El secretario general de la OPEP, Mohamed Barkindo, afirmó hoy que los países petroleros, tanto de la organización como los que no forman parte de ella, deben revisar sus políticas de seguridad tras el ataque de hace menos de dos semanas contra las instalaciones de la petrolera saudí Aramco.
"El incidente ocurrido en Arabia Saudí obliga a todos los países de la OPEP a revisar sus políticas de seguridad. Esto atañe también a los países productores de crudo que no forman parte de la OPEP", declaró Barkindo en una rueda de prensa en los márgenes del XII foro eurasiático KazEnergy.
"Lo sucedido en Arabia Saudí nos dejó conmocionados", dijo Barkindo, quien agregó que nadie estaba preparado para ese tipo de ataques.
Recalcó que la OPEP tiene "el deber de garantizar suministros de crudo fiables al mercado mundial".
"Y conservar esta fiabilidad de los suministros sirve a nuestro intereses, ya que con ello se evita la volatilidad en el mercado", explicó Barkindo.
Recordó que tras el ataque, las autoridades saudíes se comprometieron a restablecer su producción al nivel anterior, que era de 10,98 millones de barriles diarios.
"Después del incidente, en Arabia Saudí el volumen de producción cayó en el 50 %. En un minuto el mercado se privó de más de 5 millones de barriles diarios, pero milagrosamente Arabia Saudí consiguió restablecer rápidamente su producción", agregó el secretario general de la OPEP.
Adelantó que el próximo 5 de noviembre la OPEP publicará su informe mensual sobre la situación el mercado del crudo.
Según Barkindo, la OPEP ha llegado a la conclusión de que el petróleo y el gas mantendrán su posición dominante en los mercados energéticos al menos hasta 2040.
Por su parte, el ministro de Energía kazajo, Kanat Bozumbáyev, calificó de "poco ético" hablar de que Kazajistán podría aprovecharse del ataque a las instalaciones de Arabia Saudí para incrementar su producción de petróleo.
"En primer lugar, prometimos a la OPEP que no aumentaríamos la extracción de crudo y, en segundo, la producción diaria en Kazajistán no supera los 1,8 millones de toneladas (casi 13,2 millones de barriles) y se mantendrá en ese nivel hasta marzo de 2020", explicó.
En la plenaria del foro, el primer ministro de Kazajistán, Askar Mamin, indicó a su vez que el país confía convertirse con el tiempo en un "líder global de la extracción de crudo".
"Para garantizar las extracciones a largo plazo revisamos y perfeccionamos continuamente nuestra política de captación de inversiones privadas", indicó el jefe del Gobierno kazajo.
El país centroasiático produce anualmente 90 millones de toneladas (unos 657 millones de barriles) de petróleo.