, explicó la artista a elDiario. 

“Si tu hispanidad está construida desde la evangelización y la conquista, cualquier relato alternativo te agrede. Pero es que en España es mucho más que eso”, advirtió entonces. “La hispanidad no es una paranoia, pero si se quiere construir a partir del relato de la conquista sí lo será, porque es un relato muy frágil”, argumenta. En aquellos días matizaba que la población latinoamericana no está preocupada por lo que pasó hace 500 años, sino por lo que pasa desde hace 500 años. 

“A veces siento que somos hijos de una violación de la que salieron muchos hijos. Habrá hijos que están con la madre y otros con el padre, esas son las historias divididas que hay que reconciliar. ¿Cómo? Reconociendo al padre y la madre por igual. España no reconoce el dolor que ha originado”, sostiene Sandra Gamarra.