El INE ha revisado un 1,3% el crecimiento económico entre 2020, 2021 y 2022 y ha confirmado que la recuperación del PIB pre pandemia se completó el año pasado. Como se preveía, Estadística ha ajustado el cálculo del PIB y ha admitido el desacoplamiento con la creación de empleo o la recaudación de impuestos por el inédito shock de la pandemia en 2020 y la rápida reapertura de 2021.
El INE (Instituto Nacional de Estadística) calculaba que el PIB (Producto Interior Bruto) de nuestro país recuperó el nivel previo a la pandemia entre enero y marzo de este año, tras crecer un 0,5% frente al último trimestre de 2022, y rebotar un 5,5% el año pasado y otro 5,5% en 2021, después del hundimiento de 2020.
"Se trata de una revisión que se realiza de forma regular en todos los países de la Unión Europea y permite tener una estimación más desagregada y definitiva del PIB al incorporar información más completa", recuerdan desde el Ministerio de Asuntos Económicos, desde donde destacan que "los datos rubrican lo adecuado de la respuesta de política económica aplicada durante estos años, así como la eficacia de las medidas adoptadas, combinando la respuesta a corto plazo para responder a los desafíos que se han producido, con un ambicioso plan de reformas e inversiones a través del Plan de Recuperación, que está permitiendo transformar la economía española".
Una de las claves de la revisión del INE es que el incremento del PIB nominal en más de 20.000 millones de euros permite reducir el endeudamiento (la ratio deuda/PIB) en 1,6 puntos adicionales a final de 2022. De esta manera, el objetivo fijado en el Programa de Estabilidad de reducirlo por debajo del 110% se ha adelantado a este 2023.
Por otra parte, en el Ministerio de la vicepresidenta en funciones Nadia Calviño señalan que los nuevos datos confirman que la recuperación "se ha visto impulsada por el consumo privado, el buen desempeño del sector exterior y el mejor comportamiento de la industria manufacturera y de las actividades profesionales y científicas. Este dinamismo se mantiene de forma diferencial durante 2023 y permitirá que España sea el país de las grandes economías de la eurozona que tenga un mayor crecimiento económico".
En la revisión más profunda, la de 2021, los sectores en los que más ha elevado el crecimiento son el de actividad profesionales y científicas (directamente relacionado con la fortaleza de las exportaciones de servicios no turísticos) y en la industria manufacturera. De hecho, con las nuevas cifras, este último sector completó la recuperación del nivel de actividad pre pandemia en 2022, antes de lo estimado anteriormente.
Fue justo desde la crisis inédita y profunda de 2020 cuando el cálculo del PIB del INE y la evolución de otros indicadores eonómicos importantes, que siempre habían ido de la mano, se separaron. Esta falta de correlación chocaba con los comportamientos lógicos y predecibles de las diferentes variables: cuando la economía crece, aumentan las personas con trabajo y el Estado ingresa más dinero por el IVA, el IRPF, el impuesto de sociedades... Esta norma se ha cumplido siempre, con muy leves variaciones. En cambio, desde 2020, la recuperación del PIB se desacopló, por ejemplo, del ritmo de creación de empleo. Se quedó atrás.
El PIB suma todo lo que se produce legalmente en un país (teniendo en cuenta a las empresas, al sector público, a los trabajadores y autónomos, los impuestos, las pensiones...) y es la principal vara de medir la actividad en las economías desarrolladas. Por supuesto, es un indicador imperfecto. Además, fue sometido a una incertidumbre desconocida por la hibernación de gran parte de las relaciones sociales y económicas durante meses por la pandemia y la irregular reactivación posterior, que la guerra en Ucrania no hizo más que complicar. Pero algo estaba totalmente distorsionado.
Recientemente, Miguel Artola, uno de los economistas que ha venido explicando en elDiario.es los fallos en el cálculo del PIB, defendió que “el shock de 2020 y la salida de 2021 justifican el grueso de los problemas. Cuando el INE o equivalentes publican datos del PIB para los trimestres/años más recientes, deben tomar indicadores que, por definición, son parciales. Por ejemplo: el empleo, la producción industrial o el consumo de cemento. Los indicadores funcionan bien en situaciones de relativa normalidad, pero peor cuando se produce la casi paralización de un sector, seguido de una rápida reapertura”.
Dentro de un año, el INE volverá a revisar sus cálculos y, según los análisis del propio Artola y de Francisco Melis, debería elevar todavía más el nivel de PIB, dado que todavía faltarían por recoger otros 80.000 millones de euros en el PIB (hasta 6 puntos más), tras aumentarlo en 20.000 millones este lunes.