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Amaral: "No somos tan ingenuos como para creer que las canciones pueden transformar la vida, pero las personas sí"

También había estudiado escultura y canto lírico. Él, por su parte, arqueología, aunque siempre había tenido claro que quería dedicarse a la música. Juntos acabarían formando Amaral y lanzando su primer disco, de nombre homónimo, en 1998. Más de 25 años después, acaban de lanzar su noveno álbum de estudio, Dolce Vita.

Cuando empezaron su carrera, tuvieron que explicar –de más– que eran una banda formada por un hombre y una mujer, en la que ambos componían, y no que Juan fuera el “genio en la sombra de la cantante Eva”. “No era lo habitual y no se terminaba de entender”, comentan. La industria y el trato recibido ha cambiado mucho desde entonces. Ahora ya no preguntan a Juan por el sonido de Eva en las pruebas de sonido, ni se le pide permiso cuando en el estudio es ella quien solicita que se suba o baje el volumen de alguna pista.

“Antes se notaba muchísimo, pero ya no sucede ni debería suceder. Si alguno sigue teniendo esa actitud es que todavía está en la caverna”, indican, como quienes emitieron “muestras de odio” después de que Eva enseñara las tetas en un concierto para defender la libertad de las mujeres. “Lo volvería a hacer”, asegura, “hubo muchos más mensajes de cariño, y la respuesta del público fue increíble”.

Han pasado seis años desde que lanzaron su anterior disco, ¿se sale de la norma dedicarle tanto tiempo?

Eva Amaral: Se sale totalmente de la norma, pero es el tiempo que hemos necesitado. En algunos momentos nos entraba el agobio de llegar a decir: “Esto es rarísimo”. Hay gente que dice que se separa y está dos años fuera de los escenarios, o sin sacar disco; y nosotros llevamos seis haciendo este, pero seguimos activos. Era un poco locura todo. Nuestro propósito es que los siguientes tarden menos en llegar, pero este disco se ha alimentado de todos los conciertos que hacíamos mientras no estábamos en el estudio, de esa energía, de esos viajes, de los conciertos. No cambiaría el sistema que hemos seguido.

Juan Aguirre y Eva Amaral, integrantes de la banda Amaral, durante la entrevista Juan Aguirre y Eva Amaral, integrantes de la banda Amaral, durante la entrevista

En la presentación que hicieron del álbum en Matadero (Madrid) dieron las gracias a muchos compañeros por “aguantaros” durante el proceso. Después de tantos años juntos, ¿qué tal se llevan?

E.A.: Nos llevamos bien, pero claro, cuando nos ponemos a componer, se genera cierta tensión creativa. Con el tiempo cada uno ha ido teniendo más certezas sobre lo que hacemos, y es más difícil sacarnos de ellas. Como solo somos dos y no hay un tercero para desempatar, a veces hay esa tensión, que en realidad es positiva, porque nos ha llevado a hacer que estas canciones fueran mucho más allá.

Juan Aguirre: Hemos tenido bastantes escenas de Liam y Noel [integrantes de la banda Oasis] de Zaragoza. Además, yo creo que los insultos en castellano son más vehementes que en inglés.

E.A: Insultos tampoco hemos tenido. Algún “a la mierda” igual, pero de ahí a...

J.A: Es imposible hacer algo en serio sin que haya tensión creativa. Poco se habla de esto.

E.A: Sí, siempre se intenta dar una imagen muy monolítica de las bandas. Ese rollo medio castrense de somos un equipo, todos a una, todos pensamos igual, todos vestimos igual. Y me parece guay, pero es un poco irreal. Luego cuando conoces a la gente, en las bandas no todos piensan ni ven la música igual. Tienen puntos en común, por supuesto, pero poco se habla de que en los equipos hay personalidades complementarias. No todo el mundo tiene que ser un clon.

J.A: Esta especie de clonación se da más en las bandas de hombres. Ahora que ha pasado tiempo desde nuestros primeros discos sí que nos damos cuenta de que no éramos el estándar de grupo de rock con los roles muy definidos, porque los dos hacemos un poco de todo. Dentro del estudio, cuando estamos los dos en nuestra burbuja, intercambiamos los papeles. También hay que tener confianza y conocer mucho a la otra persona, y tener una sintonía muy fuerte para que eso ocurra, porque yo no lo podría hacer con cualquiera.

E.A: Tenemos la confianza para decirnos desde “esto no me gusta” a “esto es una mierda” sin anestesia.

Comentaban que en este tiempo han visto separarse a bandas, ¿ustedes lo han pensado en algún momento?

J.A: Cuando nosotros nos conocimos no teníamos ni idea de que nos íbamos a convertir en un proyecto artístico, no fue con esa premisa. Empezamos a tocar y todo lo que nos vino fue un poco sin querer y sin definir muy bien dónde empezaba y acababa el grupo. No teníamos ni un estilo ni una formación definida, ni una obligación de hacer discos. Hemos sido y somos muy caóticos y muy libres. Esa creo que ha sido la fórmula.

Cuando componemos tenemos la confianza para decirnos las cosas sin anestesia, desde lo que nos gusta a lo que nos parece una mierda

Eva Amaral — Cantante, música y compositora

Cuando empezaron, ¿cómo se recibió que fueran un hombre y una mujer haciendo música juntos?

E.A: Que los dos compusiéramos y fuéramos parte del proyecto en un plano de igualdad no era lo habitual. No se acababa de entender, no nos acababan de poner una etiqueta, porque además en lo musical no teníamos un estilo definido. Hacíamos canciones por encima de todo. Dentro de un disco pasábamos por distintos estados de ánimo y sonoridades, del pop al folk y la música electrónica, sin ningún complejo. Eso dificultaba meternos en una tendencia, y muchas veces nos quedábamos fuera de lo que era cool o estaba de moda. Al principio nos sentíamos poco arropados, pero el tiempo nos ha dado la razón y hemos sido nosotros en todo momento.

Tampoco veían con naturalidad que fuéramos un hombre y una mujer. Tenemos el cerebro culturalmente programado para pensar que lo que viene de una mujer es menor. Es una desgracia, pero es así. Tendían a pensar que las canciones las hacía solo Juan y yo solamente era la voz. O, dentro de esta falta de naturalidad, casi como si yo fuese la imagen y él una especie de genio en la sombra, pero casi como que no existía, que se podía cambiar por otro.

J.A: Se decía que éramos la cantante Eva Amaral y el compositor Juan Aguirre, cosa que no es verdad.

¿Cuál era el trato en los despachos de las discográficas?

J.A: Ahí bien porque nos conocen. Luego nos hemos dado cuenta de que hay que explicar algunas cosas más de lo que pensamos en un principio, porque para nosotros son muy evidentes, pero no lo son tanto para otra gente.

¿Por ejemplo?

JA: Que componiendo somos como seríamos dos hombres, o dos mujeres, o dos lo que sea. Lo hacemos en un plano de absoluta igualdad, que yo no soy un genio en la sombra, y que Eva no necesita una especie de genio haciendo sonidos porque ella los puede generar. 

E.A: Dentro de la industria, en lo que se refería a tratar asuntos de cómo iba a ser un lanzamiento, las cosas que rodean a la música; sí que hablaban con los dos. No se dirigían más a uno que a otro, pero en lo musical sí que pasaban cosas al principio. Yo notaba cosas, Juan también porque estaba a mi lado y no entendía qué pasaba. Te pongo un ejemplo, está el ingeniero de sonido en el estudio. Si yo le digo si podríamos subir por favor la pista de debajo, él mirará a Juan y dirá: “¿La subimos?”. Que no hubiera pasado nada, somos un proyecto de dos, y lógicamente si hay que hacer algo que va a cambiar la visión artística de una canción, los dos tenemos que estar de acuerdo, pero si Juan dice que se suba la pista de abajo, nadie me mira a mí para contrastar esto. Y esa era la diferencia.

Era una cosa muy sutil, por eso digo que muchas veces tenemos clavado el menosprecio a lo que viene de una mujer de manera casi inconsciente. Ahora esto ya no pasa, no sucede ni debería suceder. Si alguno sigue teniendo esta actitud, es que está todavía en la caverna. 

J.A: Luego nos pasaba de ir a un festival y que la gente me preguntara a mí por el sonido de Eva, y yo les decía: “Pregúntaselo a Eva, que está ahí. Ella sabrá cómo se quiere escuchar, si quiere subir o bajar algo”.

Ustedes son músicos, pero hay una parte de su trabajo que no tiene que ver estrictamente con lo musical. ¿Cómo han decidido respecto a qué pronunciarse?

J.A: Siempre hemos apoyado cosas concretas en las que creíamos, que para nosotros son evidentes y que tienen que ver con los derechos humanos. Nunca hemos tomado partido por algo de tipo partidista porque pensábamos que es perder tu independencia. Hay una serie de cosas que son básicas. Tampoco creemos que con los discos se pueda hacer activismo ni transformar la vida, la vida la transforman las personas, no las canciones. No vamos a ser tan ingenuos como eso. Creo que hay que ser humilde y pensar que una canción es algo pequeño que te arropa, como cuando te pones un abrigo.

E.A: Nuestra visión del mundo está en las canciones, en nuestra música y lo que cuentan las letras. Le hemos ido perdiendo el miedo a hablar de cosas personales y a desnudarnos emocionalmente. En este disco se nota mucho. Le hemos perdido el miedo a ir por la vida con la cabeza alta, con lo que piensas y crees, porque verdaderamente es imposible gustarle y estar de acuerdo con todo el mundo. Una de las máximas del disco es vive y deja vivir, pero sobre todo vive.

Eva, ha pasado ya año y medio desde que enseñara las tetas durante un concierto en el Sonorama, por la libertad de las mujeres. Visto con perspectiva y sabiendo la repercusión que tuvo, ¿cómo lo vivió?

E.A: Ya no me gusta hablar de esto porque parece que yo quiero recordarlo todo el rato. En el momento fue muy bonito y la respuesta del público fue increíble. Mi sensación fue: “Hay esperanza”. Y me encantó. Lo volvería a hacer si volviera a ese momento. Cuando tomé la decisión de hacerlo pensé que no iba a mirar absolutamente nada en redes sociales, pero claro, tampoco sabía que iba a coger esa potencia, que iba a salir en los telediarios.

Sí que es verdad que aunque no quise enterarme de nada, al final me enteré de todo. Me llegaron muchas más muestras de cariño que otra cosa, pero muchas muestras de odio muy potentes que me dejaron un poco en shock y me hicieron reafirmarme en lo que había hecho porque si el pecho de una mujer provoca esa reacción, es que todavía hay un camino por recorrer.

Teniendo canciones que se han convertido en himnos generacionales, como Marta, Sebas, Guille y los demás, ¿cuánto les preocupa conseguir que todo el mundo cante sus estribillos como sucede con ese “son mis amigos, en la calle pasábamos las horas”?

J.A: Cuando escribimos nos olvidamos absolutamente de todo lo que hemos grabado antes. Llevamos ya tiempo malacostumbrados en cuanto a que hay mucha gente que ha aceptado que vamos haciendo discos diferentes y que evolucionamos hacia distintas sonoridades. Estamos en una posición increíble que no nos evita saber que el mundo de la música es difícil, tenemos muchos compañeros que tienen una situación mucho más precaria. Dedicarse a hacer algo personal en el mundo de la expresión artística no es fácil.

E.A: Es precioso y nos encanta que haya toda una generación que eran niños o adolescentes cuando sacamos Marta, Sebas, Guille y los demás, El universo sobre mí o Revolución, todas estas canciones que marcaron una época muy dulce y bonita de la vida de muchas personas. Es muy difícil que esa huella quede a un lado, pero también es precioso ver que a la vez que ha sucedido eso, ha sucedido otra cosa mucho más difícil, que haya gente que nos esté descubriendo ahora con canciones nuevas. No sé muy bien cuál es el motivo, pero nos parece increíble.

Vídeo de la entrevista completa

Vídeo: Lourdes Jiménez, Adrián Torrano

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