Y es esta vía multidimensional, construida a partir de un enfoque influenciado por muchos factores externos, la que decide transitar el músico Remate (Madrid, 1974) para sumergirse en la obra del pintor alemán Sigmar Polke.

El artista ha presentado en el Museo del Prado su Radiografía de un Meteorito, una banda sonora para Sigmar Polke. Afinidades desveladas, exposición que lleva exhibiéndose en la pinacoteca desde el pasado mes de noviembre. El concierto, que se ha celebrado este 24 de enero en el Auditorio de la institución, fue protagonizado por Remate, que estuvo acompañado en el escenario por sus compañeros Josemi Garzón, Mario Carrillo y Felipe Zaragozí.

“Al leer la información elaborada por la comisaria de la exposición, Gloria Moure, sintonicé con Polke. Con sus impulsos, su instinto, su obsesión con los meteoritos y con la estela brutal de Goya como fuente de inspiración”, dice Remate en el concierto. El artista, que muestra su propia versión del meteorito con la composición de la banda sonora, dando así música a la pintura del alemán, revela que “el impacto del meteorito” es el “impacto de Goya” en Polke.

Una mujer pasa junto a la obra 'El tiempo y las viejas' en la exposición 'Sigmar Polke. Afinidades desveladas'

Remate comenta que “cuando Polke visita el museo en los años 80, intuye el abismo de Las Viejas y empatiza con Goya más allá del tiempo y el espacio”, lo que lo ha llevado también a él a empatizar de la misma manera con el alemán. “Busco dar vida a ese instante desde dentro de su ser”, afirma el músico, que pretende acercarse a esa “conexión interdimensional”.

La banda sonora solo requiere de cuatro instrumentos para representar el meteorito de Sigmar Polke: piano y sintetizadores a manos de Remate, contrabajo por Garzón y Carrillo, y saxofón a manos de Zaragozí. Así fue, de hecho, la representación que se hizo de la misma encima del escenario, logrando narrar con una acertadísima delicadeza y oscuridad lumínica el descenso del bólido. Remate reivindicó haber podido compartir el proyecto con el resto de músicos y les agradeció haber aceptado su proposición de “tocar bien mal”.

La magia de la composición de Remate es precisamente el caos que consigue dibujar a través de los acordes, de ahí a que él mismo lo haya descrito en varias ocasiones como saber “tocar bien mal”, pues todo está hilado a la perfección y, pese al desconcierto por el desorden que se provoca en algunos instantes, la elegencia y la exquisitez del sonido no se llegan a perder durante sus treinta minutos de duración, logrando predominar sobre lo demás.

Vista de la obra 'Así es como se sienta uno correctamente' de la exposición 'Sigmar Polke. Afinidades desveladas'

La banda sonora está dividida en cinco actos. El primero, titulado “Antes”, consiste en la latencia, que va procedido por “Radiografía de un meteorito A”, el cual narra la aproximación de este. A continuación, el acto más bonito de toda la función: un silencio de contemplación durante dos minutos, simbolizando el impacto del meteorito y forjando una sorprendente conexión con el público, que respeta ese silencio rigurosamente. Después del impacto, “Radiografía de un meteorito B”, que da paso a un “Fin” que se enlaza con el “Antes” para hacer que resuene el sonido.

“De alguna manera, esta es una sala efímera de revelaciones de la exposición. Un apéndice que seguramente no tenga explicación, puesto que tampoco tiene explicación el impacto de Goya en Polke”, explica Remate una vez finalizado el concierto. El músico declara que “no hay que buscar explicación a las cosas porque normalmente las cosas no tienen explicación” y recomienda que la gente no trate de buscársela a lo que han escuchado.

Ana Moreno, Coordinadora General de Educación del Museo del Prado, también estuvo presente en el estreno y enfatizó la importancia de sumar “otra capa de creación sobre la obra de arte”. “La exposición parte de la epifanía de ver más allá de la obra, como hace Polke con Las Viejas de Goya”, dice, añadiendo que, “como se comprueba en la exposición, hay muchas capas que preceden a las antiguas”, lo que hace que “esos conceptos” sean importantes para aprender a observar a través de una diferente perspectiva.

Taller colaborativo con jóvenes

Asimismo, Ana Moreno explica que le ofrecieron a Remate “la posibilidad de entender estos conciertos desde otro lugar”, para así “trabajar o incorporar otros formatos” que les permitieran “ser parte de los procesos de creación”. Es por ello que se realizó un taller con un grupo de jóvenes que también han asistido a la presentación de la banda sonora. Remate, de una “manera tremendamente generosa”, compartió durante tres jornadas su proceso de composición, y todos los participantes del taller sugerían y participaban de forma compartida en el proyecto.

El taller estuvo dirigido a personas de entre 16 y 26 años que estudiaran y desarrollaran disciplinas artísticas diversas (artes plásticas, escritura, videocreación, cine, animación, videojuegos, etc.), sin tratarse necesariamente de la música. Esto, según reconoce Remate tras el concierto, fue importante para el desarrollo del taller, pues no quería que aquello se convirtiera en una “clase de música”, sino lograr una “clase de sinestesia” para llevar el arte a otros terrenos. Confiesa que el resultado “fue increíble”.

Nuria Subías, estudiante de cine y alumna del taller, agradeció a Remate por el “aprendizaje” y al Museo del Prado por “hacer este tipo de talleres”. Para ella, “ha sido muy beneficioso” haber podido “ver el proceso creativo de un artista y conocer sus métodos de trabajo”, así como tener la posibilidad de aportar su “punto de vista”. “Gracias a Remate por escucharnos y por dar importancia a nuestras ideas”, ha declarado frente a todo el Auditorio de la pinacoteca. Mientras tanto, los cuadros del Prado seguían sonando y la música continuaba mostrándose en un sinfín de colores. La sinestesia brillaba más que ningún otro día.