No había duda de que era el actor del momento, y lo confirmó encadenando papeles donde se convertía siempre en el dandy, el seductor, el interés romántico masculino. Su estrellato se confirmó gracias a filmes que rompieron la barrera francesa como Indochina y, sobre todo, La reina Margot. Otros dos títulos, además, de época, donde Pérez parecía que se sentía más cómodo aún como se confirmó en Fanfan la tulipe, superproducción con Penélope Cruz en el reparto.
Quién sabe si por eso para su cuarta película como director, casi tres décadas después de aquel bum, regresa a la época y se reserva un papel. Lo hace en El profesor de esgrima, que sitúa su acción a finales del siglo XIX para hablar de los duelos de honor. Pero lo hace, y aquí lo interesante, con un giro feminista que no había en aquellas películas que le hicieron famoso. Lo consigue apoyándose en un guion coescrito junto a Karine Silla que da el protagonismo a una mujer adelantada a su tiempo que rompe los prejuicios para convertirse en una esgrimista perfecta.
No es un personaje ficticio, sino uno real, Marie-Rose Astié, mujer feminista en el siglo XIX que reventó todos los clichés posibles. Vestía pantalones, luchó para que todas las mujeres lo pudieran llevar (la ley lo prohibió hasta mucho después) y aprendió esgrima, un arte destinado a los hombres y que se introdujo en el mundo de los duelistas, donde siempre son dos hombres los que se baten para restituir ese honor perdido. A través de ella, Pérez se pregunta sobre la masculinidad, el honor y la violencia.
Orígenes españolesEl actor hace en el filme guiños a su herencia española. Su padre nació en España, y aunque se disculpa por no hablar tan bien como debería, entiende todo y apenas recurre al traductor para contestar rápidamente. De hecho, el filme comienza con un duelo entre un francés y un español donde ambos se acusan de los tópicos más clásicos de cada país. Reconoce que el guiño está ahí solo porque le apetecía hacerlo por sus orígenes, pero que también “hubo muchos maestros de armas fantásticos en España que vinieron a Francia”.
“La película habla un poco de mis orígenes. Muestro la llegada del flamenco en la película, porque hubo muchas españolas y españoles que vinieron a París y salían de fiesta y enseñaban esgrima. Hubo intercambios muy ricos entre ambos países. París siempre ha sido una encrucijada de distintas culturas y quería vincular ese inicio del filme a mis raíces. Me gusta abrazar mis orígenes porque creo que estamos más conectados a la verdad a partir del momento en que abrazamos nuestra herencia. España me conmueve profundamente y que esté en mi película le añade algo”, explica.
Vincent Pérez a su paso por el BCN Film FestInicialmente, el filme nace ante la pregunta de Vincent Pérez sobre “el lugar que ocupan los hombres en la sociedad en un período como ese, que fue de reconstrucción de una guerra y tras una derrota humillante que había sufrido Francia. Francia tuvo que reconstruirse y después Prusia expolió todo el oro al banco francés”. “Por lo tanto, de repente hubo toda esta idea de reconstruir también el orgullo, la dignidad. Y el duelo tenía su lógica en ese sentido, porque a través del duelo se pide una reparación. Además, a través del duelo podía hablar de la canalización de la violencia”, añade
El profesor de esgrima contiene también una crítica a la prensa, a cómo muchos periódicos son utilizados políticamente para lanzar mensajes que crispen y posicionen a la sociedad. Fue investigando sobre los medios en aquella época cuando Vincent Pérez descubrió la figura de Marie-Rose Astié, feminista, activista y mujer que rompía con todos los estereotipos de la feminidad de la época y que “se burlaba de esta prensa patriarcal y machista”.
Una imagen de 'El maestro de esgrima'Ese hallazgo le permitió “una especie de efecto espejo” que le facilitó hablar del pasado, pero también del presente, “cuestionar nuestra época”. Por supuesto el machismo, pero Vincent Pérez cree que también en los peligros de la modernidad y la tecnología. “Nos encontramos en un mundo que ha cambiado radicalmente en muy poco tiempo y no estamos preparados para ello, y en aquella época ocurrió lo mismo con la industrialización, había hasta rumores que decían que si uno miraba mucho tiempo una cámara eléctrica se quedaba ciego, y hoy nos enfrentamos a muchas inquietudes por la llegada de la inteligencia artificial”, subraya
Otro de los temas que atraviesan la película es el honor, ¿es algo masculino, unido a la violencia? Para Vincent Pérez el honor, como tal, es un concepto positivo, aunque hace falta revisarlo. “Es algo fundamental en las relaciones humanas, tiene que ver con la relación íntima con nosotros mismos y dónde colocamos el honor”, opina el cineasta que cree que la gente confunde el honor con la reputación, y que el problema es que en la historia “la línea entre el honor y la venganza ha sido muy fina, y eso es uno de los temas centrales de la película, porque si aceptas la venganza entrarás en una espiral de violencia de la que no podrás salir”. Pérez vuelve otra vez a los espejos con el presente, y apostilla: “Eso es lo que ha pasado entre Hamás e Israel, esa espiral de violencia”.