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El musical 'Hamilton' cancela sus actuaciones en el Kennedy Center por las medidas de Trump en la institución
Lo hacen además especialmente en todo lo que refiere a la cultura, conscientes, tras leer a Gramsci, de este es uno de los principales bastiones de la batalla de las ideas.

Una de las instituciones purgadas es el emblemático Kennedy Center de Washington, un centro cultural y artístico de la capital que tradicionalmente ha querido representar el balance de fuerzas entre demócratas y republicanos, y, por tanto, ha mantenido siempre un equilibrio en su cuerpo directivo con miembros de ambos partidos. Hasta ahora.

La nueva administración se ha encargado de deshacer este equilibrio despidiendo a los cargos ejecutivos que no son afines a sus ideas, y los ha sustituido por adeptos al trumplismo, empezando por su nuevo presidente, Richard Grenell, un diplomático afín a Trump que ya fue embajador en Alemania en el anterior mandato de este.

Pero la purga ha tenido respuesta por parte de los distintos artistas vinculados al Kennedy Center: la música Rhiannon Giddens y la actriz Issa Rae, han cancelado sus representaciones. Por su parte, la soprano Renée Fleming y el cantautor Ben Folds han anunciado que dejan sus puestos de asesores en el centro.

Ahora es el popular musical Hamilton, que relata la historia del primer secretario Tesoro y padre fundador de Estados Unidos, Alexander Hamilton, el que anuncia que no actuará en el Kennedy, precisamente cuando estaba programado el espectáculo para celebrar el año que viene el 250 aniversario de la independencia del país, sin duda un fasto muy importante.

“Incompatibilidad con los valores” con la nueva presidencia del centro

Sus creadores y productores han declarado su “incompatibilidad con los valores” con la nueva presidencia impuesta por Trump. Lin-Manuel Miranda, creador del musical, dijo en una entrevista conjunta el pasado miércoles junto al productor principal del musical, Jeffrey Seller, que “el Kennedy Center no fue creado con este espíritu, y no vamos a ser parte de él mientras sea el Trump Kennedy Center”.

Seller agregó por su parte que el equipo de Hamilton creía que Trump les había arrebatado “nuestro centro nacional de artes”. “Se ha vuelto insostenible para nosotros participar en una organización que se ha politizado tan profundamente”, lamentó para terminar diciendo: “Han dejado claro que el Kennedy Center no es para todos nosotros; es solo para Donald Trump y su gente”.

La respuesta de Grenell no se hizo esperar. Calificó la cancelación como “un truco publicitario que resultará contraproducente” en una publicación en las redes sociales. “El pueblo estadounidense debe saber que Lin-Manuel es intolerante con las personas que no están de acuerdo con él políticamente”, añadió y dijo que estaba claro que él y Seller “no quieren que los republicanos vayan a sus espectáculos”. “Los estadounidenses te ven, Lin”, remachó en un tono amenazante.

La mejor obra que jamás vio Michelle Obama

Por su éxito desde que se estrenara en Broadway en 2015 y por el simbolismo de la temática que toca –los valores fundacionales de libertad y democracia de Estados Unidos–, Hamilton es un musical que no deja indiferente a nadie en el país. Estaba programado en el Kennedy Center para la celebración el 250 aniversario de la independencia estadounidense, una prioridad para Trump por lo que supone de ponerse a él mismo como ejemplo de la culminación de la historia del país.

Si bien aún no se habían puesto a la venta las entradas y no se había firmado ningún contrato, el anuncio ha sido un duro golpe para los planes del actual presidente. Hamilton se ha presentado dos veces anteriormente en el Kennedy Center, interpretándose allí durante 14 semanas en 2018, cuando Trump era presidente, y durante 10 semanas en 2022, cuando ya lo era Biden.

No obstante, el contencioso dialéctico entre Miranda y Trump viene ya de la anterior etapa del segundo en la presidencia. En 2016, poco después de que Trump fuera elegido presidente por primera vez, y sabiendo que el vicepresidente electo Mike Pence se encontraba entre el público de Broadway, los artistas del musical hicieron un llamamiento al final del espectáculo pidiéndole que la administración Trump “defienda nuestros valores estadounidenses” y “trabaje en nombre de todos nosotros”.

A Trump aquel acto improvisado no le gustó nada y se revolvió contra Hamilton, exigiendo una disculpa y diciendo que había oído que el musical estaba “muy sobrevalorado”. En cambio, la entonces primera dama saliente, Michelle Obama, tenía una opinión radicalmente distinta. Tras una actuación de una versión reducida del elenco en la Casa Blanca, Obama dijo que le parecía “la mejor obra de arte en cualquier forma que haya visto en mi vida”.

El programa del centro, en el aire

Hamilton amenaza con no ser la única cancelación en el Kennedy Center. La cantante de musicales Melissa Errico dijo que su concierto con temática de la Primera Guerra Mundial, La historia de una rosa, que estaba programado para realizarse en el centro en mayo, se trasladaría a un lugar en el norte de Virginia. Tanto ella como el productor del espectáculo aseguraron que la decisión se había tomado debido a las preocupaciones sobre la capacidad de asientos. Pero Errico dejó caer el siguiente comentario, que habla por sí solo: “Me alegro de cómo resultó. Quería hacer un espectáculo al que pudiera asistir todo el mundo, de izquierda, derecha y centro”.

Según Meredith Blair, presidenta y directora ejecutiva de Booking Group, que organiza giras para espectáculos de Broadway, la programación de la próxima temporada no estaba todavía asegurada, ya que varios espectáculos que habían planeado presentarse en el Kennedy Center aún no habían anunciado públicamente su confirmación a estas alturas del año.

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