Estados Unidos podrá sancionar a la Unión Europea con medidas de retorsión por un importe de 7.500 millones de dólares por el perjuicio ocasionado al constructor aeronáutico estadounidense Boeing a causa de las ayudas y subsidios europeos a su competidor europeo Airbus.
Así lo ha establecido la Organización Mundial del Comercio (OMC) mediante un arbitraje cuyas conclusiones hizo públicas hoy y que representan un punto de inflexión en un conflicto comercial que se inició hace quince años.
La UE ha reaccionado de inmediato señalando que, incluso si EEUU ha obtenido autorización para aplicar represalias comerciales en su contra, éstas serían "miopes y contraproducentes".
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, advirtió de que si Estados Unidos decide imponer las sanciones autorizadas hoy, "empujará a la Unión Europea" a "hacer lo mismo", pues, en un caso paralelo, Ginebra concederá igualmente a la UE en unos meses el derecho a imponer contramedidas a EEUU como resultado de haber infringido de forma continuada las mismas normas de la OMC con relación a Boeing.
En su sentencia de hoy, la OMC considera que el importe autorizado es proporcional a los efectos adversos sufridos por Boeing en términos de pérdidas de ventas e impedimentos en la entrega de sus aviones.
Ello debido a la ayuda ilegal al lanzamiento y a la financiación proporcionada principalmente por Francia, Alemania, España y el Reino Unido a las grandes aeronaves civiles de Airbus.
El dictamen recuerda que las ayudas al lanzamiento continuaron existiendo incluso después del 1 de diciembre de 2011, para cuando la UE se había comprometido a cumplir con la decisión original que la OMC dictó en junio de 2010 y que fue confirmada por su instancia de apelación al año siguiente.
Estados Unidos había solicitado autorización para imponer represalias comerciales equivalentes a 10.560 millones de dólares, a lo que la UE se opuso durante el procedimiento, pero sin proponer una cifra inferior.
En adelante, las medidas que aplique Washington podrán tomar la forma de la suspensión de concesiones arancelarias para las mercancías de la UE, así como de sus obligaciones frente a los proveedores comunitarios de servicios, con excepción de los servicios financieros.
De acuerdo a las reglas en vigor, EEUU ahora es libre de solicitar al Órgano de Solución de Diferencias de la OMC la luz verde para empezar a imponer las medidas hasta el importe fijado por el árbitro.