Exigente de sí mismo, gran trabajador, siempre buscó introducir más espontaneidad en sus trazos, especialmente en el entintado. Este notable dominio del dibujo a través del cómic ha influido verdaderamente en numerosos dibujantes, convirtiéndose a su pesar en el líder de una escuela”, han dicho los responsables de la relevante editorial Dargaud.
La editorial también ha presentado algunos rastros de la personalidad del artista, nacido en parís en 1948. “André no era necesariamente locuaz al principio. Profundamente humilde, modesto, fiel, culto, solidario, era una persona a la que queríamos amar”, ha dicho, recalcando que echarán de menos “su elegancia, su sencillez, su generosidad y su encantadora sonrisa”.
Su carrera comenzó en 1974 y destacó a finales de la década por sus historietas históricas, siendo su primera serie de éxito Bohémond de Saint Gilles. En los 80, realizó diversas adaptaciones de novelas, generalmente con guiones ajenos.
En 1993, regresó a las historias contemporáneas con la exitosa Diario azul, una obra intimista y urbana en la que se encargó no solo del dibujo sino también del guion. Se publicó por primera vez en formato de libro en Francia por Casterman en 1994, y en España por Norma Editorial, quien califica el álbum de “ya un clásico moderno”. Ese año recibió el premio de Angouleme al mejor álbum. Al año siguiente, recibió el Gran Premio de este prestigioso salón, el máximo galardón otorgado a un autor por el conjunto de su obra.
Actualmente se puede ver una exposición de su obra en la ciudad francesa de Treguier, una lugar donde vivía junto a su esposa Anne desde 2020.