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Una exposición recupera los nombres que el Ayuntamiento de Almeida arrancó del memorial a las víctimas del franquismo
Las placas fueron arrancadas y sustituidas por una inscripción más genérica que hablaba de todas las víctimas de la violencia entre 1936 y 1944, lo que para muchos familiares de las víctimas y colectivos de memoria histórica fue un acto de borrado, un intento deliberado de diluir la memoria de quienes fueron ejecutados por el franquismo.

Varios años después, aquellos nombres vuelven a aparecer, aunque esta vez en un contexto completamente distinto. No lo hacen en el cementerio ni en un espacio de memoria institucional, sino en una exposición de arte contemporáneo. Flor Hispania, la muestra comisariada por David Bestué en el Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (Madrid), un centro público dependiente de la Comunidad de Madrid, presenta una lona enrollada con los nombres de las víctimas —que el colectivo Memoria y Libertad despliega cada 14 de abril en el memorial— y una fotografía que simboliza el “secuestro” de estos nombres y sus placas, sirviendo como testimonio de lo que ocurrió en 2019. La obra del artista Fernando Sánchez Castillo no solo rescata los nombres, sino que evidencia cómo su eliminación ha sido una decisión política con consecuencias que todavía resuenan en la ciudad de Madrid.

La exposición, disponible a todos los públicos y de entrada gratuita hasta el 31 de agosto, recorre las diferentes visiones que han existido sobre la ciudad en las últimas décadas, lo que hace que sea especialmente significativa la inclusión de esta pieza, que se ancla en un suceso reciente. “Uno de los cometidos del arte es intentar captar y comunicar el presente, en el que a veces hay momentos de conflictos cuyo deber es registrar y desvelar”, dice David Bestué a elDiario.es. El comisario de Flor Hispania desvela que se puso en contacto con Fernando Sánchez Castillo, a quien el Gobierno de Manuela Carmena encargó en 2018 el memorial dedicado a las personas ejecutadas durante la posguerra e inhumadas en el cementerio de La Almudena o del Este, para pedirle su participación en la muestra.

El nuevo memorial en el cementerio de La Almudena El nuevo memorial en el cementerio de La Almudena

Aunque Bestué hubiera querido exponer las lápidas que fueron arrancadas del memorial con el cambio de Gobierno, esto no ha sido posible porque “son del Ayuntamiento de Madrid” y “no quieren exhibirlas”. Como respuesta, el comisario incluye en la exposición una impactante fotografía realizada por Sánchez Castillo de estas placas en su estado actual en un almacén municipal. Además, la acompaña de la lona donde están escritos todos los nombres siguiendo el diseño de la arquitecta Julia Chamorro, y que fue donada al colectivo Memoria y Libertad para el encuentro anual que cada 14 de abril celebran ante el memorial incompleto. “La práctica del artista o del periodismo es detectar esas injusticias o esas tensiones y sacarlas a la luz”, declara Bestué, considerándolo “una necesidad”.

La exposición no solo destaca por su interesantísimo reflejo del pasado, sino también por hacer brillar obras que siguen vivas, que denuncian el presente e incluso lo continúan escribiendo, poniendo el foco en asuntos delicados como puede serlo la forma en que se sigue tratando la memoria histórica en la actualidad. “Son obras que no están cerradas”, comenta el comisario a este periódico, “como cuando una herida está abierta y no se cierra, está fresca todavía”. Es por eso que la muestra, en su capítulo Lo insoportable, ahonda en otros conflictos como el racismo, la especulación o la homofobia, recordando una manifestación ante el Ministerio de Sanidad cuando sucedió la crisis por el VIH, la placa siempre vandalizada de ‘La Veneno’ o el asesinato por motivos racistas del joven Ndombele Augusto en Alcorcón.

Obras de la exposición ‘David Bestué. Flor Hispania’ en el Museo CA2M Obras de la exposición ‘David Bestué. Flor Hispania’ en el Museo CA2M

David Bestué indica que “lo insoportable es algo no resuelto, reprimido” y busca así en la parte final de su exposición centrarse en “lo insoportable como fruto de la tensión entre maneras dispares de entender la realidad”, entendiendo lo real como “la conservación de un centro, un poder, o, por el contrario, como la necesidad de descentrar, de cambiar el reparto de los bienes reales y simbólicos”. El artista puntualiza que “la confrontación desemboca en luchas de poder, entre lo que concede legitimidad al sistema o lo que lo cuestiona” y abraza la reivindicación de las “cosas controversiales”, rescatando, por ejemplo, la obra de un grupo de arquitectos racionalistas en los años 30 “muy modernos”, el G.A.T.E.P.A.C., que “se dedicaban a apedrear edificios que gustaban a la gente”.

Asimismo, introduce la curiosa fotografía Pelar paredes, calle Mesón de Paredes (2012) de Berta Gutiérrez Casaos, que revela “una práctica actual muy plástica llamada pelar paredes”, que se realiza “cuando quieres especular con edificios en el centro de Madrid, pero están protegidos y no te dejan tocarlos mucho”. Bestué esclarece que “lo que se hace es mostrar o destapar toda la estructura de madera, dejarlo a la intemperie para que se pudra y declararlo ruina”, para que entonces “se pueda demoler el interior”.

Sin embargo, la muestra del artista no se detiene únicamente en aquello insoportable, sino que desentraña los secretos del Madrid visible y también del Madrid más oculto, combinando creaciones propias con las de otros autores, fotógrafos o arquitectos. “Los imaginarios de Madrid es un tema muy sugerente porque los imaginarios se van actualizando con cada época”, explica a elDiario.es. “Hay cambios económicos y sociales que hacen que estos imaginarios tengan que cambiar continuamente. Yo lo que hago es plantear cómo esos imaginarios se gestionan desde el presente, porque hay muchos clichés ligados a Madrid”, añade.

Obras de la exposición ‘David Bestué. Flor Hispania’ en el Museo CA2M Obras de la exposición ‘David Bestué. Flor Hispania’ en el Museo CA2M

Puesto que durante la muestra se perciben muchas visiones diferentes de Madrid, el artista no concibe quedarse con solo una versión de la capital. No obstante, afirma que sale con fuerza “un Madrid mucho más diverso del que parece”. Bestué hace alusión a la palabra “sucio” en “contraposición a esa cosa limpia y pura de los edificios restaurados”, apreciando de esta manera la existencia de una ciudad “mucho más rica, grande, diversa y espontánea”.

El artista invita a reflexionar sobre la evolución de Madrid con el paso de los años y dibuja los “posibles imaginarios hilvanados”, recorriendo la “pervivencia del eje norte/sur como figura simbólica de la capital”, enseñando la “producción formal del Madrid oficial”, las “prácticas” que desvelan aspectos que no están a la vista de todos en el territorio y poniendo especial interés a numerosas obras que resucitan elementos característicos de zonas concretas de la ciudad. “¿Cuál es el Madrid oficial en la actualidad? ¿Cuál es el Madrid que quiere salir a la luz?”, propone que se cuestione la gente tras su visita.

Obras de la exposición ‘David Bestué. Flor Hispania’ en el Museo CA2M Obras de la exposición ‘David Bestué. Flor Hispania’ en el Museo CA2M

Aunque David Bestué no es de Madrid, reconoce que ha vivido bastante en la ciudad y la conoce “muy bien”, lo que proyecta más autenticidad en su lectura del paisaje urbano y en su forma de abordar las tensiones históricas que lo atraviesan. Su mirada no es simplemente la de un observador ajeno, sino la de alguien que ha recorrido sus calles con la suficiente profundidad como para comprender el significado de su arquitectura, sus monumentos y los relatos que han moldeado su identidad a lo largo del tiempo. Y eso también pasa por rescatar lo que no es agradable de ver, aquello que destapa una versión más pesimista de nuestra sociedad. Su trabajo, en ese sentido, pone en evidencia lo que se ha intentado silenciar, ocultar y borrar.

El borrado de los nombres: un gesto político

El memorial del cementerio de La Almudena pretendía ser un espacio de recuerdo para las familias de los fusilados entre 1939 y 1944. Sin embargo, en 2019, con la llegada de Almeida a la alcaldía de Madrid, el proyecto fue desmantelado, convirtiéndose en una de las primeras decisiones que tomó el político del Partido Popular a su llegada al consistorio. Lo que debía ser un homenaje a las víctimas del franquismo se transformó en un monumento con intención de ser neutral, donde desaparecieron los nombres y solo quedó una inscripción genérica que equiparaba todas las muertes de la Guerra Civil y la posguerra.

Más allá del contenido del nuevo mensaje, que apelaba a “todos los madrileños que del 36 al 44 sufrieron la violencia por razones políticas, ideológicas y religiosas” y pedía “paz, piedad y perdón”, el acto de arrancar los nombres tuvo una carga simbólica que aún no han olvidado los familiares de las víctimas. Las placas fueron retiradas con piquetas y algunas quedaron destruidas, lo que se consideró un insulto hacia las personas fallecidas y hacia quienes estaban a favor del proyecto que se comenzó durante el Gobierno de Manuela Carmena. “Nos han vuelto a matar otra vez a los abuelos”, lamentaba Jesús Marjón Montero, nieto de uno de los represaliados, a este periódico en el año 2019.

El colectivo Memoria y Libertad denunció desde el primer momento que la eliminación de los nombres no era solo una cuestión estética, sino una negación deliberada de rememorar la historia. “Si no hay nombres, no existieron. Y si no existieron, no hicieron nada. Si la historia no se conoce, puede volver a repetirse”, advirtió Tomás Montero, fundador del colectivo, a elDiario.es. Desde entonces no han dejado de luchar para que se haga justicia. “Tenemos pendiente recuperar los nombres del memorial y vamos a seguir detrás”, manifestaba el colectivo en 2022.

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