La agencia de calificación crediticia ha elevado la nota de solvencia de la deuda soberana a largo plazo de España de 'A-' a 'A', con perspectiva estable, mientras que la canadiense DBRS ha acordado mantener el rating en 'A' pero ha revisado al alza su perspectiva, que ha pasado de 'estable' a 'positiva'.
Calviño ha afirmado, a través de su perfil de Twitter, que el rating de S&P "confirma la confianza de inversores internacionales en España y la política económica del Gobierno".
La agencia, que ha subido la calificación a España por primera vez desde marzo de 2018 --cuando lo subió hasta 'A-' desde 'BBB+', alcanzando su nivel más alto desde abril de 2012--, espera que el crecimiento del PIB de España se sitúe en el 2,2% en 2019, que se desacelerará entre 2020 y 2022, y que supere por tanto el de la media de la zona euro en el período 2019-2022.
En cualquier caso, advierte de que podría bajar las calificaciones "si el déficit presupuestario se amplía significativamente nuevamente o si la deuda neta del Gobierno aumenta por encima del 100% del PIB".