La actividad económica en Argentina registró en julio pasado un crecimiento del 0,6% respecto al mismo mes de 2018, mientras que en los primeros siete meses del año acumuló un descenso interanual del 2,1 %, informaron este jueves fuentes oficiales.

Estos datos, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), son previos al agravamiento de la crisis financiera argentina registrado desde agosto pasado, cuando la derrota del oficialismo en las elecciones primarias provocó fuertes turbulencias en los mercados.

El Estimador Mensual de la Actividad Económica, que sirve como anticipo provisional para medir la variación del producto interno bruto (PIB), de carácter trimestral, también subió en julio, respecto al mes anterior, un 0,4 %.

La variación interanual del 0,6 % fue sensiblemente mejor que el alza del 0,4 % que ya se había anotado en junio, pero lejos queda del 2,7 % que se había verificado en mayo, que fue el primer dato positivo tras doce meses consecutivos con fuertes caídas interanuales en la actividad económica.

Por sectores, en el séptimo mes del año subieron principalmente el sector de la agricultura y ganadería (20,1 %) y la explotación de minas y canteras (2,7 %), mientras que las principales caídas fueron para la intermediación financiera (-13,9 %), la pesca (-5,1 %).

El pasado 19 de septiembre, el Indec informó que el PIB creció en el segundo trimestre un 0,6 % interanual, primer dato positivo tras un año en recesión.

En 2018, la economía cayó un 2,5 % y en el primer trimestre el desplome interanual había sido del 5,8 %.

En abril del año pasado, y tras varios trimestres consecutivos de crecida, la economía comenzó a caer tras una fuerte sequía que afectó a la producción agropecuaria y por la abrupta devaluación del peso, fruto de la fuga de capitales de los mercados emergentes hacia Estados Unidos.

Desde entonces, el PIB inició un largo periodo de caídas (del 3,8%, del 3,7%, del 6,1% y el 5,8%) y también se resintieron el resto de indicadores, especialmente la inflación -que cerró 2018 en el 47,6 %, la cifra más alta desde 1991-, pero también la construcción, la industria y el consumo cayeron, mientras que el paro llegaba al 9,1 %.

En medio de la incertidumbre por los vaivenes que la inestabilidad política está provocando en los mercados, y las dudas acerca de cómo Argentina hará frente al pago de su alta deuda externa, la semana pasada el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza presentó el proyecto de Presupuesto Nacional para 2020, que, de aprobarse, deberá ser ejecutado por el Ejecutivo que salga de los comicios del mes que viene.

El proyecto prevé para el próximo año un crecimiento del PIB del 1 %, desde una caída del 2,6 % calculada para este año.