ADN es una de las 214 galerías que componen la 44º edición de la Feria, que cuenta con nombres de 36 figuras e incluye disciplinas desde la pintura y la cultura a instalaciones, pasando por la fotografía, el vídeo, new media, dibujo y grabados; y el Amazonas como protagonista, a través de una muestra titulada Wamisté, que hace referencia a la creación del mundo y la asignación de territorios a la humanidad por una gran serpiente.
ARCO 2025 llega con un catálogo que ha dado espacio a la política, a un dardo a la gestión de las residencias durante la pandemia por parte del gobierno de Isabel Díaz Ayuso, realizada por el español Ramón Mateos, formada por un 7.291 tejido sobre una cortina de cadenas de color negro. Hay un frutero con tetas, una videoinstalación crítica con el genocidio de Gaza, hay unos zapatos abandonados en un cúmulo de monedas de dos céntimos, una piedra sobre ruedas pensada como compañía emocional, algún Miró, algún Dalí y una obra del Colectivo Ojo Pértico realizada por personas con discapacidad.
Preparativos de la galería que acoge la obra de Ramón Mateos, '7.291'
El Programa General de ARCO se amplía con Opening Nuevas Galerías, que representa la apuesta joven del galerismo nacional e internacional; y Perfiles/Arte Latinoamericano, que busca seguir reforzando el vínculo histórico entre la Feria y al arte en Latinoamérica.
La selección, de Elon Musk a Santiago Abascal“Es bastante directita la pieza”, reconoce Miguel Ángel Sánchez, cofundador de la Galería ADN, cuyas obras se caracterizan por su contenido político y social. “Es un comentario irónico de que habría que limpiar todo el sustrato ideológico que está ensombreciendo tanto a las democracias occidentales como a los países herederos del Bloque de Acero, incluso las polémicas suramericanas”, indica el responsable, que indica que White Washing está valorada en 22.000 euros.
Eugenio Merino señala que el punto de partida de su propuesta fue la “tradición de fabricar platos conmemorativos de presidentes, reyes y otras personalidades políticas arraigada en Estados Unidos”. El siguiente paso fue elegir a las 17 figuras que introducir en su lavaplatos.
Para ello se puso en contacto con Steven Forti, autor de Democracias en extinción. El espectro de las autocracias electorales (Akal, 20214) y Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla (Siglo XXI, 2021), que el artista había leído y consideró que era la persona idónea para ayudarle a elegir su particular selección, como si de una alineación de un equipo de fútbol se tratara, solo que de ideología extremista: “Tenían que reflejar el lavado por el que hemos llegado a la actual situación de representantes de extrema derecha en gobiernos europeos y de todo el mundo”.
No está Vladímir Putin, pero sí Elon Musk: “Quería incluir a quienes hoy tienen el poder y la ideología, y quién la transmite, de políticos a oligarcas, y la de Elon Musk es muy importante”. Al abordar el ámbito nacional, Eugenio Merino plantea que en España “se tendría que hablar más de la figura de Santiago Abascal”, al estar participando en todos los eventos organizados por la extrema derecha a nivel global, como la reunión de los ultras europeos que se celebró precisamente en Madrid el pasado mes de febrero, y que contó con la presencia de Abascal, Marine Lepen, Viktor Orbán y Mateo Salvini, entre otros.
'White Washing', el lavavajillas de la extrema derecha de Eugenio Merino en ARCO 2025
“El lavado de cara tiene importancia en España, se lleva desarrollando desde la Transición y es el que ha permitido que hoy tengamos una extrema derecha muy potente”, advierte el artista, que recuerda: “Antes era respaldada por el PP, pero ahora va más por libre”.
El artista clara que el lavavajillas usado para la obra es de verdad y que, de enchufarse, funcionaría para seguir limpiando los platos con las caras de Trump, Abascal y compañía. “Si lo quieres usar para que los platos se sigan blanqueando, hay esa posibilidad. El blanqueamiento ocurre en todos los lavados”, expone.
Hacer arte “sin temor”White Washing no es la primera obra de Eugenio Merino llamada a levantar ampollas en ARCO. En 2012 metió a Franco en una nevera de Coca-Cola para reflejar que la imagen del dictador estaba congelada en la menta de los españoles. Su escultura hiperrealista le costó una denuncia de la Fundación Franco, por daños contra el honor del caudillo, pero Merino ganó el pleito.
'Always Franco', la obra de Eugenio Merino que fue denunciada por la Fundación Francisco Franco
“En ese momento fue gracioso porque hasta IFEMA estaba en mi contra, pero con el tiempo se habrán dado cuenta de que iban en muy mala dirección”, valora. Otra de las propuestas más polémicas del artista fue Ninot, que realizó junto a Santiago Sierra en 2019: una escultura gigante del rey Felipe VI. “No creo que haya un peligro por hacer este tipo de obras. Hay arte más decorativo, más político, más figurativo”, defiende tanto por su trabajo anterior como el que propone en esta nueva edición de arco: “Temor, ninguno”.
