Su objetivo es “parar, probar durante un tiempo a vivir fuera de la órbita de Vetusta Morla”. El grupo se encontraba al final de la gira Cable a Tierra cuando llegó a la conclusión de que necesitaban un parón. En su texto han asegurado que los conciertos “estaban siendo increíbles, el público respondía de maravilla”, pero al mismo tiempo empezaron a tener “la certeza” de debían “echar el freno”.
“Llevamos muchos años seguidos a un ritmo vertiginoso. Componiendo, grabando, girando, haciendo promo y volviendo a empezar. Mirando por la ventanilla constantemente, sosteniendo la presión de estar ahí”, han reconocido. También han descrito como un “privilegio” ocupar su posición, “poder vivir” de lo que les gusta, “hacerlo entre amigos” y “mantener la ilusión”.
La banda afirma que intentan hacerlo lo mejor que pueden, “aprendiendo a convivir día a día” con ellos mismos, su entorno y, a su vez: “Protegernos de la picadora humana que es, muchas veces, esta industria y todo lo que la rodea. El nivel de exigencia musical y extramusical es, en muchas ocasiones, enfermizo”. “Necesitamos apartarnos para fortalecernos; es una cuestión de salud”, ha sido su conclusión.
La decisión les llegó en un contexto complejo, dado que estaban “rodeados de canciones nuevas entre manos”. Por primera vez en su trayectoria, entraron al estudio en mitad de la gira. Aquello les permitió centrarse en la música “para olvidar todo el ruido que había alrededor e ir grabando” los temas que iban componiendo: “Ideas que ya rondaban en la cabeza fueron cerrándose mientras viajábamos, sin otro fin que transitarlas y dejarlas retratadas”.
Al concluir el tour, que ya contaban con que iba a “dar paso a un paréntesis”, tuvieron que debatir sobre qué hacer con el álbum. Llegaron a plantearse “sacarlo de golpe para luego desaparecer” y, según han revelado, reprodujeron los sencillos en las noches del fin de gira, antes de cada uno de los dos espectáculos que dieron en el WiZink de Madrid. “Qué estupidez más grande, ¿no? pero qué felices nos hizo darle al play furtivamente delante de tantísima gente”, han comentado al respecto.
Posteriormente han ido lanzando sencillos como La Sábana de mis Fantasmas, Puentes y Catedrales. En “pocos días” llegará ¡Ay, Madrid! y será el 31 de mayo cuando publiquen el disco completo, Figurantes en todas las plataformas digitales. Las ediciones físicas llegarán “unas semanas después”, ya que como han descrito, están preparando un trabajo que “requiere mucha artesanía”. Lo que no habrá serán “tirabuzones ni fuegos de artificio”. No van a grabar ningún videoclip ni habrá gira de dos años, ni “grandes espacios” ni “conciertos de Navidad”.
Unos “bolos muy especiales” en EspañaFigurantes será presentado en los las fechas que ya hay programadas. Estarán en el Toledo Beat Festival, el Air Music Fest de Getafe (Madrid), el Festival Oleosónica de Jaén y el Spring Festival de Alicante en mayo; el Alma Festival de Madrid, el Tenerife Music Fest, el Magnific Faest de Lleida, el Antorchas Festival de Albacete, el Ciclo Nits Voramar de Valencia, el Icónica Fest de Sevilla, el Conexión Valladolid y el Fortaleza Sound de Lorca en junio; el Festival Portamérica, el Alma Festival de Barcelona y el 101 Music Festival de Málaga en julio; el Festival Noroeste de A Coruña y el Concert Music Festival de Chiclana de la Frontera en agosto; y el Festival 1001 Musical de Granada en septiembre.
“Serán bolos muy especiales, de eso estamos seguros”, han adelantado sobre estos conciertos, a los que “quizás” se sume “algún detalle más” que les haga “especial ilusión”. Serán únicamente fechas en España, ya que han informado de que no viajarán ni a Europa ni a América.
Por el momento descartan un adiós definitivo. “Si todo va bien, volveremos a juntarnos en 2026”, han asegurado. Hasta entonces, verán la acción “desde otros lugares”. “Empujaremos en otros proyectos, dedicaremos el tiempo a disfrutar y a cuidar de nuestra gente, poner más lavadoras. En definitiva, vivir y disfrutar de la vida”, han concluido.