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Eduard Sola vuelve a conquistar con su discurso en los Goya: "Apostemos por una crianza que no necesite supermadres"
Y de nuevo, ha vuelto a conquistar con su discurso. Si en los primeros galardones abrazó su orgullo charnego y en los segundos defendió la cultura como arma contra la deshumanización; las madres han sido las protagonistas de su tercer speech.

El guionista ha recordado una escena del largometraje en la que al personaje de Montse (Emma Vilarasau), le dicen que “el amor es dar sin recibir nada a cambio”. Ella responde tajante, tras levantar el dedo: “Y una mierda”. “Yo y mi generación somos hijos de multitud de supermadres, a las se les exigió trabajar desde casa, sin desprenderse del trabajo dentro de ella. Nos vistieron, nos alimentaron, nos criaron mientras combinaban todo ello con ocho horas de trabajo peor remunerado que el de sus homólogos masculinos”, ha comenzado diciendo.

“Nadie les ofreció una alternativa a este modelo basado en la renuncia a una vida propia. Muchos padres no estuvieron a la altura, tampoco el estado del bienestar”, ha reivindicado.

Al igual que la protagonista de Casa en flames, Eduard Sola ha afirmado que, por ello, “todas estas supermadres, podrían levantar el dedo y mandarnos a la mierda”. “Los sacrificios que hicieron por nosotros siguen siendo una cuenta sin pagar”, ha añadido antes de animar al público a enviar un mensaje a sus madres: “Digámosles, que aunque parezca que no, somos conscientes de todo lo que hicieron por nosotros, que las queremos y que gracias por estar ahí”.

“Construyamos un mundo en el que los cuidados no se sustenten en el sacrificio de nadie. Apostemos por una crianza que no necesite supermadres, sino solamente madres, padres con la estructura social y económica necesaria para poder educar en libertad y dignamente”, ha concluido.

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