El portavoz de Economía y Hacienda en el Congreso del partido que lidera Yolanda Díaz señala que trocear el decreto ómnibus con las subidas de las pensiones o las ayudas al transporte público, como piden el PP y Junts, es "antipolítica"
Cuerpo señala que la reducción de la jornada laboral se aprobará en el Consejo de Ministros de la próxima semana
Carlos Martín Urriza es la primera de línea de defensa en el Congreso de los Diputados de las propuestas económicas de Sumar.
Su optimismo se extiende a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025. Incluso, pese a la debilidad parlamentaria del Gobierno, afirma que serán más fáciles de sacar que el paquete fiscal que el Congreso aprobó a finales del año pasado. Esas medidas exigieron una negociación agónica, en la que Sumar tuvo que renunciar a muchas de sus propuestas, como el impuesto a las energéticas o la subida de lo que pagan los pisos turísticos, sobre las que Carlos Martín Urriza dice que seguirá dando la batalla.
¿Qué va a pasar con el decreto ómnibus que fue rechazado la semana pasada en el Congreso y del que dependen la subida de las pensiones, las bonificaciones al transporte público y otras ayudas?
La caída del decreto significa generar por parte del PP y de Vox un daño innecesario a gran parte de la población española. Más de 11 millones y medio de personas que reciben una pensión, o que reciben una prestación social. Más de la mitad de la población española que toma el transporte público regularmente todos los días. Comunidades Autónomas que no van a recibir los anticipos a cuenta. Inseguridad a los perceptores del salario mínimo (SMI). Ayudas destinadas a la DANA, destinadas a las personas que habían sido damnificadas por el volcán en La Palma. Todo una pléyade de medidas a favor de la ciudadanía que Vox y el PP han tumbado. Sin explicar el motivo. Lo que va a ocurrir ahora es que este Gobierno lo va a recuperar todo. Sin ninguna duda. Hemos hecho cosas más difíciles.
Pero, ¿cómo le explica al estudiante que disfruta del descuento en el abono transporte, o el pensionista que contaba con el aumento de febrero, que el Gobierno pretenda volver a presentar el decreto completo, según ha sido rechazado, y que se niegue a trocearlo como piden el Partido Popular o Junts?
Trocear lo bueno no interesa a nadie. Quienes lo piden basan su razón de ser en la antipolítica, que es intentar llegar al poder generando el mal o la destrucción. Cuanto peor, mejor. Esta es la antipolítica que vende Vox fundamentalmente, pero a la que el Partido Popular, que supuestamente es un partido que en algún momento querría gobernar de nuevo, se acaba de apuntar también. Eso es lo que debería pensar la gente. Nosotros lo vamos a recuperar y tiene que ser el paquete completo porque todo es magro, todo es bueno para la gente, nada sobra de lo que hay ahí. O por lo menos no nos han dicho claramente qué es lo que sobra. Lo único que ha señalado el Partido Popular, un partido que ya digo que se está convirtiendo en un partido destructivo de la antipolítica, es que se le devuelve un edificio en Francia al Partido Nacionalista Vasco (PNV) que confiscaron los nazis, que ese es el problema que tiene este paquete. Esto no parece de recibo.
Junto a Junts, también han pedido que se retire la moratoria contra los desahucios...
Sí, pero esto nuevamente nadie lo entendería. Yo creo que todas las españolas y todos los españoles entendemos que si a una familia vulnerable, que tiene niños, que tiene personas dependientes, llega un momento en que no puede hacer frente a la renta de su vivienda, debemos solidarizamos con esa situación, para que no se vea en la calle. Yo creo que esta sensibilidad existe desde el estallido de la burbuja inmobiliaria y además ese casero no deja de percibir su renta. El Estado se hace cargo de la misma. Si la Comunidad Autónoma o el Ayuntamiento no les dan una solución habitacional alternativa, esto tampoco es de recibo.
En esta situación de debilidad parlamentaria, en la que caída de este decreto ómnibus ha sido una de las grandes derrotas de esta legislatura, ¿está cómodo con el papel que juega Sumar como parte del Gobierno?
Yo lo vivo como que este es un parlamento muy vivo. De hecho, esto genera muchas oportunidades. Dificultades también, pero también muchas oportunidades. Es el Parlamento que quiso el pueblo español e intentar cambiar esta realidad es un absurdo. Este gobierno ha sacado cosas mucho más complicadas que esta. Hemos sacado por ejemplo adelante el paquete fiscal que era una cosa muchísimo más complicada, y mucho más complicada que los Presupuestos que tendremos en su momento. Hacer unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) al fin y al cabo es repartir el gasto entre distintas partidas. Y, bueno, podrá haber discrepancias sobre cuál prima sobre otra, pero es repartir. Lo complicado era decidir cómo se iba a financiar y eso ha sido el paquete fiscal. Y eso eran dos trenes yendo en direcciones opuestas. Uno queriendo aumentar el músculo del Estado porque tenemos un nivel de contribución fiscal que no está homologado ni siquiera con la media europea. Y otro que quería rebajar impuestos. Pues hemos conseguido en este Parlamento, con esta complejidad (o esta riqueza, mejor dicho), conseguir que haya un paquete fiscal suficientemente sustancioso para navegar el siguiente Presupuesto.
Pero precisamente en ese paquete fiscal se caen muchas de las medidas que proponía el grupo parlamentario de Sumar en el Congreso. Por ejemplo, la prórroga por un año del impuesto a las energéticas que PP, Vox, PNV y Junts tumbaron la semana pasada. Choca con que diga que el paquete fiscal es suficiente para los próximos Presupuestos.
Es un paquete suficientemente considerable para los compromisos que tenemos que adquirir en Presupuestos. De todas formas, en Sumar no renunciamos a seguir dando las batallas que tenemos que dar respecto al impuesto a las energéticas. Sigue teniendo lógica el que haya un impuesto a las energéticas, independientemente de que ahora no haya beneficios extraordinarios, porque siguen teniendo grandes beneficios. No obstante, sí hemos conseguido mantener el de la banca. Con esta misma lógica, y vamos a seguir peleándolo en esta dirección. Esto simplemente ha sido una batalla más, pero no es el final de todo el proceso. Vamos a seguir peleando en esa dirección también, por ejemplo, para que tengamos una fiscalidad mucho más alta en los pisos turísticos, con la finalidad de bajar su rentabilidad y que al final no tengan más remedio que dedicarse al alquiler permanente, que es para lo que tienen que estar las viviendas disponibles en zonas tensionadas. Poco a poco se van sumando piezas en la buena dirección, no todas las que nos gustarían y no al ritmo que nos gustarían, efectivamente. Pero bueno, así es la realidad que han decidido los electores.
Estamos casi en febrero, y la percepción de que los Presupuestos van a salir adelante no parece tan confiable como usted traslada. Sobre todo, tras la derrota de la semana pasada en el Congreso.
Los Presupuestos son una pieza fundamental y necesaria precisamente porque estamos en un momento complejo a nivel internacional.
Entonces, ¿va a haber Presupuestos en 2025?
Desde luego que los va a haber. Por parte de Sumar, nos vamos a dejar la piel para que haya Presupuestos. Es lo que necesita el país. Y repito que yo creo que va a ser una tarea más sencilla de las que hemos abordado hasta ahora. La economía española está dando señales muy significativas de navegar con viento en popa. Los Presupuestos son una pieza clave para seguir haciendo políticas sociales que ayuden a la ciudadanía y también para seguir financiando la transición verde y la revolución digital, que son fundamentales y que van a permitir que España no se descuelgue del progreso. Yo creo que el futuro de la economía española es un futuro brillante, siempre y cuando la política económica que se ha venido haciendo hasta ahora, y que ha tenido su origen en el Ministerio de Trabajo, la sigamos desarrollando y extendiendo a otras áreas de gobierno.
Carlos Martín Urriza, portavoz económico de Sumar, en su despacho en el Congreso durante la entrevista con elDiario.es.Y es una política económica que no es muy compleja de entender, aunque nos ha costado ir convenciendo al socio de Gobierno. Nosotros lo que hemos hecho es algo muy sencillo, es elevar los estándares laborales, homologarlos con Europa en la estabilidad del empleo, en el salario mínimo, en la gestión de las crisis a través de los ERTE, en que no puede haber trabajadores que sean falsos autónomos... Vamos a seguir avanzando en esa línea con la reducción de jornada, y esta elevación de estándares laborales lo que ha hecho es que el capital no se pueda rentabilizar en las malas condiciones de trabajo. Ahora el capital tiene que rentabilizarse con proyectos más productivos y más eficientes. Estamos consiguiendo generar unas empresas mucho más eficientes. Y esto explica una parte significativa de nuestro crecimiento diferencial. ¿Cuál es el otro gran ámbito donde tenemos que hacerlo? El inmobiliario. Tenemos mucho capital en el sector inmobiliario, con altísimas tasas de rentabilidad por unos precios que están artificialmente inflados. Tenemos que rebajar esas rentabilidades para movilizar el capital hacia actividades más productivas. ¿Cómo vamos a hacerlo? Lo hemos planteado y afortunadamente el socio mayoritario del Gobierno al final ha entrado en nuestra lógica, que ha sido mediante un Estado emprendedor que asuma su papel, que es que en suelo público y con dinero público solo se construyen viviendas, no descalificables, de alquiler asequible.
Este mismo lunes, los ministerios de Trabajo y Economía han confirmado que van a aprobar la próxima semana la reducción de la jornada laboral a 37 horas y media.
Es una demanda social. Es un clamor que las mejoras de productividad que hemos tenido y que no se han repartido suficientemente hacia los trabajadores se repartan por esta vía. Teniendo más tiempo. Más tiempo libre para que cada uno lo invierta en lo que quiera. En algunos casos, como en el de las mujeres, debido a que tienen mayor presencia en los contratos a tiempo parcial, incluso significa ponerles dinero en efectivo en el bolsillo. Hay un clamor popular, y los grupos parlamentarios no se pueden oponer al progreso.
Es un clamor popular, pero como ocurre con la subida del SMI, o con la revalorización de las pensiones, hay una intensa batalla de pensamiento económico que argumenta que la productividad en nuestro país es baja y no permite estos avances sociales y laborales.
Yo creo que precisamente Sumar ha demostrado que ha habido muchas malas ideas económicas en circulación durante mucho tiempo, que fundamentalmente se resumían en que la precarización de las condiciones de trabajo desarrollaban el país. Hemos visto que no era así. Y todas esas malas ideas económicas, Sumar ha tenido la oportunidad de derribarlas, demostrando precisamente que era lo contrario.
¿Y los trabajadores españoles son realmente poco productivos?
No, no. Y cito un trabajo hecho por BBVA, donde se hace una descomposición de los tres componentes que están detrás de la productividad: productividad del trabajo, productividad del capital y productividad total de los factores. Bien, pues lo que se ve es que desde el año 2000 lo que ha estado subiendo intensamente ha sido la productividad del trabajo. En cambio, lo que ha caído ha sido la productividad del capital y un poco menos la combinación. El problema lo tenemos en la inversión.
En el primer Gobierno de coalición, este tipo de pensamiento económico y este tipo de proyectos políticos chocaban con el ministerio de la entonces vicepresidenta primera Nadia Calviño. El reciente enfrentamiento entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, con motivo de la reducción de la jornada laboral, ha recordado a aquellos momentos.
Es verdad que recuerda a la otra etapa. Pero, bueno, yo quiero pensar que hasta los buenos ministros que tiene este gobierno pueden tener un mal día. Por ejemplo, con el salario mínimo ha sido distinto. El Ministerio de Economía ha aceptado la horquilla que ha salido del grupo de expertos.
Sobre el SMI, por primera vez ha surgido el debate sobre si debe pagar o no IRPF porque se ha acercado mucho a los salarios más frecuentes, lo que muestra un mercado laboral con sueldos bajos en general.
Lo que nos ha pasado es que lo que se tenía que haber hecho durante 20 años lo hemos tenido que hacer en cinco. Pero había que hacerlo en algún momento. Lo que no puede ser es que hubiera esta distribución tan desigual del valor añadido que generamos entre capital y trabajo. Esto ha provocado un rápido crecimiento del salario mínimo. Y es verdad que la negociación colectiva no ha reaccionado no a la misma velocidad. Nuestra intención es poner los instrumentos para que el resto ocurra. Por ejemplo, llevando la información sobre los beneficios de las empresas que está en el Observatorio de Márgenes a las mesas de negociación de los convenios colectivos. El Ministerio de Hacienda tendría que hacer esto cuanto antes porque sería una manera de facilitar esa mejor acomodación.
Sobre partidas de los nuevos Presupuestos, el ministerio de Exteriores reitera que el objetivo de España es el elevar el gasto en defensa al 2% del total. ¿Qué opinan en Sumar?
Nosotros no lo vemos de esa manera. La apuesta ahora en Europa es la de más integración. Lo que está ocurriendo en Estados Unidos, que es una 'cacocracia': el poder de los malos. Al frente de Estados Unidos hay un empresario del ladrillo y del juego que ha hecho su fortuna de los casinos, condenado por muchos delitos. No hay mal que por bien no venga, porque esto nos puede llevar a más Europa, a más integración. No necesitamos gastar más en distintos ejércitos. Lo que necesitamos es integrarnos más, no solo en el tema de defensa, sino en todo el resto de áreas: en la unión bancaria, en la unión fiscal... Necesitamos una Europa más política. Necesitamos más democracia, porque precisamente es lo que ha fallado en Estados Unidos. Los magnates no se conforman con comprarse a los políticos, con las aportaciones que hacen a las campañas. Han decidido ellos mismos ponerse al frente.
Pero si en la UE estamos estrenando unas reglas fiscales que limitan el crecimiento del gasto público, y el Gobierno se está comprometiendo a aumentar la cantidad que dedica a defensa. ¿Qué margen hay para otras políticas?
Precisamente por eso necesitamos mayor integración, porque todavía no hemos conseguido desterrar todas las malas ideas económicas ni de la economía española ni de la economía europea. La respuesta que se dio a la crisis de la pandemia fue diametralmente opuesta a la respuesta que se dio a la crisis del euro. Y se pueden ver los resultados. En Europa hemos construido una catedral imperfecta, que es la de la Unión Europea, pero es una catedral. Tenemos que terminarla y hacer una gran obra y tiene que ser diferencial a lo que está ocurriendo en Estados Unidos, que se está cerrando sobre sí mismo, posiblemente porque es un imperio que se acaba. En cambio, aquí en Europa tenemos que ser la ilustración frente a ese antiprogreso. Y tenemos que ampliar las relaciones con los países sudamericanos, asiáticos, africanos. Eso sí, de igual a igual, con respeto.
El portavoz económico de Sumar, Carlos Martín Urriza, en el Congreso.Volviendo a España. En verano, en pleno debate sobre la financiación singular de Catalunya, publicó un artículo en elDiario.es, titulado 'Morir por los extremos o por la extremidades', en el que se posicionaba en contra de un concierto fiscal en la comunidad autónoma. Una posición que mostró las divisiones en Sumar y en toda la izquierda respecto a este asunto. ¿Cómo lo ve seis meses después? ¿La financiación singular va a formar parte de las negociaciones de los Presupuestos?
No necesariamente. No está en la agenda. Y yo creo que no ha habido división, lo que ha habido es un enriquecimiento del debate. Sería absurdo que la izquierda, que siempre se ha pensado tanto las cosas, no se pensase una cosa tan importante como esta. No obstante, yo creo que ese acuerdo puede ser una oportunidad para mejorar el conjunto, que eso es lo que buscamos desde Sumar. Mejorar los servicios públicos de todos y todas las ciudadanas y ciudadanos, independientemente de donde vivan. Para hacerlo hacen falta más recursos. Sabemos que tenemos problemas de infrafinanciación en la Comunitat Valenciana, en Andalucía, pero esto no lo vamos a hacer quitándole los recursos a nadie. Por eso hace falta previamente una profunda reforma fiscal que aproxime nuestros niveles de contribución fiscal a la media europea. De todas formas, ahora mismo, las Comunidades Autónomas tienen más recursos que nunca, y en las que gobierna el Partido Popular no se usan para reducir las listas de espera de la sanidad, sino que lo se busca es privatizarla.
Cuando resurja el debate sobre la financiación singular de Catalunya, ¿cuál va a ser la postura concreta de Sumar?
La postura que se decida en ese momento. Yo creo que nosotros, que somos un espacio plurinacional, le vamos a encontrar una solución plural a ese asunto.
A lo largo de todo su discurso, se puede observar que confía en que este Gobierno tomará nuevas decisiones fiscales. ¿Se incluirán en las negociaciones de los Presupuestos?
Sí, vamos a pelear en esa dirección. El instrumento fiscal es un instrumento para hacer muchas cosas. Primero, para hacer un reparto justo. Todo el mundo quiere que tengamos un sistema fiscal donde las grandes empresas no se escaqueen del pago de impuestos, que es lo que tenemos en el impuesto de Sociedades. Los impuestos también se pueden utilizar para cambiar comportamientos, como ocurriría con los apartamentos turísticos si reduces su rentabilidad y les llevas necesariamente a otro modelo de negocio. Por eso no coincidimos con los compañeros del Partido Socialista en dar bonificaciones fiscales a aquellos que colocan los precios de los alquileres por encima de unos precios que tienen que estar relacionados con los salarios de las personas que alquilan. Nosotros queremos un sistema de precios de referencia que no esté basado en el mercado porque esos ya están inflados. Queremos que estén basados en los salarios y en las rentas de las familias que alquilan y sobre esos dar el beneficio fiscal a aquellos que los coloquen en ese nivel o por debajo.
Respecto a la vivienda, ha presumido de la decisión de construir vivienda pública. Pero hay muchas familias que necesitan soluciones en el corto plazo, y se ha demostrado que la colaboración entre Administraciones es fundamental, pero ahora mismo parece lejana.
El mejor convenio colectivo que podemos firmar es precisamente bajar el precio de la vivienda, porque muchos de los esfuerzos que estamos haciendo desde el Gobierno por mejorar los ingresos de las familias se los están llevando los rentistas. Yo aquí diferencio entre personas que alquilan y los rentistas. Hay algunas personas que sí están alquilando a precio razonable y agradecerían si el Gobierno les diera una buena referencia. Y para esto no necesitas pasar por el Parlamento, sino que necesitas elaborar este índice relacionado con los salarios de los trabajadores y las trabajadoras. Entonces el problema son los rentistas que se están llevando todas las mejoras que hacemos de los hogares que alquilan, que hacemos en el empleo, en las pensiones, en el salario mínimo...
Lo siguiente que quiere hacer Sumar precisamente dentro del debate presupuestario es que el nuevo plan de vivienda, que tenemos que aprobar para otros cuatro años, se componga por un gran fondo de 40.000 millones que procederían de los créditos blandos de la adenda del Plan de Recuperación ['Next Generation' de la UE], porque no vamos a conseguir gastarnos ese volumen de préstamos.
Aunque el Gobierno desarrolle este fondo, y por muy rápido que lo haga, en los próximos meses el mercado de la vivienda va a seguir asfixiando a muchas familias, y amenaza con asfixiar también al Ejecutivo.
Por eso hay que desarrollar la Ley de Vivienda. Estamos viendo los grandes resultados que está dando en Catalunya. Está obligando al capital a salir de ahí. En cuanto bajamos esas rentabilidades en el inmobiliario, el capital tiene que huir de ahí y buscarse otros sitios para rentabilizarse. Y para conseguirlo queremos que la zanahoria sean los fondos europeos del Plan de Recuperación.