El abogado José Luis de Castro, participante en la defensa de la familia Cassirer contra el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza por el cuadro de Camille Pissarro, se pregunta si se puede aplicar los mismos términos al expolio nazi que a las incautaciones ilegítimas del franquismo. Después de la II Guerra Mundial el convenio internacional declaró nula toda transacción entre agentes nazis y población ocupada. No había que demostrar que aquellas transacciones fueron objeto de expolio. Se daba por probado.
Los países aliados han considerado siempre que no es necesario acreditar la coacción porque el consentimiento es ilícito. “Ese carácter ilícito de la transacción determina que tampoco es lícita la transacción a terceros, incluso a compradores de buena fe”, ha asegurado José Luis de Castro. “Procede una reparación de las víctimas y no es necesario demostrar la venta ilícita porque los vendedores actuaron bajo coacción”, concluye el abogado. En todo caso fueron “actos de expolio” y no cabe la usucapio. “Estos aspectos no son todavía tan claros en España”, ha dicho.
Una forma de reparación moral es la devolución de las obras expoliadas. Así se dice en los convenios internacionales y en distintas sentencias internacionales. En España esta idea se encuentra en la Ley de Memoria Histórica y en la Ley de Memoria Democrática. Son leyes que configuran nuevas leyes de reparación moral, como las declaraciones solemnes a favor de las víctimas. La Abogacía General del Estado, en junio de 2022, se mostró favorable a esta postura: el hecho de la posesión de las obras de arte durante años no comporta en ningún caso validación para adquirir la posesión. Porque se considera una posesión ilícita. Por eso concluyó con la devolución de las obras a los herederos. “Devolvieron las obras porque la incautación fue ilegítima y no da lugar a posesión”, ha explicado el abogado.
El historiador Arturo Colorado, responsable del inventario de obras confiscadas durante el franquismo por el Museo del Prado, ha analizado el caso español desde la perspectiva histórica. Ha explicado la dificultad esencial del caso español para ejecutar la reparación: muchas de las obras no conservan el origen de la procedencia o el nombre de los propietarios. En la posguerra, para el especialista, hubo una “diáspora”. Hay miles de obras que nadie ha reclamado nunca y se ha preguntado por qué el franquismo no devolvió las obras y su conclusión es que “no tuvieron ningún interés”. “Tenían una prisa enorme por quitarse de encima el muerto”, sostuvo Colorado, que asegura que el Museo del Prado está abierto a las devoluciones de las propiedades ilícitas que conserva.
La especialista en derecho del arte Corinne Hershkovitz ha desvelado las actuaciones de las instituciones francesas y las obras expoliadas por los nazis. Desde octubre de 1940 el Museo del Louvre reservó varias habitaciones destinadas a la muestra de las miles de obras expoliadas por los nazis. Desde agosto de 1944 la República francesa confirmó la devolución de las obras de arte. Fue una política de reparación inmediata y la restitución de los bienes patrimoniales ha continuado hasta nuestros días. En los primeros días se devolvieron hasta 60.000 bienes incautados por los nazis, gracias a la creación en noviembre de 1944 una comisión de devolución de las obras de arte. La comisión incautó cerca de 2.000 piezas y fueron entregadas a los museos públicos.
En los años noventa las víctimas se enfrentaron a la negativa de la restitución. Tras largas batallas en los tribunales por las restituciones de los bienes, la Administracion francesa cambió su postura ante los casos de expolio, aunque las víctimas deben acudir a los tribunales para recuperar las obras de sus antepasados.
En agosto de 2022 el consejo de misemos públicos del Reino Unido publicó una guía para gestionar los casos de restitución. “Aconseja que los museos actúen de forma proactiva para la restitución”, ha explicado la abogada Andrea Martín. El consejo británico plantea una serie de actuaciones y equipará la evaluación ética a la jurídica. Algo insólito en las reclamaciones de bienes. Las observaciones se dirigen a museos ingleses, pero se pueden implantar en otros museos internacionales. Till Vere-Hodge ha añadido que llevar a la práctica estas recomendaciones no son tan sencillas. “En la práctica la reparación moral es menos natural”, ha dicho el experto inglés. Ha puesto el caso de la devolución de los bronces de Benin como ejemplo de reclamación frustrada, a pesar de lo que dice esta guía. “Unas lecciones que no hemos aprendido es que los museos ni siquiera ha querido escuchar a los descendientes de los esclavos”, ha asegurado. “No siempre es fácil aplicar la guía a las reclamaciones del expolio nazi, así que siempre necesitaremos analizar caso por caso”, según Till Vere-Hodge.
Sela del Pozo, de la subdirección General de Museos Estatales en el Ministerio de Cultura, ha explicado el portal web que ha publicado la cartera de Miquel Iceta hace unas semanas. Sobre la falta de un inventario de obras expoliadas depositadas en los 16 museos estatales no ha avanzado nada.