RockCD es una empresa, según su página web, radicada en Madrid que oferta servicios de fabricación de discos (cedé y vinilo) y que se presenta como “la empresa líder en servicios discográficos”. Ofrece “precio mínimo garantizado” en la fabricación de discos, algo que confirma Mabel Flores, otra de las artistas afectadas por los impagos, que explica que no solo son bajos sus precios, sino que “si presentas otro presupuesto más bajo, te lo igualan”. A Mabel, como a muchos otros artistas, le ofrecieron además la “distribución digital gratuita”.
La distribución digital consiste en un servicio que coloca una canción en todas las plataformas de escucha de audio. El dossier de la empresa del año 2021, consultable en su web, indica que a través de Nooize -a la que llaman su “distribuidora digital asociada” aunque en realidad es la marca comercial de sus servicios- suben la música a “80 plataformas de todo el mundo: Spotify, YouTube, iTunes, Apple Music, Amazon, Google Music…”. También dice que “a diferencia de otras empresas”, proporciona “de forma gratuita los códigos ISRC y UPC”, que son unos identificadores únicos para poder rastrear la distribución digital de cada canción de manera universal. “De esta manera puedes recaudar ingresos cuando se usa tu música en plataformas digitales”, promete el folleto. Aunque este servicio de subida es gratuito, en las condiciones del servicio de RockCD y Nooize, se especifica con más detalle que se practican unas “retenciones” del 17,64% de las ventas “por costes de gestión”. “El 82.36% restante es lo que se liquida finalmente al artista”, se especifica en las condiciones, pero hay muchos artistas que no han percibido nada en los últimos tres años.
Esto se debe, según indica el director de la compañía, Juan Palacios, a elDiario.es, a que la pandemia les “arrasó por completo” y les puso “en una situación económica muy complicada”, por lo que se fue “generando deuda con los grupos”. “Antes de la pandemia trabajábamos bien, pero previamente has hecho inversiones, tienes una estructura de personal, intentas mantener los puestos de trabajo, pero es una lastra”, explica. Palacios prefiere no hacer público cuál es el montante de la deuda ni a cuántos artistas afecta.
Varios de los artistas con los que ha hablado elDiario.es han iniciado procedimientos monitorios en los juzgados. Además, están preparando una demanda colectiva. Han llegado a este punto luego de pasar varios años reclamando el dinero. Tras insistir mucho por los impagos desde 2019, y tras enviar un burofax, Mabel Flores consiguió que la empresa reconociera la deuda de 650 euros con ella por los derechos digitales. Juan Palacios le ofreció un pago fraccionado en dos meses. La cantante dijo que sí pero nunca recibió el dinero. “No volví a saber nada de ellos”, dice, detallando que nadie contesta a los emails, a las llamadas o a los mensajes de WhatsApp. Mabel les retiró la gestión de sus canciones en enero de 2022 y las migró a otra plataforma pero todavía generan derechos residuales que van sumando céntimos a la deuda.
Palacios asegura a elDiario.es que están “solucionando” algunas deudas, otras están haciendo “reconocimientos de deuda”, “planteando planes de pago” y otras, sencillamente, están ahí, a la espera de ser gestionadas. “A los grupos se les responde pero no siempre a tiempo, estamos sobrepasados. Los recursos que tenemos son pocos, estamos muy poquitos en la empresa”, señala.
RockCD es una empresa intermediaria. Para poder subir las canciones a plataformas como Spotify, RockCD tiene un acuerdo con una importante compañía internacional que se dedica a ello, The Orchard. Algunos de los afectados han notificado a esta empresa los impagos, por lo que están al tanto de que un cliente suyo no está repartiendo entre los artistas el dinero que The Orchard obtiene de las reproducciones en plataformas. Mabel Flores solicitó, por tanto, directamente a The Orchard que le abonaran lo que le deben, pero dado que su relación contractual es con RockCD-Nooize, no pueden hacerlo.
Los artistas están solicitando la migración de sus canciones a otros distribuidores pero no todos lo han hecho aún. Las canciones del grupo El Diluvi siguen estando gestionadas por RockCD. Andreu, miembro del grupo, relata también las dificultades para obtener respuesta de algún empleado de la empresa. Cuando empezaron a trabajar con ellos, en torno a 2015, todo iba bien: “Al principio pagaban, pero en 2018 ya hubo una factura que pagaron muy tarde, pero la pagaron. Después, se quedó pendiente 2019, 2020 y 2021”. “Contestaban a los emails y nos decían que el pago estaba pendiente, pero no se realizaba. Después, entramos en una discográfica nueva y, a partir de ahí, contestaban unas veces sí y otras no. Ya no me contestan ni a los correos ni a los teléfonos”, explica Andreu, que aclara que enviaron un burofax en abril y ya están en contacto con un servicio jurídico para empezar un procedimiento judicial si no hay respuesta.
Josefina, conocida artísticamente como La Jose, ha realizado con RockCD la distribución digital de su disco y sus singles, así como un epé de un grupo en el que colabora, Zagala. A ella le debían la recaudación digital de 2020, 2021 y 2022, un total de 885 euros. La Jose comenzó a reclamar la deuda en diciembre de 2022 y consiguió que le pagaran una parte (214 euros). Después, le propusieron un pago fraccionado mensual, pero ella declinó, solicitando el abono completo. Y ya no ha sabido más. Todavía le deben 670 euros. En abril migró sus canciones a otra plataforma. A su otro grupo, Zagala, le deben algo más de 200 euros.
Beatriz, conocida como B Almar, cuenta que desde Ortigueira, donde actúa en el festival, que está intentando migrar sus canciones de plataforma. “Somos un gremio bastante precarizado como para que haya gente que se aproveche de nosotros hasta para recibir ingresos para los derechos digitales que es donde se mueve ahora algo”, indica. Respecto a las deudas que RockCD ha ido adquiriendo con los grupos, apunta: “Un poco de aquí y un poco de allá, se van haciendo con mucho dinero”. El dinero que la empresa le debe es poco, entre 20 y 30 euros, pero afirma que no recibe respuesta a sus correos.
Según ha podido constatar un grupo con el que ha hablado elDiario.es, RockCD sigue admitiendo pedidos para fabricar cedés, una actividad que la empresa necesita seguir manteniendo para poder ir pagando las deudas acumuladas. Este grupo ha pagado por adelantado y está a la espera de recibir los discos. Admite que los precios de la empresa son muy competitivos pero que han subido respecto a años anteriores.
Juan Palacios comenzó su actividad empresarial en la música hace 21 años. Creó la revista Rock Estatal, que fue un gran apoyo para los grupos de rock, rock duro, heavy y metal en España. Según relata el empresario, fue a raíz de la revista que decidió montar un servicio que ofreciera soluciones económicas a las necesidades de los grupos. “En el mercado había empresas con márgenes muy hinchados y quisimos dar un precio ajustado y servicio cercano a los músicos”, recuerda. Entre esos servicios, había algunos que proporcionaba gratuitamente, como los códigos de barras. Pero la crisis del CD como soporte musical y la pandemia, ante la que, según dice Palacios, no tomó medidas como petición de préstamos ICO o ajustes de costes laborales como los ERTE, comenzó a afectar su modelo de negocio.
Palacios cuenta a elDiario.es que no va a cerrar la empresa hasta que haya pagado todas las deudas. “No voy a cerrar y quiero devolver la deuda, el día que esté al día de deuda podré descansar”, afirma, y asegura que para él esta situación es “muy dolorosa” y que espera que los artistas le disculpen “por el retraso”. Si la empresa continuará cuando haya cumplido con los grupos, es algo que todavía no ha decidido.