“La incautación de la colección de Galdiano fue completa, pero su devolución fue incompleta”, dijo en el Museo del Prado Carmen Espinosa, conservadora en el Museo Lázaro Galdiano, durante el congreso Museo, guerra y posguerra, celebrado en 2019.

Arturo Colorado descubrió dos cuadros de los que no se le habían devuelto al coleccionista. Dos meses después del hallazgo, este periódico ha podido saber que la dirección del Museo Lázaro Galdiano no ha reclamado las obras, tal y como indica el Museo del Prado a elDiario.es. Ni Arturo Colorado ni el Museo del Prado conocían, hasta la investigación de este informe, de la existencia de las dos obras de la colección Lázaro Galdiano, como indican. Sin embargo, la directora del Lázaro Galdiano, Begoña Torres González, apunta a este periódico que “cuando sea conveniente se hablará y se planteará la devolución de estas sin ningún problema por su parte”. ¿Qué quiere decir “cuando sea conveniente”? A esta repregunta no ha querido contestar la directora nombrada en marzo de 2021 por el exministro José Manuel Rodríguez Uribes.

Lo más sorprendente del asunto es que Begoña Torres asegura que las dos obras que están en el Museo del Prado las tienen "controladas desde hace bastante tiempo”. Las dos tablas conservan las etiquetas de la Junta de Incautación y su numeración coincide con las listas de las piezas que salieron del Palacio de Parque Florido, en 1936, para depositarse en el Museo de Arte Moderno. “Estas dos pinturas, por razones que desconocemos, no le fueron devueltas a Lázaro y no las reclamó en su momento”, añade Begoña Torres. Por razones que tampoco aclara, el museo dedicado a difundir la actividad y colección de Lázaro Galdiano ha decidido no reclamarlas “desde hace bastante tiempo”.

Esta postura llama la atención en un momento en el que han aparecido varios herederos reclamando los bienes expoliados. Desde el verano de 2022, cuando la familia De la Sota reclamó y recuperó dos cuadros de la colección de su abuelo —colgaban en el Parador de Almagro—, han aparecido descendientes de Pedro Rico, de Sánchez Albornoz o de Sicardo Carderera reclamando la restitución de los bienes expoliados. Un nuevo victimario franquista ha sido desvelado y mancha museos estatales y públicos, a los que el franquismo entregó los bienes de los republicanos represaliados.

Desde agosto de 2022 el Ministerio de Cultura, de Miquel Iceta, no ha elaborado el inventario de las obras expoliadas y alojadas en estos centros, como acaba de hacer el Prado y como hizo años atrás el Museo de Bellas Artes de Oviedo. El equipo de Comunicación de Iceta ha preferido no responder a las cuestiones planteadas sobre la devolución de los dos cuadros de Lázaro Galdiano descubiertos en el Prado. No hemos podido saber qué responsabilidad tiene el Ministerio en la recuperación de las dos pinturas, al ser el Museo Lázaro Galdiano uno de los 16 museos adscritos a Cultura.

Tampoco nos han explicado por qué en todos estos meses Cultura no ha reclamado al Prado las dos pinturas para, de esta manera, depositarlas en su legítimo hogar. Y reparar y restituir los daños causados por el franquismo hace más de ocho décadas. A pesar de las cuestiones planteadas, desde el mencionado equipo han preferido asegurar sucintamente que “la prioridad del Ministerio de Cultura y Deporte sigue siendo continuar la labor de localización de obras de arte y demás bienes incautados durante la Guerra Civil y en la que trabaja desde finales de 2021”. Si esto fuera así, desde finales de 2021 la prioridad no ha sido consumada, porque no se ha informado de la creación de un equipo de investigadores responsables de la elaboración del inventario, ni se han presentado los resultados de ese trabajo prioritario.

Una de las pinturas es Señora sentada o Señora ante tocador, está firmada por “P. Lucas” y es una tabla de algo más de 30 centímetros de altura. El título resume la escena. El cuadro fue incautado en 1936 por la Junta del Tesoro Artístico y trasladado para su salvación al Museo de Arte Moderno, en Madrid. Allí permaneció hasta 1968, cuando se trasladó al Museo Español de Arte Contemporáneo, hasta 1971. Una vez cierra la institución, el fondo pasa junto con el resto al Museo del Prado, donde se conserva desde hace más de 50 años como depósito y sin entregar a la colección Lázaro Galdiano.

El otro cuadro es Retrato de una dama, de Jean-Louis-Ernest Meissonier. De unas medidas similares a la anterior, la tabla entró en la colección en 1913 y fue incautada en 1936 por la Junta y después evacuada a Ginebra. En 1941 fue entregada al servicio franquista de protección del patrimonio, pero no se devolvió a Lázaro Galdiano con el resto de obras que se le fueron entregando. También pasó al Museo de Arte Moderno, al Museo Español de Arte Contemporáneo y, finalmente, al Prado.

“La devolución parcial de la colección Lázaro Galdiano fue un proceso lento y muy complejo. Hay muchas obras pendientes de localizar en varios museos públicos, pero no se está investigando su localización”, explica Arturo Colorado. En el expediente del Servicio de Recuperación hay entregas desde el 11 de julio de 1939 hasta el 8 de abril de 1946. Los bienes de la colección se llevaron al Museo de Arte Moderno, al Museo Arqueológico y al frontón Jai-Alai. La colección de monedas de Lázaro Galdiano estaba depositada en la Delegación de Hacienda en Madrid, con oficinas y almacenes en la calle Montalbán. Y se ordenó trasladar a Valencia, tal y como cuenta la historiadora María Paz Aguiló, del Instituto de Historia. Con el resto de bienes se realizaron exposiciones de reparación en el Palacio de Exposiciones del Retiro y en el Palacio del Hielo. Había cuadros, relojes y cerámica. En la disposición tercera de la orden de 1940, se dictaba que “aquellos objetos que ofrezcan suficiente interés serán entregados a los museos o centros oficiales en que mejor encuadren”. Y una parte de ellas, allí continúan 83 años después.