La quiebra del turoperador británico Thomas Cook ha impulsado las expectativas de que rivales como TUI y Jet2holidays mejoren sus resultados en el saturado mercado vacacional del Reino Unido, así como la cotización de aerolíneas de bajo coste como easyJet y Ryanair.
La Autoridad de Aviación Civil británica (CAA) afronta hoy el cuarto día de la operación para repatriar a los 150.000 turistas del Reino Unido que estaban en el extranjero cuando se produjo el colapso de Thomas Cook, que contaba con cerca de 19 millones de clientes al año.
En el sector turístico británico se espera que la desaparición de esa oferta aumente los precios y mejore los márgenes de los competidores restantes.
En la Bolsa de Valores de Londres, las acciones de la angloalemana TUI se han revalorizado más de un 10 % desde el cierre del pasado viernes, antes de la bancarrota de Thomas Cook, mientras que las de la británica Dart Group, propietaria de Jet2Holidays, han subido cerca de un 6,5 %.
En ese mismo periodo han avanzado asimismo los títulos de las aerolíneas de bajo coste easyJet (6,7 %) y Ryanair (4,3 %), que esperan captar una parte del negocio de Thomas Cook, que operaba una flota de 105 aeronaves.
El grupo IAG, matriz de Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, ha avanzado por su parte este jueves que tratará de hacerse con los "slots" (autorizaciones de despegue y aterrizaje) que deja el turoperador quebrado en el aeropuerto londinense de Gatwick.
El grupo TUI ha sufrido en los últimos meses las mismas constricciones en los márgenes que dieron la puntilla a Thomas Cook, y este año se vio obligado a lanzar una alerta sobre su previsión de beneficios.
TUI se ha visto también golpeado por los problemas de los aviones Boeing 737 Max, pero aún así ha resistido mejor que su rival las estrecheces del mercado y espera ahora incrementar su cartera de clientes.
"Nuestro modelo de integración vertical ha demostrado ser resistente, incluso en este ambiente de mercado desafiante", ha señalado el consejero delegado de TUI, Friedrich Joussen, en un comunicado a la Bolsa de Londres.
Al reducirse la presión en el mercado británico, los actores que han quedado tras la bancarrota de Thomas Cook esperan mitigar parte de los efectos del aumento del precio del petróleo y de la caída del valor de la libra esterlina provocada por la incertidumbre de la próxima salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
Esos dos factores se han sumado en los últimos meses a la ya compleja situación de un sector que ha visto como las contrataciones de vuelos y hoteles a través de internet han reducido la cuota de mercado de los turoperadores tradicionales.
Los británicos no han dejado de salir al extranjero -el 60 % de la población salió del país por motivos de ocio el año pasado-, pero sí han cambiado sus hábitos en cuanto a la forma de contratar esos viajes.
Tan solo uno de cada siete británicos se desplaza a una agencia tradicional para contratar sus vacaciones, según la Asociación de Agentes de Viajes del Reino Unido (ABTA, en inglés).
Aquellos que todavía utilizan los servicios de estas agencias tienden a ser mayores de 65 años y miembros de grupos de nivel socioeconómico bajo, por lo que su impacto en las cuentas de resultados de las firmas queda limitado.
En los últimos años, en cambio, han subido las contrataciones en línea de vuelos con aerolíneas de bajo coste y de alojamiento en portales como Airbnb y Booking.com.
El 81 % de los británicos que contrataron unas vacaciones el año pasado lo hicieron a través de internet, según la ABTA, que considera que "el cambio hacia la contratación en línea se ha estabilizado".
En cuanto a los paquetes vacacionales, que suelen incluir vuelos, desplazamientos, alojamiento y otros servicios, son utilizados por un 49 % de los turistas británicos que salen al extranjero.
La otra mitad de los viajeros, en cambio, contratan los vuelos y los hoteles por su cuenta, a través de canales directos de las aerolíneas y los establecimientos, o bien a través de páginas web de intermediarios.
La incertidumbre política en el Reino Unido y la pérdida del poder adquisitivo de los británicos en el extranjero debido a la caída de la libra -más de un 20 % respecto al euro desde noviembre de 2015- comenzó el año pasado a pasar factura al sector turístico británico.
El número de vacaciones que contrataron los británicos cayó de 3,8 a 3,4 al año por persona en 2018, debido principalmente a una reducción en el número de viajes de corta duración, según los datos de la ABTA.
En ese ambiente, turoperadores como TUI y Jet2holidays tratarán de mejorar sus cuentas de resultados con el impulso que puede suponer la supresión de su principal rival en el mercado.
Guillermo Ximenis