Denostada y aplaudida al mismo tiempo por la sociedad, el sector nuclear encara la era poscoronavirus con una industria consolidada y estabilidad en el empleo, más imprescindible ahora que nunca, aunque también con cierta "alarma" ante la caída de alrededor del 20 por ciento en los datos de consumo.

El presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), Javier Guerra, destaca en una entrevista con la Agencia Efe, la firme contribución del sector hacia una "transición verde" tras la COVID-19, compatible con la "seguridad de suministro y eficiencia económica, tan necesarios ambos para salir de esta anunciada crisis".

"Vienen tiempos difíciles", lamenta Guerra, quien asegura sentirse "alarmado" ante la caída durante estas semanas de pandemia del consumo, pero no por una mejora en la eficiencia, sino como consecuencia del parón económico en el que está inmerso el país.

El presidente de la SNE encuadra la actual pérdida de peso de las nucleares en el mix energético en favor de las renovables en un "concepto de confrontación" entre ambas energías, algo que tilda de "antiguo y obsoleto", y apela al uso en términos tecnológicos de energías "emisoras y no emisoras", como respuesta a la urgencia climática

.- Pregunta: ¿Cómo afronta el sector la recuperación económica pos-COVID en un escenario -nacional y europeo- impulsado por una transición verde?

.- Respuesta: La industria nuclear continuará trabajando muy activamente para seguir prestando servicios esenciales para la sociedad como la electricidad, los isótopos para tratamientos médicos y un largo etcétera, tan necesarios antes de la crisis sanitaria, durante y después. Este esfuerzo ha sido garantizado por las decenas de miles de profesionales del sector en España y los cientos de miles a nivel europeo, que durante este periodo no han interrumpido su actividad en ningún momento. Nos identificamos plenamente con la lucha contra el cambio climático y consideramos que los objetivos de reducción de emisiones no se pueden conseguir sin contar con una energía no emisora de gases de efecto invernadero como lo es la nuclear. Creemos firmemente en nuestra contribución a ese futuro libre de emisiones, esa transición verde, compatible con la seguridad de suministro y la eficiencia económica tan necesarios para salir de la crisis económica que se anuncia.

P.- ¿Qué opina de la Alianza Verde Europea, firmada también por España, en la que se aboga por una transición ecológica?

R.- Damos la bienvenida a todo avance en la lucha contra el cambio climático y este pacto va en la línea del respeto a compromisos anteriores que, sin duda, se pueden ver alterados por la situación de crisis económica hacia la que nos dirigimos. La energía nuclear sale reforzada como opción para avanzar en la penetración de las tecnologías no emisoras en el mix energético.

P.- ¿Durante el confinamiento han perdido peso las centrales en el mix energético en favor de las renovables?

R.- El concepto de confrontación entre nuclear y renovables es algo antiguo y obsoleto, ya superado en numerosos países que consideran la combinación de ambas como la mejor solución de futuro para una nueva economía más eficiente y sostenible. Hay que hablar en términos de tecnologías emisoras y no emisoras, esa es la respuesta acertada a la urgencia que supone el cambio climático, que nos llevará a sustituir los procesos emisores por otros libres de emisiones, una tarea de dimensiones extraordinarias en el contexto actual en la que el 90 por ciento de la energía producida en el mundo se basa en tecnologías de combustión y, por tanto, emisoras de gases de efecto invernadero.

P.- Ante esta situación de "parón" de la generación eléctrica a partir de energía nuclear, ¿hay alarma en el sector?

R.- La alarma es ante una caída de alrededor del 20 por ciento en los datos de consumo. Es un dato que nos alarma porque no procede de una mejora de la eficiencia, sino de una caída en la producción industrial y de un parón económico para el que se debe activar un plan de reactivación con el máximo respaldo político y social. Vienen tiempos difíciles e, insisto, la energía nuclear, además de una fuente de generación que aporta garantía de suministro y no emite CO2, tiene detrás una industria consolidada con puestos de trabajo estables que ahora cuentan más que nunca.

P.- ¿La concienciación social sobre la importancia de la salud tras COVID-19 tendrá efectos negativos en la imagen de la nuclear?

R.- Todos los años mueren en el mundo entre 4 y 7 millones de personas por los efectos de la combustión de combustibles, en mi opinión, una de las cosas que debemos aprender de esta crisis es escuchar a los expertos y fijar prioridades respecto a sus recomendaciones y no a criterios políticos o ideológicos.