Además, Panini garantiza la distribución de dicho catálogo en librerías especializadas, kioscos, librerías generalistas y en las principales tiendas online. Este lanzamiento, dice Panini, “coincidirá con el arranque de la línea DC All In y del Universo Absolute”. Panini también asegura que “se centrará en la extensa trayectoria de DC a lo largo de las décadas mediante diversos formatos que permitan a los lectores descubrir en profundidad el inmenso catálogo de la compañía y grandes clásicos pertenecientes a todas las épocas”.
“En los años ochenta, de la mano de Watchmen, Nuevos Titanes, Camelot 3000, Batman: El regreso del Caballero Oscuro y el Superman de John Byrne, aprendimos a amar a DC y en mi caso, ese amor nunca desapareció”, explica en el comunicado Alejandro M. Viturtia, Director Editorial de Panini Comics. “He mantenido todos estos años a DC como uno de mis referentes comiqueros, por lo tanto, casi no puedo expresar la emoción que me produce el dar la bienvenida al panteón de DC a Panini Comics”, prosigue el directivo que asegura que “desde el primer momento, los superhéroes de DC se sentirán como en casa con nosotros”.
“No en vano, Panini también es la casa de DC en Italia, Alemania, Brasil y México. Como diría Superman, trabajaremos para un mejor mañana”, finaliza. Por su parte, la empresa cierra el comunicado explicando que en breve presentará “el avance del Plan Editorial DC 2025”.
Traspaso de derechos tras la quiebra de ECCLos rumores de quiebra de la editorial catalana ECC, que se confirmaron a finales de la semana pasada al saberse que la empresa había entrado voluntariamente en concurso de acreedores, y una jueza de Barcelona había decretado la liquidación de bienes y la disolución de la misma, dejaron en el sector una gran incertidumbre sobre quién sería el próximo destinatario de la gestión y explotación del catálogo de DC, junto a Marvel la editora más poderosa a nivel global.
El motivo era saber cuál sería la siguiente casa de Batman, Superman, Catwoman y otros superhéroes que, hasta la fecha y desde 2012, habían sido distribuidos por ECC, una empresa que estaba a punto de dejar de existir y cuya quiebra en el sector se vincula con la pérdida de los derechos del catálogo DC.
De hecho, los citados derechos pasaron en 2011 de Planeta a ECC en un movimiento que distintas fuentes, como el dibujante Pedro Rodríguez o el propietario de la tienda madrileña Akira Cómics Jesús Marugán, califican como “de contranatura financiera”, dado que en aquel momento ECC era una empresa subcontratada por Planeta y de dimensiones mucho menores.
En el ambiente del cómic, por otro lado, tanto entre artistas como entre las distintas tiendas, era un secreto a voces que Panini se haría con los derechos. “Me parece bien y lo más lógico, Panini es una empresa seria y de nivel europeo” declaraba en su momento Fernando Garrido, propietario de la tienda madrileña Alcalá Cómics. También desde la tienda zaragozana Taj Mahal Cómics, su dueño, Daniel Fernández, se mostraba confiado en que “la distribución del catálogo y la comunicación serán ahora más fluidas”.
La mala comunicación como problema en ECCTanto desde los comercios como desde el sector de los artistas que trabajaban con mayor o menor asiduidad con ECC, destacan que el principal problema con la editora y distribuidora fue la mala comunicación. Tras una fluidez inicial en las relaciones y la información sobre los pagos, se pasó, según tiendas y artistas consultados, a un cierre de las comunicaciones que dificultaba tanto liquidar los libros no vendidos y retornados como aclarar ciertos pagos o bien cobrar por los trabajos hechos.
“Empecé con ellos firmando un contrato por varios proyectos, por los que percibía un anticipo y luego unas cantidades mensuales mientras desarrollaba el proyecto, y la verdad es que pagaban realmente bien”, explica Lorenzo Montatore, uno de los autores de referencia del cómic español y dibujante franquicia de ECC para el catálogo nacional.
También los ilustradores Daniel Deamo Danide, David Rubin y Fernando Rodríguez, o el guionista Álvaro Velasco destacan que la remuneración que ofrecia ECC era generosa. “Pagaban como en Francia”, destaca Rodríguez. Sin embargo, tras un inicio impecable en los pagos y las relaciones, todos los autores consultados coinciden en que la comunicación repentinamente se cortó en algún momento del pasado año y empezaron las dificultades para reclamar emolumentos.
“Conmigo acordaron reeditar todas mis historias y además sacar tres libros de la serie Aprendiz de cuervo”, explica Danide, que a continuación agrega que tras los retrasos en los pagos, “y a pesar de que ya tenía dibujado el segundo libro de Aprendiz de cuervo”, prefirió suspender su publicación. “Me terminaron pagando el segundo libro, de todas maneras”, aclara, “pero es muy frustrante no verlo publicado”.
Poca transparencia y tiendas muy descontentasTampoco el guionista de la serie Viejas Promesas Álvaro Velasco llegó a ver publicado un proyecto paralelo que acordó con ECC, que lo canceló sin previo aviso, “aunque finalmente me lo compensaron”. “Yo no vi jamás un excel con las ventas de mis trabajos”, apostilla Velasco. El ilustrador David Rubin, que trabajó puntualmente con la editora, destaca también sus buenas tarifas, pero critica la falta de transparencia por parte de la empresa. “Me sabe mal que las cosas hayan terminado así y pienso tanto en los trabajadores como en las tiendas, que se las verán y desearán para cobrar”, dice Rubin.
Danide opina que “en general se han portado bien con los autores de casa; al menos los han dejado pagados”, pero no ve bien que ECC cerrara sus puertas sin previo aviso ni a tiendas ni a autores“. Es el mismo reproche que efectúa Rubin: ”Lo legal sería avisar a las tiendas para que pudieran devolver las existencias que no han vendido y cobrar por el retorno“. El dibujante asegursa que los autores también deberían, por ley, haber sido avisados para ejercer el derecho de tanteo sobre los ejemplares de sus obras”.
Rodríguez corrobora las opiniones de sus compañeros y remacha: “nosotros hemos cobrado, pero este sector es un pañuelo y nos conocemos todos, así que nos sentimos mal por las tiendas, que se tendrán que comer las existencias que no puedan vender y seguramente, a partir del momento en que el acuerdo con Panini entre en vigor, no podrán vender más catálogo de DC editado por ECC, que supone una parte importante del peso comercial”.
Desde la tienda de cómics Llibreria Universal de Barcelona su propietario, Ferran Velasco, corrobora la visión del ilustrador: “El cierre de ECC nos ha dejado con mucho stock de sus libros, con lo que ya no haremos nada y nadie va a querer, ya que una nueva editorial empezará a editar muy pronto y seguramente con un estilo muy diferente, quedando los libros sin valor”.
“Los de ECC han llevado todo este tema de forma muy oscura”, critica el librero, “ya que no nos han avisado del cierre y en contra de lo que marca la ley del libro tampoco hemos podido devolver los libros”. También denuncia que “nos han facturado novedades que no han llegado a las librerías, por cantidades importantes, de las que ahora es posible que el administrador concursal quiera exigir su pago”.