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Lita Cabellut regresa a los ‘Disparates’ de Goya para alertar que la sociedad violenta y sórdida no ha cambiado en 200 años
Por esa cualidad de mostrar el lado sórdido de la condición humana, y por ende de la sociedad, la artista Lita Cabellut (Sariñena, 63 años) ha escogido estas impresiones del que considera su primer maestro para hacer una lectura en 35 obras en la exposición Goya x Lita Cabellut. Los disparates, abierta desde el 30 de octubre hasta el 26 de enero en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

“Siento los Disparates como las creaciones más primitivistas, disruptivas y radicales de la obra de Goya, pero al mismo tiempo las entiendo como las narraciones más contemporáneas y que mejor reflejan las carencias de la sociedad actual. El egoísmo, la brutalidad, la ignorancia, la soberbia, la deshumanización o el maltrato están grabados a golpe de buril”, dice Cabellut, una de las artistas españolas más cotizadas. La violencia machista, entendida tanto como agresión física como posesiva de la mujer, es uno de los problemas que han permanecido intactos desde el siglo XIX y que la pintora evidencia en El caballo raptor y Disparate matrimonial. El primero representa a un rocín agrediendo a una mujer, y el segundo a una figura femenina pegada a la espalda de un hombre.

Cabellut los reinterpreta en sus lienzos de gran formato, con una paleta bicolor de blanco y negro, señas de su identidad. Como es recurrente en su producción, todos los lienzos están atravesados por líneas verticales que parecen goteos de pintura, al estilo del dripping, pero son cortes realizados con cuchillos japoneses. “El matrimonio forzado era común en la época de Goya, y Lita lo trae al día de hoy con la situación de miedo y consiguiente falta de libertad que vive la mujer, vidas que acaban siendo miserables por el miedo a las relaciones”, argumenta el comisario de la exposición, Eloy Martínez.

Desafortunados y desdichados

La artista continúa con las conexiones femeninas del entonces y del ahora con Disparate pobre, en el que se representan seis ancianas vestidas con amplios ropajes y unas tocas cubren sus cabezas. “En este disparate Goya nos muestra tres etapas en la vida de una mujer: la que se niega a aceptar su destino, la que lo asume y la que finalmente ha enloquecido”, explica Cabellut. La pérdida de los sentimientos básicos de empatía es otro de los dilemas que la autora asegura se han perpetuado en el tiempo. Para hacer eco de ello, ha hecho un tríptico y una escultura sedente en base a La lealtad, en el que varias personas se mofan de un mendigo sin pelo y deforme. O en el Disparate de las exhortaciones, en el que pone foco en los varios rostros de una cabeza que reflejan “lo peor y lo mejor de nosotros mismos”.

Lita Cabellut. Disparate de miedo. Técnica mixta. 2024. 1 Lita Cabellut. Disparate de miedo. Técnica mixta. 2024. 1

Cabellut, quien reside en La Haya (Países Bajos) desde hace más de cuatro décadas, conectó directamente con Goya al ver en sus cuadros a personajes que viven en la calle. La pintora pasó su infancia pidiendo limosna entre la Boquería y el Port Vell de Barcelona, donde creció a pesar de nacer en Sariñena (Huesca). Hija de un padre que nunca conoció y de una madre que la abandonó, entró a un orfanato a los 10 años y a los 13 fue adoptada. En una visita con su nueva familia al Museo del Prado, después de ver las obras del autor de las Pinturas negras, decidió que quería ser artista. “Tenía que vivir como él lo hacía, ver lo que había en el portal de al lado de mi casa, inmiscuirme en el barrio, encontrar la expresión del músculo, que es lo que somos y nos representa”, recuerda.

Esos desafortunados y desdichados que son la principal preocupación de Goya y Cabellut se representan en la exposición a través de varias esculturas de cabezas dispuestas en altillos. Son los rostros deformados por los que Goya pasó a la historia, aunque la pintora aclara: “no hace caras deformadas, hace caras realistas. Esto es lo que ves cuando traspasas la cara, la atraviesas”. La muestra termina con el único objeto presente en la exposición, una especie de telaraña construida con tarlatana, textil con el que se limpian los grabados desde su existencia hasta hoy. Otra forma de establecer una relación entre pasado y presente.

Lita en Studio Lita en Studio

Pero no todo es oscuridad en la obra de Goya y Cabellut. La creadora, recientemente investida Honoris Causa por la Universidad de Barcelona, asegura que esos cuadros sórdidos del aragonés son una necesidad de ver la luz. “Él dejaba testimonio de las atrocidades que vivíamos porque creía en la humanidad. Los Disparates nos recuerdan que hace 200 años teníamos los mismos egos, pero también la misma fortaleza y divinidad”. Una esperanza que la autora ha querido reflejar en un cuadro totalmente blanco que contrasta con los fondos negros en los que se componen las partes de Disparates.

Justo antes de esa pieza se ha colgado el grabado Los estancados, donde un grupo de personas agrupadas parece protegerse de un avasallador frío y una devoradora oscuridad. “El cuadro blanco es esa salida, esa esperanza carente de animalidad y crueldad. Representa la fe en el género humano para poder darle un significado vital a nuestra existencia”.

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