Asimismo, todos nos refugiamos en tramas dolorosas cuando queremos llorar mediante otros personajes situaciones difíciles. Pero lo cierto es que la realidad funciona de manera diferente: los amores invencibles y las tramas desoladoras coexisten en el mismo mundo, se entienden entre sí e incluso la línea que los separa es a veces indistinguible.
Centrándose en lo que está a medias entre la felicidad más absoluta y el desasosiego producido por una relación que se acaba, Nosotros (2025) narra las luces y sombras de una pareja que se topa de frente con la autenticidad de la vida. El séptimo largometraje de la cineasta navarra Helena Taberna adapta a la gran pantalla la novela Feliz final de Isaac Rosa, un relato sobre las luchas internas de un amor influenciado por el deseo, la infidelidad, la precariedad y la búsqueda de un cuento de hadas que nunca ha sido más que fantasía.
Es esta fantasía la que se trata de romper en Nosotros. Lo hace, además, desde el principio del filme. Una pareja completamente devastada asume en silencio que ya no hay nada que salvar entre ellos, que la magia que una vez los acompañó es irrecuperable. Pero, aparte del cariño, hay algo que todavía comparten: el sofá que ha sido testigo de todas sus idas y venidas. Ese sofá, que selló el comienzo de su relación, es lo único a lo que se agarran en una habitación que nunca antes había permanecido tan vacía, en una habitación ahora asaltada por dos extraños.
Bajo unas muy buenas interpretaciones de María Vázquez y Pablo Molinero, la pareja conformada por Ángela y Antonio trata de reconstruir una historia con un desenlace absolutamente fatídico. Para ello, la película viaja a través de distintas líneas temporales con tal de averiguar dónde se torció todo, cuál fue la gota que colmó el vaso. “Invita a enfrentar el desorden emocional”, dice Isaac Rosa a elDiario.es, explicando que tiene sentido que no se siga un orden cronológico porque es así como funciona nuestra memoria.
El escritor alega que desordenar cronológicamente la historia añade un elemento de agitación y de confusión, que es el propio de alguien que está separándose. “Cuando terminamos una relación y miramos atrás, no recordamos las cosas por orden, sino que recibimos secuencias breves de lo sucedido en los últimos años”, comenta Isaac Rosa. “Son flashes, pensamientos, a veces buenos y a veces malos, que simbolizan lo que ha supuesto toda la relación”, añade. Nosotros recorre los sucesos que más significaron para Ángela y Antonio y los retuerce al máximo.
Fotograma de María Vázquez en 'Nosotros', película de Helena Taberna
Sin embargo, lo más valioso de la cinta de Helena Taberna es que estos sucesos, que han desembocado en una triste y amarga ruptura para las dos partes, no son tan diferentes de aquellos a los que pueda someterse cualquier otra pareja. De hecho, en la cotidianidad de sus problemas radica la mayor fortaleza del filme, puesto que el sentir de los protagonistas es, en definitiva, el sentir de una persona enamorada. Y, pese a ello, esta cotidianidad sigue siendo un factor fundamental en la ruptura de muchas relaciones.
La cineasta admite a este periódico que el amor de los cuentos de hadas ha hecho “bastante daño” a la sociedad, aunque apunta que “es bonito el anhelo de la perfección”. Asimismo, Isaac Rosa comenta que la mitificación del amor romántico se produce a consecuencia de la “educación sentimental y efectiva”, así como de los productos culturales y las obras de ficción que han creado unas determinadas “expectativas” sobre “cómo es el amor y cómo debería serlo”, derivando en una decepción y frustración cuando no se parece a lo que esperábamos.
Fotograma de Pablo Molinero en 'Nosotros', película de Helena Taberna
Pero este no es el único factor clave que determina una ruptura. La historia de Rosa que Taberna adapta a la gran pantalla pone el foco en tiempos donde los problemas verdaderamente importantes a los que se enfrenta una relación son la subida de alquiler, la crisis de vivienda y la precarización. “Está todo tan economizado que estamos dejando sin sitio al amor. Muchas personas separadas viven bajo el mismo techo por cuestiones económicas y pragmáticas”, afirma la directora. “A mí me interesaba centrarme en personajes creíbles. En las películas de Woody Allen, todo es una aristocracia donde nadie tiene que fregar, nadie tiene que ocuparse de los niños… Todo el dinero está ahí. Pero yo quería que el mayor número de personas posible pudieran sentirse identificadas viendo la película”, cuenta a elDiario.es.
En vez de estar pensando cómo es el amor en tiempos de Tinder, deberíamos estar cuestionándonos cómo es el amor en tiempos de la subida de alquiler, en tiempos en los que tienes que dedicar la mayor parte de tu ingreso a la vivienda, en tiempos en los que no puedes tener un piso para vivir solo o con tus hijos.
Isaac Rosa también relaciona la situación dramática de la precarización con la incertidumbre y la agitación vital. “No somos capaces de estar tranquilos y de poder dedicarnos a lo que nos gustaría, y eso hace que estemos sometidos por elementos de tensión y de conflicto que no sabemos gestionar”, dice el escritor. “Nos queremos dentro de un orden social, y ahí es fundamental la parte material y mucha de esa precariedad. Y no solo la precariedad laboral, sino también la social, la de vivienda”, añade Rosa. El autor pone la atención, independientemente de la edad de la pareja, en el empobrecimiento y la inestabilidad que desencadena una separación, así como la bajada que provoca en la calidad de vida.
“Cuando hablamos de amor, últimamente pensamos mucho en la influencia de las plataformas, de lo tecnológico, de las consecuencias de conocerse a través de las redes sociales”, explica el escritor. “Pero en vez de estar pensando cómo es el amor en tiempos de Tinder, deberíamos estar cuestionándonos cómo es el amor en tiempos de la subida de alquiler, en tiempos en los que tienes que dedicar la mayor parte de tu ingreso a la vivienda, en tiempos en los que no puedes tener un piso para vivir solo o con tus hijos”, alega Isaac Rosa, que sostiene que tanto la vivienda como el trabajo, el salario mínimo u otros temas sociales o económicos marcan y tensan mucho a las familias y las parejas, condicionando rupturas.
Fotograma de 'Nosotros', séptimo largometraje de Helena Taberna
La cinta de Helena Taberna, que llegará a cartelera el próximo 28 de febrero, se suma a la nueva tendencia de filmes que narran el amor de una forma que se aleja de lo convencional, desprendiéndose de la superficialidad e indagando en sus raíces. La película Past Lives (2023) de Celine Song o la serie Querer (2024) de Alauda Ruiz de Azúa son buenos ejemplos de ello. Taberna lo atribuye a “la entrada de mujeres directoras en el cine que han puesto en valor las pequeñas historias”: “Bienvenido sea todo ese tipo de cine que te conmueve y que a la vez te enseña algo de tu propia biografía, desde lo intelectual hasta lo emocional”.
Y es que, pese a todos los problemas, la película desprende halos de esperanza y no llega a abandonar jamás la felicidad de un amor que en su momento sí fue correspondido. “Llegar a este punto no es ningún fracaso”, dice uno de los protagonistas al final de la película. La cineasta lo corrobora: “Si la vida es un fracaso, fracasamos todos”. Y, mientras los personajes rebobinan en su propio relato, ambos se refugian en el sofá que siempre ha sido testigo de la relación y que atesora todos sus recuerdos. Un sofá que, al final, es el sofá en el que podemos sentirnos reflejados cualquiera de nosotros.
