Endesa redujo un 50,8% su beneficio neto en el primer trimestre de 2024, hasta 292 millones de euros, “en una situación de progresiva normalización del mercado energético tras las extraordinarias circunstancias vividas el ejercicio anterior”. 

Entre enero y marzo, los ingresos de la eléctrica cayeron un 26,1%, hasta 5.547 millones. El beneficio bruto de explotación (ebitda) fue de 1.079 millones, un 26% menos con respecto al récord registrado en el mismo periodo.

En estos resultados influye también el impacto de la primera liquidación del impuesto extraordinario a las energéticas, con un efecto negativo de 202 millones en el trimestre.

En una conferencia con analistas, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha asumido en una conferencia con analistas que la situación con este gravamen, que el Gobierno ha prometido reformular para introducir desgravaciones vinculadas a las inversiones verdes, “se mantiene” y la tasa va a continuar vigente “hasta final de año”.

La compañía indica que en la evolución del ebitda se observa la normalización del negocio de generación convencional, que incluye la producción térmica (gas) como el negocio de gas, y la aportación positiva del resto de segmentos de negocio. 

El trimestre estuvo caracterizado por una caída de precios mayoristas del 53%, hasta los 45 euros por megavatio hora, incluyendo precios negativos por primera vez en la historia; una alta producción renovable, especialmente hidráulica, y una demanda “débil”, con una caída del consumo bruto del 0,4% en la Península. 

Endesa está implementando una aproximación “más selectiva” en su política de inversiones. Estas se mantuvieron en 412 millones. El 45% se destinó a redes y otro 26% a renovables.

La compañía está en la fase final del proceso de venta de un 49% de su cartera de plantas solares en funcionamiento, lo que le permitirá mantener el control sobre un activo estratégico en un modelo de negocio de compañía eléctrica verticalmente integrada.

Endesa destaca la “fortaleza” en la generación de caja cerrando el trimestre con un flujo de 167 millones, pese al pago del laudo arbitral con Qatar, que castigó los resultados de 2023. Sin él, esta magnitud se hubiera situado en 700 millones.

Hasta marzo, la deuda neta se incrementó casi un 9% con respecto a diciembre, hasta 11.300 millones, con el coste medio elevándose al 3,7%. El incremento del endeudamiento se explica por las inversiones y el pago del dividendo a cuenta de 0,5 euros brutos por acción en el periodo que ha supuesto un desembolso de 529 millones.

La filial de la italiana Enel, que confirma sus objetivos para el ejercicio, insiste en “hacer un llamamiento a la mejora y actualización de la regulación del negocio de distribución eléctrica para permitir la Transición Energética”.

El consejero delegado, José Bogas, ha señalado a los analistas que, de cara a esa mejora de la regulación, están “esperando a la nueva CNE”, la Comisión Nacional de la Energía que el Gobierno va a recuperar, un organismo “muy importante” que, ha recordado, entre sus objetivos va a tener el de “incentivar la transición”.